A la mañana siguiente...
Karen estaba despertando, 10:30 am. Escuchó ruido en la cocina, Sarah había terminado de preparar el desayuno y andaba con su bata cantando en voz baja (y bailando), ella se limitó a mirarla, pocas veces se la veía así, por lo que debía quedarse en silencio y contemplar. Sonreían ambas, Sarah seguía con lo suyo, en su mundo, Karen la observaba, los detalles de su pelo, sus ojos, sus manos, sus labios...
Interrumpió su vigilo el sonido de un celular, el de Sarah, ella la vió y se sorprendió, al contestar miró el piso, Su tía pensó Karen, estando totalmente en lo correcto, el sonrojo de Sarah mirando el piso era un rasgo que sin duda conservaría en su memoria.
¿Por qué? Karen sabía perfectamente. Nos remontamos al día anterior.
- ¿Aló?- dijo Karen mirando de reojo a Sarah.
- Sarah, siento no ser mensajera de buenas noticias, tu madre está enferma, hospitalizada, hace un mes le detectaron un cáncer, ahora se agudizó, hace una hora empezó a sentirse mal... Cayó desmayada y tu padre la llevó al hospital.- Bueno, estamos recién camino a casa...
-¿Qué?... Oye, ¿Karen?
- Nos vemos... Ya le digo yo.
- Bien. Pero que venga rápido, no sabemos hasta cuando tendrá permitidas las visitas.
- Nos vemos...- colgó sin más, por ése momento la idea le parecía mejor que cualquier otra opción. Sabía que debía decírselo, pero quería disfrutar un poco más con esa Sarah despreocupada, no sabía como sacar a colación un tema así, no debería estar pasando esto, parecía que Dios si existía había abandonado a Sarah. Por primera vez en seis años había llorado, y eso no era debilidad, lo entendía... La rabia invadió a Karen por unos segundos y luego la cambió para seguir con Sarah.Pusieron Wild de Troye Sivan, y con las ventanas abiertas siguieron su acto.
Sin embargo, tal y como es, un pequeño detalle es lo que desencadenó lo que vino. Ahora es cuando Karen quisiera estar jugando Life Is Strange para ser Maxine y volver atrás, aunque lo peor es que seguía sin arrepentirse. Sarah la miró con los ojos cristalinos, ninguna lágrima, no había palabra, corrió a su pieza luego de colgar, cuando pasó por su lado, sintió el frío más imponente de su vida, como estando frente a ella ni siquiera la había mirado, un nudo en la garganta tan profundo que hasta ella creyó posible su invisibilidad.
Sarah estaba confundida, no se sentía como lo peor haber marcado el día de ayer, pero no por su hermano, estaba confundida pero en ningún punto la odió, lo de su madre... Eso fue lo que dolió, tal vez planeaba decírselo hoy, por eso estaba tan callada...
Mientras las dos pasaban por un calvario, Sarah encontraba cada detalle por más insignificante que se valorase importante a su manera, sobretodo el hecho de que le hablaría, (porque no iba a haber todo un drama por eso), estaba enojada, sí. Y Karen seguía en la misma postura.
Ya me he acostumbrado a ti, por favor no te vayas, no me dejes para que todo empiece desde cero.
- Bien.- suspiró Karen. Ahí vamos... Se levantó y se puso frente a su puerta, al mismo tiempo que ella la abría y se miraban. ¿Segundos?¿Minutos? Por fin habló. - Lo volvería a hacer, sin embargo, ahora no es eso lo que quieres precisamente.
- Entonces...
- Vamos.
- Estás en pijama...
- Bueno, me cambio los pantalones... Ya voy.*En el Hospital *
- ¡Sarah!- gritó su tía. Ser discreta no era su fuerte.- Pensé que no irías a venir...- lanzó una mirada a ambas de pies a cabeza, Karen la ignoró.
- ¿Cómo está? - preguntó Sarah.
- Pasa a verla, los médicos no tienen idea de qué más hacer cariño... No saben si prolongarlo está bien o no.- le faltó dar las condolencias... pensó Karen.- Lo siento...- Ya no.- Ya vuelvo.- dijo ella, parecía todo bien, entró sola. Su padre estaba en la sala, sentado al costado de su madre, ella al ver a su hija sonrió como no había hecho en todo el tiempo, su padre la miró y sus ojos se iluminaron, no sabía si por la luz o... Pero entonces un hilo de lágrimas recorrió su mejilla, Sarah corrió a abrazarlos, primero a su padre y luego miró a su madre. Con su mirada enternecida hizo que a Sarah le cayeran lágrimas, la mirada que tanto extrañaba, tanto amor era ilógico, aún si pasaba tanto tiempo, aún si todo se iba a la mierda, estaba sufriendo, estaba ahí como animal esperando a ser sacrificado, estaba ahí, postrada, tan... Y fue eso lo que caló hondo en sus huesos, eso fue todo.
- Jess, ¿Las dejo?
- Ahora mismo...- contestó la señora riéndose. Salió su padre.
- ¿Duele mucho?- la señora rió.
- Como un demonio...- dijo, tomó su mano, fría en comparación con la de ella. Miró por la ventana.- Pero está bien... Tengo la mejor habitación.
- Supongo...- los árboles hacen su entrada y se quedan ahí, con el sol iluminando a través de las ramas.- Sí, la mejor.
-¿Cómo estás? - Sarah rió.
- Y te atreves a hacerme esa pregunta...-
- ¿Debo suponer que bien?
- Obvio, mamá... Esto no es justo, ¿Sabías eso?
- ¿Tienes pareja?
- ¿Ah?-... no supo qué decir. Trató de bromear.- Si es por eso, lo más parecido que tengo es a Karen.
- Estaría bien... Siempre me ha parecido que hay algo...
-¿¡PERO QUÉ DICES!?- se sonrojó al límite. Ella sonrió.
- Todo con que seas feliz. Hija...- los ojos se le volvieron cristalinos.- ¿Me harías un último favor?
- Lo que sea...- contestó con un hilo de voz, tenía recelo.
- Cuando te diga, gira esto y vete de aquí.- ella le iba a refutar, sin embargo su madre se enderezó y tomó con fuerza sus hombros, llorando. ¿Tenía siquiera una mínima idea de lo que estaba pidiéndole? - Me duele...- dijo la anciana con un hilo de voz y los ojos cristalinos.- Si no lo haces tú...
- Eres mi madre. ¿Sabes que hasta ayer no dejé de sentirme como mierda?¿Lo sabías?¿Cómo te podría...? Yo no he sido fuerte, cómo diablos esperas que apague los ojos de quien primero ví.
- Verlos ahora significa lástima, no quiero dar lástima, no quiero pasar mis últimos días tan dolorosamente postrada. Hija... Sarah.- besó en la frente a su madre, a la vez que con la mano de su madre encima, cortaba el medicamento que traía la intravenosa.- Sólo tienes que cerrar los ojos, y dormir...Eso nos trae a lo que es Sarah actualmente... Y el cómo empezó ésta historia.
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Sólo por Hoy.
Short Story"El silencio que había la mataba lenta y silenciosamente. Más la sola idea que rondaba por su mente parecía amenazarla, solo sentía culpa, más que esa "felicidad" que se le ofrecía... esa felicidad que a la vez odiaba, ¿por qué no pudo ser normal? ...