2. Visita Desafortunada. [EDITANDO]

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Acababa de llegar a casa de sus padres, estaba ansiosa, los iría a sorprender, había conseguido la beca por la que tanto se había esforzado, y por fin... Estaba lista para lo que siguiese, con el entusiasmo cosquilleando hasta la planta de los pies. Tocó el timbre, esperó unos minutos y golpeó. Las cortinas de la pieza de su hermano estaban cerradas a plena luz de día, "Habrán salido", pensó.

Y ya se iba a marchar, cuando un auto toca la bocina frente a la casa, su tía también llegaba, ¿Por qué no abrían?, se saludaron con nostalgia y ella le preguntó.
– ¿Por qué estás afuera?
– Aún no me vienen a abrir, llevo un rato ya...
– ¿Ellos no sabían de tu visita?¿No quieres llamar?– negó. Seguía entusiasmada con la idea de sorpresa.
– Conseguí la beca...– dijo con tono apenas audible, tímido, sonriendo mientras se sonrojaba mirando el suelo. La tía se encantó y la abrazó fuertemente.
–Estoy tan feliz por ti, sé que no fue fácil...– la miró ya de frente y sacó su móvil – ya los llamo yo, tranquila...– dijo sonriente cual cómplice mientras marcaba y esperaba.– Que orgullosa se pondrá... ¡Hola! Clara, ¿Dónde estás que no abres la puerta? – desde aquí su cara palideció, se tornó como un póquer, se afligieron entre miradas – Eeh, ¡claro!... Vamos de inmediato...– colgó la llamada y le hizo señas rápidas para subir al auto a esperar y refugiarse del frío. La siguió.

Mira al pequeño durmiendo atrás.
– Está grande...– la tía asiente sonriendo, esa mirada que tienen las madres, nadie se las puede quitar. ¿Cuánto tiempo estuve perdida?
Va por los dos años ya...– contestó.
– Y yo que lo vi tan pequeño... No me lo creo.-
– Es normal, yo me he perdido tantas cosas por trabajar... aún así, aunque lo veo cada día me parece ayer...– suena el móvil y ambas se sorprenden.– Discúlpame.– atendió sin más – ¿Sí?... claro, lo veré.– dijo y rió un momento mirando al infinito.– Bien, bien... Mándame el link. Gracias, ¿Se ha portado bien?, vale... Te quiero cariño, adiós. – colgó. Antes de poder hablar sonó otra vez, miró la pantalla, "Clara", contestó. "Que extraño..." Pensé, y volvió a atender. –¿Clara?, ¿Ah?, ya voy, voy cariño, no te preocupes... Tranquila, ¿Cuál es?, estaremos ahí lo más rápido que podamos.– había puesto esa voz de consuelo, desespero y esperanza, algo iba evidentemente mal, colgó.

Lo siguiente fue una tela blanca que atascó en la ventana, sentí un nudo en la garganta, me miró con urgencia y angustia, "Si tan sólo no tuviera una mirada tan transparente..." deseó Sarah.

Llegaron a la clínica, entrando por Urgencias y ahí el cuadro de un blues, su madre llorando histérica y su padre con lágrimas silenciosas, ambos abrazados, el único actor faltante...

Le faltó el oxígeno.

– ¿Sarah?- le habló su madre.

Sintió una patada directo en el estómago.

– Y-Yo...

Su tía había entrado con el coche y luego había corrido a la enfermera que se cruzara, Sarah la vio, Karen... estaba sentada al otro extremo de la sala, con la cabeza entre las manos, "¿Cómo?" , verla ahí sólo hacía eso más extraño, cada vez caía más bajo un solo pensamiento en bucle; no quería ser la que confirmara lo que allí pasaba. Los ojos de ella se clavaron directo en ése cable de reacción, no pudo desconectar.

– Sarah...– le dijo ella, se había acercado, "¿Cuándo?" , sus piernas se volvían débiles, pero aún se esforzaba por mantenerse digna.
- ¿Qué... pasa?
- Tu hermano...- no fue necesario decir más, no estaba bien, de lo contrario... Se dirigió a sus padres que la miraron y extendieron sus brazos.

Sin embargo, se fue a sentar, esperaría al doctor. ¿Por qué torturarse antes de tiempo?, Karen se colocó frente a ella, se acuclilló frente a ella y habló otra vez.- Ya salió el doctor, unos minutos antes de que llegaras.- a ella también le temblaba la voz. Suspiró y tomó una de sus manos.- No había nada que hacer, fue instantáneo.

No estaba soñando, esto no era una pesadilla, trató de pellizcarse fuerte para comprobar que no despertaría. Hacía cuatro años que no había visto a su hermano, y ahora... ¿Cómo demonios podía pasar algo así en un día como éste? Aunque para los demás fuera un día corriente, para ella era, además de inesperado, parecía un chiste, justo ahora debía ser, justo ella tenía que estar, ella debía comunicar algo así, pese a no tener más relación con su familia que su vieja amistad, se lo decía con tanto tacto, puede que ella hubiese pasado los últimos años estudiando en una universidad de por ahí, cerca de todos, pero ella no se iría a conformar con lo que tenía, si había algo que no podría ceder, era en su futuro, estar años sola era normal para ella, por no decir que ya se había hecho un hábito, pero había sido con una condición (autoimpuesta), el volver triunfal y llevarse a su hermano para cumplir la vieja promesa que guardaban... Pero ahora... ¿Qué se supone que debía hacer?, no quería estar más tiempo sola, cuando estás tanto tiempo así se vuelve extraño cualquier tipo de socialización, a menos que sea de antigüedad, como lo es con Karen, el tiempo que había pasado quedaba agotado, parecía nada, porque ella había vuelto y parecía estar esperándola.

Nada, ninguna pérdida se igualaba a esta, o sea, es tu familia y aún más concreto, tu hermano. No podría creerlo.

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