Actualmente
Había vuelto a los viejos hábitos, llegó a casa sin saber la hora, subió las escaleras chocando con las paredes, no había nadie con ella, "Por suerte", pensó. Estaba todo tan abandonado, carente de colores vivos, ¿dónde se habían ido? Ésta vez no había quién la detuviese, "está bien", aseguró creer, temió y no pensó más, no quiso más. Entró a su pieza resuelta a buscar alguna cosa, pero, ni siquiera había terminado de abrir la puerta y ya sabía que no habría nada que ella quisiera buscar, solo se desprendió de la ropa inv(f)ernal que la ahogaba y salió de la habitación con la polera y calzones, nada más debajo, solo huesos, carne, piel, que por pura suerte hacían presencia.
Había hecho esto tantas veces que le parecía cosa cotidiana, giró la llave de la tina y salió agua fría que pasado unos segundos se fue calentando, sin embargo, a medida que el chorro (ya hirviendo) caía, sus lágrimas también.
¿Cómo llegué a esto?¿Dónde están mis sentidos? Ah, lo olvidas cariño, así eres, así... Estoy perdida, nadie, sólo soy yo.
Cerró la llave, entró lentamente a la tina y sintió cómo su cuerpo vivía, ¿Cómo era que aún sentía?, física y emocionalmente, sentía, y si probaba dejar de respirar también podía escuchar sus palpitaciones. Tan viva y tan muerta a la vez.
Hermoso.
Único.
La agonía es hermosa, ¿No es así?
Luego de esto sacó la gillette que tenía, se la pasó lentamente por el ancho de su brazo, con fuerza, ira, lágrimas... Sintió cómo perforaba su alma, cómo la cicatriz se borraría y nadie la habría visto. Caía el hilo sobre el agua y la teñía escarlata, repitió sin tanta fuerza su brazo contrario y estuvo ahí hasta perder el conocimiento.
¿A quién esperaba?
Es tan divertido... jugar... contigo... siempre te dejo esperando en el arco de la puerta... un día, un día...
- ¡¡¿Sarah?!!- dijo ella y corrió por la casa, entró a su habitación y vió el desorden. Caminó al baño, empujó lentamente la puerta con el miedo pisando sus talones, ¿Qué sigue ahora?, no sabía lo que debía hacer, contempló la escena unos segundos con lágrimas en los ojos, luego se abalanzó sobre la tina para rescatar esa vida que era parte de ella sin más remedio.- Sarah...- ella no respondía, tenía una mirada semi consciente, perdida, sentía(n) un dolor extraño, no sería culpa...
Ya después de haberla recostado y vendado fue a ver como el desagüe se llevaba una parte de ella. Limpió y botó cualquier gillette de la casa.
Después de esto, todo estaba como siempre, ¿No? Bien.
Se quedó dormida junto a ella, sentada en el piso al costado de la cama, con la cabeza y el brazo recostados en el colchón. Sabemos que esto parece una habitación de hospital, pero creamos que es más acogedor.
-¿Está todo bien? ¿cierto?
Luego de esto se quedó dormida.
El periódico de ése día había sido fascinante, en portada aparecía "Se acaban las terapias para homosexuales". Era un encabezado magnífico, su contenido aún mejor, pero Sarah no lo sabía, había llegado con la mejor noticia para ella y encontrarla así... realmente era una escena inolvidable. Ésa noche no soñó nada, casi no durmió, así ni siquiera le dió la oportunidad a su subconsciente.
- ¿Karen?- dijo ella susurrando, con la garganta gastada como si hubiera gritado a tope, tratando de recuperarse, estiró el brazo casi sin fuerzas hasta ella, le rozó la cabeza y cayó, curvó los labios haciendo una sonrisa casi imperceptible y se durmió. Ésta vez, no se sentía sola, podría ser, pero tuvo un atisbo de felicidad al verla ahí.
De que no sabía en qué momento había llegado a ser tan obsesiva con esto de los cortes, era cierto. De que sabía cómo había comenzado, tenía sus sospechas. Obvio, Karen venía insistiendo en esto de ir a ver un psicólogo, pero para qué, si no había salida, lo que más la impulsaba a estar en éste mundo había perdido su protagonismo. Se hundía en sus penas, sus complejos; sus sentidos sólo se habían agudizado, entendía mucho más, y tal vez el problema estaba en no compartirlo, desde allí todo es tal cuál, no hay caminos por donde perderse, es cruda realidad, tal vez debía hablar por fin y sacar esa mierda de su interior, porque la estaba jodiendo, sí, bastante. Tal vez no era una idea tan descabellada y absurda cómo la veía. Sí, lo es. Pero de algo estaba segura, todas esas dudas que tenía, las sacaría a la luz, sería cómo una terapia de hipnosis donde dices todos tus secretos, pero sólo como... Un medio, para un fin (conocerse), de otra manera, se vería depresiva, sólo por ver las cosas como son. Los demás tendrían miedo de aceptarlo, y no hay que esforzarse en que alguien conecte contigo o te entienda. Sólo debe pasar.
Evidentemente eso es justo lo que no pasa con un psiquiatra, psicólogo, a estos les pagas para que te mediquen o te hagan unos test de personalidad y descifrar tu "condición". No están ahí para empatizar, entiende mundo de mierda, creas profesionales que solamente escuchan, porque si comprenden deja de ser profesional... En fin...
El miedo era terminar yendo al psiquiatra que la derivase sin remedio a un Psiquiátrico, redundante, pero lógico, años de desconfianza, de que se podía hundir, de que tal vez no habría nadie...
¿Ése es su centro?
De pronto se daba cuenta, todo ése tiempo confiaba en limitarse a decir "Estoy bien" a su tía, a su madre, hasta a ella misma. Ésta autoflagelación, posiblemente había sido el último golpe para decirle de una vez por todas: "Bienvenida a la realidad."
Karen no quería que ella también desapareciese, quería desaparecer con ella. No quería dejarla, muy lógico sería pensar fríamente que ella no la necesitase, pero la quería. De uno u otro modo. Y aunque a veces tengas al resto diciendo "no hay caso, déjala", o "no es que quieras, es que debes dejar ir" o incluso si no hay nadie, vas a querer con toda tu existencia, vivir o arder.
Sarah en sus minutos de consciencia llegó a algo, y después de esto se fundió en los brazos de Morfeo, y es que cuando despertara sería lo primero que le diría a ella, que tal vez había llegado a tocar fondo, y eso era lo que necesitaba, "probar una cosa" (a ella), y que desde ya... estaba segura, porque de ahora sin más se iba a creer un cuento, si estaba a tiempo, aún lo podría completar con ella, de lo contrario, ¿por qué no sola? era el cuento que debía terminar bien, ¿o no?.
Imaginó decirle tanto, imaginó que sentada en esa misma cama, la miraría y de la nada le saldría: No quiero un amor a medias, rasgado o partido por la mitad. Estoy luchando desde aquí, el noveno infierno, he luchado conmigo misma, he sufrido como condenada. Desde aquí veo la salida, veo lo que merezco, tal vez no sea la correcta para ti, tal vez no sea de nadie, pero ésta página la paso, merezco algo intenso, real, indestructible...
Entonces suspiraría, y hasta ahí, no veíamos más que sonrisas tímidas, un tacto tan sutil entre sus manos...
¿Cómo podemos rebatir que el tiempo sea relativo? Si todo eso sale de tu pecho como una bomba, no lo piensas, no hay tiempo. Sólo hay un momento, sólo hay un ahora, sólo por hoy, nos vamos a alejar, vamos a creer nada, todo, vamos a aflojar la respiración y ver qué pasa.
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Sólo por Hoy.
Short Story"El silencio que había la mataba lenta y silenciosamente. Más la sola idea que rondaba por su mente parecía amenazarla, solo sentía culpa, más que esa "felicidad" que se le ofrecía... esa felicidad que a la vez odiaba, ¿por qué no pudo ser normal? ...