Para empezar, el viaje no fue tedioso cómo se esperaba, Karen hizo que todo fuera más vivo, si ella escuchaba Hurts, Karen esperaba que una de esas terminara y colocaba Blink 182, varias veces le dijo que prestase atención a las letras, en algunas sólo entendía parte, pero prefería vivir en el misterio de las palabras, no averiguar, dejarse llevar en la música, aunque no tanto... Había algo en las canciones que colocaba que no la dejaba tranquila. Más tarde lo averiguaría. Variaban bandas y estilos, no se quedaban en esas dos solamente, Syd Matters, RHCP, Sleeping at Last, Arctic Monkeys. Y demás respectivamente.
Después de la muerte de su hermano, al contrario de volver a sus raíces y compartir con sus padres prefirió alejarse, no así los iría a dejar de querer, simplemente le dolía crecer frente a ellos, porque sabía que un día iban a irse, la dejarían y la única persona que podría acompañarla, se había ido.
Parecía todo tan frío, como si el mundo hubiera conspirado en su nacimiento para que todo se rompiera frente a ella, tal vez como pruebas, a algunos les gusta llamarle "obstáculos", no obstante la vida de su familia no tenía que en ningún punto ser uno de ellos. Se habían metido en el lado equivocado, sus planes de vida no resultarían, porque al mismo tiempo que su vida pasaba deprisa su interior estaba pudriéndose, y tenía miedo de no salir.
-¿A qué le tienes miedo?
- A nada.
- ¿A qué temes, Sarah?Silencio.
- A mí. A que no me controle, que todo se salga de lo que dice el plan, supuestamente tengo que superar esto, pero no sé como hacerlo, y estoy cansada... De mí, porque cortarme ya no es una opción, los demonios ya no están sólo en mi mente...
-¿Llegaste al fin de tu camino? ¿Eso es lo que dices?
- Sí. No quiero ser suicida, trato de no ser cobarde, sé que en un punto no lo soy... Me gusta pensar eso, sé que soy masoquista, los cortes me los hago para tratar de convertir el dolor que tengo...
- Al dolor físico. Me dices que entonces tratas de descargar el dolor de alguna u otra forma en tí. Y adivinaré que es porque no quieres herir a nadie.
- Sí... No suena tan catastrófico si lo dice usted... No suena descabellado, porque sigo aquí.
- Exacto. Sigues aquí, hablando con la persona equivocada.
- Pero...
- Sabes que ya tocaste fondo, ¿No?
- Sí.
- ¿Por qué sigues aquí? ¿A qué le temes? Si tu miedo está en un espacio de tu mente déjalo irse, esa barrera pásala a un puente, arriésgate a que todo se salga del plan, si sigues aquí hay algo que te importa, algo que sólo tendrás por poco tiempo, es tan pasajero como la vida. Vamos a hacer un último ejercicio Sarah, no es hipnosis, tranquila, ahora, cierra los ojos...No te imagines nada dime, ¿Qué vees?
- Nada.
- Al fin y al cabo Sarah, todos nuestros miedos son sueños dados vuelta, no abras los ojos. ¿Cuál es tu miedo auténtico?
- Salir, pero salir y que ya sea tarde.
- Debes cumplir cada impulso Sarah, en un estudio determinaron que el 55% de veces que sigues una pulsión, estás en lo correcto, lo que nos demuestra que un 5% de las personas se arriesgaron para hacer que fuera una mayoría, el 45% corresponde a lo que haces desde ya Sarah, da vuelta la hoja, lee el otro lado de tu miedo y conviertelo en un impulso, hace todo lo que tengas que hacer antes de que lo pierdas, sigue cada impulso, hasta los más obscuros, y si te preguntas porqué sólo recuerda porqué empezaste.Claro que ése hombre está en el sitio equivocado, es todo un filósofo. Y Sarah, que estaba en su primera sesión de Psicólogo, al mes de la muerte, lo dejó de ver en seguida. Esto no probaba nada, Sarah fue callada todo el camino prácticamente, Karen no la molestó y conectó al final el celular de ella, la miró, le encantaba mirarla, ahora estaba perdida en sus pensamientos, sonreía sin quererlo, cogió el móvil y lo colocó en aleatorio, comenzó a sonar Obstacles. Vaya, justo ésa.
Sonó esa y Sarah se estacionó al finalizar ésta, habían llegado a su destino.
- Adelante, si quieres ve primero...- dijo mientras bajaba a ver el asiento trasero en busca del arreglo que había encargado.
- Me harías quedar mal...- se puso a su lado. Ella bloqueó el auto, y la miró sonriendo.- Mira que flores, déjame ayudarte...Puesto a sus heridas la dejó llevarse el arreglo, le dolía bastante ya.
- Dame tu mano.- le dijo Sarah, no tuvo ningún tono en específico. Pero se volteó, la miró cargando las flores y sonrió tiernamente tomando su mano.- No voy a esperarte, vas muy lento y quiero que las flores lleguen.17:43 hrs.
El cielo esa tarde de Otoño era extraño, anaranjado, rosado, amarillo, lila, tonos cálidos como si fuera Verano. Karen no sabía que pensar, frente a ella estaba el ramo de flores, el día perfecto, la promesa en persona, todo eso, en un abrir y cerrar de ojos, estaba pasando. Sólo por hoy, déjame decirte todo lo que callé, pensó.
Llegadas a el sitio, habían otras personas también, no vayan a imaginar algo lúgubre, por favor. Si bien tenía esos árboles teñidos de naranjo y otros verdes en el paseo central eso le daba su encanto, Karen bajó las flores lentamente y las colocó al un lado de la lápida, en el epitafio, que extrañamente su hermano ya había escrito decía «Justo cuando creíamos tener todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas. M. Benedetti.»
- Siempre que venimos te digo los mismo, me encanta esa frase, porque el inicio de algo tiene que ser difícil, sino no es ni un inicio ni un final.
- Creo que eso mismo quería decir...- sonrió con nostalgia. Se sentaron en el pasto y sus manos se toparon, ninguna se movió, pero ambas jurarían que sólo con ése ligero contacto notarían sus acelerados corazones al unísono, saliéndose del pecho.
- Sarah...- la miró. No dijeron nada por lo que pareció una eternidad.- Puedo, hacerte una pregunta, pero si no la vas a contestar de verdad entonces no contestes. ¿Sí?- suspiró tensa. No porque no quisiera responder, sino porque sabía que iba de verdad.
- Dime.
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Sólo por Hoy.
Kurzgeschichten"El silencio que había la mataba lenta y silenciosamente. Más la sola idea que rondaba por su mente parecía amenazarla, solo sentía culpa, más que esa "felicidad" que se le ofrecía... esa felicidad que a la vez odiaba, ¿por qué no pudo ser normal? ...