The Teacher |Z.M.|

29-. La novia de Zayn

Violett llegó a casa y se dirigió directamente a su habitación, pero no sin antes recibir una mirada de lastima por parte de su madre. Ella no le mencionó nada, y lo más probable es que Mich o alguien más la hubiera puesto sobre aviso con lo que había pasado en el concurso.

La morena se encerró, a sabiendas de que no podría hacer otra cosa más que pensar en todo lo ocurrido. Pero hizo un esfuerzo y tomó su libro de historia, debía estudiar un poco, no podía presentarse mañana en la casa de Liam, pareciendo una completa ignorante.

***

-¡Hola, Violett! –la abrazó Liam en cuanto la vio parada afuera del departamento.

-Hola –le sonrió.

El castaño se quitó de la puerta para dejarla pasar.

En el sofá de la sala se encontraba Zayn, leyendo un libro. No le prestó nada de atención a Violett. Pero a ella no le sorprendió, por la mirada que él le había dedicado ayer –la cual supuestamente no denotaba nada-, mientras salía del estacionamiento, supo que las cosas serian como antes, como si el beso y la confesión nunca hubieran pasado.

-¿Y bien, Violett?, ¿con que quieres que empecemos?

-La segunda guerra mundial, mi examen tratara sobre eso.

-¡Fantástico! –le sonrió mientras retiraba una de las silla del comedor y se la ofrecía para que se sentara-. Es uno de mis temas favoritos.

Violett admiraba fascinada a Liam. Nunca antes había visto a alguien que se emocionara tanto hablando de algo que había pasado hacía muchos años atrás. Y como por arte de magia, comprendía cada una de las palabras que Liam le decía. Desde lo que había desencadenado la guerra, hasta las consecuencias que ésta tuvo.

-¿Tienes alguna duda? –le preguntó amablemente.

-No. Todo está muy claro –aun no podía creer que hubiera entendido.

-Entonces quita esa cara, Violett –le sonrió.

-Es que no puedo. Contigo todo parece tan claro. Eres un maestro maravilloso.

-Gracias –sonrió algo avergonzado.

-No te emociones -mencionó Zayn-. Eso se lo dice a todos.

-Nunca te lo he dicho a ti.

Malik sonrió, pero no fue por el comentario anterior. Sino por un mensaje que le llegó.

-Debo irme, Liam –se levantó para tomar su chaqueta de cuero negra, que colgaba del perchero junto a la puerto-. Regreso más tarde, cuando ella se haya ido.

-Ustedes sí que son raros. Ayer se confesaron que se amaban e incluso se besaron, y hoy parecen un par de extraños, otra vez.

-Zayn me confunde –suspiró-. Nunca sé que esperar de él. Cuando creo que va girar hacia la izquierda, ¡Zap! Se va por la derecha. Él es una continua contradicción. A veces creo que sólo quiere volverme loca.

-Zayn es así, impredecible. Siempre nadando contra la corriente. A veces puede ser una verdadera molestia, pero te aseguro que lo que menos quiere es volverte loca.

-Pues no lo parece. Pero ya no hablemos de él y sigamos estudiante, ¿te parece? –Liam asintió.

Había pasado como una media hora, cuando Liam se levantó por té y algo de café para Violett. Mientras él se encontraba en la cocina, tocaron a la puerta.

-¿Violett, te molestaría abrir?

-Claro que no.

Se dirigió a la puerta. Ahí se encontraba una pareja de unos 40 y tantos años, pero rápidamente le llamo la atención el hombre. Se le hacía muy familiar y no sabía porque, hasta que vio sus ojos, esos ojos marrones eran idénticos a los de Zayn...

-¿Violett, quien...? –Se colocó detrás de ella-. Hola señores Malik –era obvio que no esperaba verlos aquí.

-¿Está Zayn? –el tono que usó aquel hombre fue tan cortante y frio.

-Eh...no. Pero no tarda en llegar, él fue a buscar la cena –se quitó de la puerta para permitirle el paso a los señores Malik.

-¿Y quién es esta linda chica? –preguntó la mujer de cabello castaño.

-Violett –se limitó a decir.

-¿Tu novia? –volvió a preguntar la mujer.

-No, no somos novios –se apresuró a decir Violett con una sonrisa nerviosa.

-Es la novia de Zayn –dijo Liam de lo más seguro.

-¿Su novia?

-No sabíamos que Zayn tuviera novia.

-Ya sabe como es Zayn, siempre tan misterioso y reservado –continuó hablando Liam.

Violett aun no lograba procesar todo lo que estaba pasando. Todo esto era como un mal sueño. En sus relaciones pasadas, siempre había odiado la parte en la que conocía a sus suegros, y aun más cuando conocía a unos suegros que ni siquiera lo eran de verdad.

-Estoy preparando té ¿les gustaría que les trajera? –preguntó Liam, con su acostumbrada amabilidad.

El señor Malik negó moviendo la cabeza.

-Una taza no me caería mal.

-Ahora se la traigo, Tricia.

-Bien, Violett, cuéntame de ti...

Fue lo último que Liam pudo escuchar antes de entrar a la cocina.

Mientras esperaba a que el té estuviera listo, le marcó a Zayn.

Sonó una, dos, tres veces, nada.

Lo intentó una vez más.

Uno, dos y por fin obtuvo respuesta.

-¿Qué, ahora también te encargaras de interrumpirme cuando esté con Victoria?

Cuando Liam escuchó ese nombre, no pudo evitar hacer un gesto de disgusto.

-Tus padres están aquí.

-¿Qué? –Su tono de ironía desapareció y en cambio lo embargó el miedo-. ¿Dónde está Violett?

-En la sala.

-¿Con ellos?

-Sí, ¿por qué?

-¡Diablos, Liam! ¡Se la comerán viva! –ahora se encontraba desesperado.

-No lo creo. Ellos están encantados, ¡y cómo no! si acaban de conocer a su nueva nuera.

-¿De qué estás hablando?

-Tus padres creen que tu y Violett son novios.

-¿Y por qué creen eso? –necesitó de todas sus fuerzas para conservar la serenidad de sus voz.

-Yo se los dije.

-Te juró que a veces no sé porque no te doy una buena paliza.

-Porque me amas.

-En este momento siento muchas cosas por ti, y déjame decirte que ninguna es amor.

-Zayn, te aseguró que luego me agradecerás que haya hecho esto. Pero ahora, te pido encarecidamente que regreses. Tus padres creen que fuiste por algo de cenar. Vuelve pronto.

-Voy en camino, pero no te separes de Violett.

-Hecho –colgó en el minuto que el ruido de la tetera comenzó a sonar.

Liam salió con las tazas de té y el café de Violett. Y esta le agradecía internamente su interrupción, pues la había librado de un incomodo interrogatorio, al más puro estilo de Scotland Yard.