Epílogo: Side Story.

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N/T: Side story es un fragmento de un hecho cotidiano sacado del contexto original de la obra agregado como un capítulo extra. Considerar al momento de pasar al siguiente capítulo.

Narra Sarah.

Me agarró el cuello firmemente y a la vez de forma gentil, me miró con seguridad, me hizo sentir querida y a salvo, me acercó mientras sus ojos se concentraban en un paseo por mi rostro... Sujetó mi cintura, casi de manera imperceptible e hizo que me quisiera acercar, que quisiera quererla... Desearla.

No había nada que hacer, nada que me interesase más que ella, me dejaba cautiva, encerrada en su mirada y en esa atmósfera fuera de tiempo; no era un encierro total, porque yo lo anhelaba, y quise más... Poco a poco nuestros rostros estuvieron lo suficientemente juntos, nuestras cinturas ya estaban a centímetros y yo envuelta en sus brazos, con toda mi valentía miré a sus ojos rompiendo la estúpida timidez y desaté lo que sería mi fin, una mirada potente, fuí leída lujuriosamente por sus ojos, amé la fluidez en la que sucumbí, ambas sonreímos, ella tan pícara, yo... No sé... Pero sí se que fue suficiente para dar paso a besos, a manos, a suspiros ahogados, ¿dónde estaba cuando mi espalda chocó con una pared?¿cómo reaccioné cuando me gimió un te quiero? Sólo la seguí besando, me perdí en nuestros cuerpos juntos, las respiraciones entrecortadas, las manos quemando la piel de la otra a cada toque, no sabía nada más, como un sueño, aislada de la realidad, caímos en ése colchón flotante y seguimos, beso tras beso, unos cuantos en el cuello, sentí su corazón tan acelerado como el mío, no puedo explicar cómo esos besos me estimulaban tanto, o cómo esos ojos pedían que no parase... Igual habría sido el reflejo de los míos, me sentí indefensa, y cuando sus manos me seguían recorriendo y dejando cosquillas, su pierna empezó a hacer presión en mí, y... Y... Seguí, seguimos, no estaba 100% segura de si lo había hecho de manera consciente o no, porque todo habían sido impulsos nerviosos demasiado excitantes, tenía las manos sostenidas arriba de mi cabeza, y poco decíamos si no eran agitadas respiraciones.

No sabía qué hacer, me temblaban las manos inseguras, ella las guiaba ansiosa porque la tocara de una vez, le acaricié desde la cintura a las caderas, sentí cómo me alejaba y me tomaba una pierna para rodearla, como mi mano se atrevió a bajar sus shorts, tocar sus huesos de la pelvis y presionarlos sutilmente, excitada y estimulando sus sensaciones, atrayéndola como los imanes que somos, tocando sus calzones húmedos, ella tirando de los míos y humedeciendo sus dedos, entendí que quería tener el control y que me llenaban las ganas de sentirla, me besaba y yo opté por dejarme llevar, al principio me incomodó, luego solo quería más, y ella también, ella me envolvía como si fuera lo más sencillo del mundo, me hacía jadear dentro de su boca, tensar mi cuerpo entero a sus movimientos, sentir como tocaba mi torso con la otra mano, como subía mi blusa y paseaba sin pudor su mano, sus besos en mi cuello, sus ojos entreabriéndose al mismo tiempo que los míos, sus costillas presionando las mías mientras arqueo la espalda, su rapidez y su fuerza llegando a mi una y otra vez, mis jadeos tenían un límite y estaba conociendo uno nuevo, estaba rasguñando su espalda, atrayendo su cabeza para que me escuchara justo en su oído, para que me sintiera sumisa, para que supiera que me tenía.


Es encantadora, un rato después nos paseabamos semidesnudas por la sala de reuniones como si fuera nuestro departamento, yo hacía unos cafés y ella ordenaba el escritorio, buscaba la ropa y recogía las cosas que habíamos botado.

Me reí, me vió, me besó.
Sonreímos.

– Vamos a casa...
– Creo que es lo mejor, déjame ir a la sala de control para borrar loa rastros...
– pero era un punto ciego...
– pero el café no...
– te espero en el auto
– espera cuando lleguemos a casa, jugaremos más – asentí sin pensar.
Una vez procesado me puse como tomate. Reí.

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