5. Persiguiendo Autos.

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- Cuéntame, ¿Confías en mí? - tenía miles de preguntas que hacer la verdad, pero sabía que presionarla de un momento a otro no cambiaría nada.
- Nos vemos hermanito, te quiero... despídete. Vamos a otro lugar ahora, si quieres venir.- hizo ademán de irse.
- Entonces no... - dijo ella, justo cuando Sarah se fue de espaldas, Karen se lanzó a tomarla y la verdad, no alcanzó a tomarla para que no callese, pero sí para caer con ella. Sarah reía apoyada encima del pecho de su amiga, y Karen se limitó a sonreír mientras apoyaba sus manos en el pasto para equilibrar.
- ¿Ya?
- ¿No podías limitarte a contestar? Casi muero tratando de tomarte...-
- Pero lo hiciste.
- ¿Por qué me mientes entonces? - Sarah se enderezó sin mirarla.
-¿A qué te refieres? - dijo en un hilo de voz.
- Tu brazo... ¿No estás bien?
- No entiendo cómo sigues aquí...- rió.- Yo ya te habría mandado a tratamiento.
- ¿No entiendes? Ni si quiera sabes lo que necesitas...- colocó su mano en el hombro de Sarah, ella se giró.- No necesitas ningún médico ni tipo de tratamiento, necesitas hablar.- sonrió por lo bajo.- Y no quiero ser ególatra pero acabas de hacer la prueba de confianza conmigo. Así que, ¿A qué le temes?¿Por qué lo haces?
- Karen, yo, no puedo...
- Bien, bueno, tal vez no comencé por el momento correcto, ¿Por qué no lloraste cuándo te dí la noticia?.
- Yo... no podía.
- ¿Por qué?
- La última vez que lo ví me fuí por un futuro compartido, habían planes... No es fácil...- se le quebró la voz, ya no sonaba insensible. Lo había logrado, ahora sólo rogaba que no se fuera, que se quedara con ella.- No fue suficiente tiempo, no puedes hacer planes y justo cuando llega el momento marcharte, buscar un futuro y... ver todo negro, ver como se desmorona todo al mismo tiempo... No poder hacer nada... Yo... no quiero esto, créeme que lo odio más de lo que parece, pero cada día es más y más lejano...- no habló más. Karen la tomó del brazo y rompió a llorar, nunca la había visto llorar, nunca había llorado frente a nadie y es más difícil de lo que piensan, la abrazó con cada parte de sí y ella lloró como nunca había podido. A Karen le cayeron lágrimas también, pero supo controlarse para que Sarah se calmara poco a poco junto con el atardecer y el sol desapareciéndoce entre las ramas de los árboles, dando así un último grito de luz presente.

- No hiciste nada mal. Sarah, vamos a casa.- y como vuelta de un sueño increíble, Sarah secó sus lágrimas, la miró y sonrió. Seis años ya eran suficientes.

Ya el cementerio estaba vacío, sólo algunos que otros asistentes y guardias. 19:33 hrs.

- Wow, vamos... lo siento, siento que me hayas tenido que ver así.
- No, no tienes que sentirlo, yo busqué hacer eso. Me alegra que confíes en mí.
- Ahora mismo o somos amigas, o te tendré que matar. Un sacrificio para el mundo.
-¿Por qué? - dijo con falsa sorpresa.
- Bienvenida al círculo de personas importantes para mí. - Sarah pensaba, sienta bien decir esto. Karen por su parte estaba callada alucinando, flipando, cómo prefieran decirlo, pero no tuvo palabras para eso.

En el camino dejaron el celular de Sarah otra vez, pero más que nada porque Karen estaba en otro mundo y Sarah dió cuenta de lo que pasaba, se estaba condenando, ésta amistad estaba hace bastante rato pasada de raya.

Karen ahora se creía 10/10 el refrán, "Sé paciente. Hay que pasar por lo peor para conseguir lo mejor."

Iba sonando Kodaline con uno de sus mejores temas, de esos que Sarah nunca escuchaba pero que no quiso cambiar, Love Like This, Karen estaba en la luna y de vuelta, no se creía qué pasara esto. No sabía cómo actuar.

La canción fue interrumpida por una llamada, Sarah miró extrañada la pantalla, su tía, ¿A éstas horas? Karen lo cogió. Sarah la miraba de vez en cuanto para poder manejar bien.

Pasaban por lugares encantadores, sólo de día, porque después de Slenderman y varios juegos más no se adentraría nunca a esos bosques poco amigables de noche, no señor.

-¿Por qué llamaba?- Karen sonrió y le dijo.
- Quería saber dónde estabas, nos fue a ver, bueno, te fue a ver y se preguntaba donde estabas... Pero ya quedó tranquila.

Un sonido explosivo, cómo un montón de globos reventándose al mismo tiempo se hizo presente y luego que el auto empezara a desviarse, Sarah lo cogió con fuerza y empezó a frenar, Karen sólo atinó a mirarla y dejarse ir, no se opondría a la fuerza, sería peor. Sólo logró escuchar su voz gritando.

-¡MIERDA! - sí, las personas normales no gritan cosas lindas al momento de tener un desarreglo. Luego de esto el auto patinó un poco y logró parar en seco.- ¿Cómo? Estaba perfecto...- golpeó el manubrio, pensó "Menudo sitio en que se me ocurre tener un pinchaso..." Karen solo pensó. Y sin querer en voz alta.

- Estás bien...- después de decir esto la miró y sonrió. Ella de vuelta.
- Llevo el repuesto atrás.

- Karen, tienes que tener ésto claro, si cierras los ojos es muy probable que no veas lo que te molesta. Pero es distinto con el corazón, no puedes detenerlo y cerrarlo, no dejarás de sentir.

Ésa fue la primera sesión de Karen con el psicólogo, tampoco volvió a verle.

La cosa no era que estuviera mal lo que decía, el problema era que estaba en lo correcto, y más rápido de lo que pensaba calaba a las personas hasta desentrañar todos sus gustos y secretos. Sería buen espía. Pero no dió con las pacientes correctas, ya que ambas iban por problemas y sus secretos al descubierto no mejoraban las cosas.

El problema de ella era la honestidad con sus padres, era lesbiana, no bisexual, no daría nietos y sus padres eran fanáticos religiosos, eso y que cuando les dijo lo de ser bisexual pasó ésto.

- Pero hija, mira aún hay posibilidades, Ana tranquila, dijo bisexual, no lesbiana, aún le gustan los chicos...- la señora estaba llorando.

Definitivamente no era su caso, no iba a arriesgar nada más.
Estaba terminando con la última tuerca y preguntó.
-¿Qué hora es?
- No te creo, llevamos aquí sólo quince minutos y no me has dejado ni acercarme a ayudarte. ¿Segura que no lo planeaste? -dijo frunciendo los labios, le encantaba ése casi puchero que hacía, pensó Ojalá. Ojalá lo hubiera planeado. La verdad estaba urgida por una ducha, lo bueno es que no apestaba y la ropa era negra.

El camino fue silencioso. Karen sólo iba pensando en cómo ella la había mirado durante tanto tiempo sin aburrirse.

20:14hrs.
-¿Te puedo mostrar algo?
-¿De qué tipo?- dijo Sarah, acto seguido ambas rieron, la tensión se podría haber manifestado de muchas maneras, más Karen no sabía si era sólo ella o algo más...
- Un vídeo que me gusta de uno de los grupos que escuchas... El otro día encontré uno, después de éste me voy a duchar.
-Bueno...- dijo ella sonriéndole, al empezar la canción Karen tomó las cosas y fue corriendo a la ducha. Es Light... ¿Por qué me hace escuchar ésto?, hay demasiadas opciones, dudo que sea casualidad...¿Cuándo le diré? Y cómo no había más, se fué de su pieza.

No sin antes dejar un vídeo puesto de Sleeping at Last, Chasing Cars cover y una nota que en la mente de Karen se reprodujo exactamente como lo habría dicho: «¿Por qué esa?»

- Ahora te digo.- nunca había estado más segura, nunca había sentido tampoco esa seguridad. Y no la iba a perder aunque le dijera, así que...

Sólo por Hoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora