El resto de la semana transcurrió entre la rutina del trabajo, entre el placer de acudir a la universidad y por supuesto charlando con las chicas por teléfono. Procuraba después de salir del trabajo ir al parque a observar a Daniel.
Empecé a comprar la prensa para por lo menos disfrazar el verdadero motivo por el cual me encontraba ahí, así no parecer una tonta sentada en el parque, de esta manera evitaba que inoportunos se acercasen en busca de conversación.
Aunque ya hace tiempo que la prensa no aporta nada bueno pues los titulares enmarca situaciones que producen estrés y desaliento en los ciudadanos; que si el precio del petróleo bajo, que si ejecutaran nuevas medidas económicas, que si los ministros..., que la inseguridad se come al país y bla bla bla.
Todos sabemos que pasa pues lo vivimos a diario, entonces para que torturarse comprando la prensa. En fin, mi beneficio en aquellos papeles siniestros era disimular y punto. Luego opté que mejor era llevar un libro.
También aprovechaba el tiempo para analizar si este amor -si es que se le puede llamar así- ¿valdría la pena hacerle la lucha? o ¿será un capricho de los tanto que he tenido a los largo de mi vida?
Sí, me atrae mucho, pero tal vez es porque llevo viéndolo casi dos años y nunca he pasado de un trivial "buenos día". Aparte que esta como para chuparse los dedos pero eso es otra cosa.
Mi concepción de vivir en pareja no es muy convencional que digamos, no soy la típica mujer del hogar, esa que vive para lavar, planchar, cocinar todo en función de un hombre. No, no, no nada que ver y ni Dios lo permita; más bien soy de las que piensa que es un trabajo de equipo donde ambos debemos aportar en igualdad de condiciones sin discriminación de género además que odio estar metida en la casa todo el día como cachifa si ningún beneficio. En fin ¿será Daniel un machista retrogrado? ¿Qué tal será en la cama? ¿Roncará? Las respuesta a estas interrogantes podrían romper el hechizo de mi gran amor platónico.
***
Estoy en los preparativos del almuerzo. Dai y Yose vendrán más tarde quise organizar todo temprano antes de que lleguen. Hare espaguetis a la boloñesa que es mi especialidad aunque para ser sincera en realidad es lo único que me queda bien.
Recibo un pin de Dai que dice que ya están entrada. Ya tengo todo listo en la cocina .Me dirijo a la puerta.
—¡Hola chicas! Pasen adelante.
—Hola Yle, espero ya esté lista la comida, muero de hambre. —Dice Yose.
—Tranquila amigas, falta poco. Vayamos a la cocina.
Dai va derecho al refrigerador para guardar las bebidas y un quesillo que se ve un divino.
—Espero les guste lo hice en último momento no me decidía que traer. —expresa Dai, con emoción.
Mientras las chicas toman su lugar en la mesa, yo empiezo a servir la comida. Sin desaprovechar el momento para interrogar a Yose:
—Dime Yose, por fin, ¿Qué sucedió con la mujer de los mensajes? —ella se levanta para ayudarme a servir en tanto que aclara:
—Pues nada, les cuento que ahora la esquiva es ella, he tratado de hablar con ella pero no contesta las llamadas. Creo Yle, que tenías razón y se equivocó. No encuentro otra explicación.
—Ves, seguro eran para un hombre y equivoco el número telefónico. No responde por vergüenza es normal.
—Caray Yle mis felicitaciones al chef. Está muy rica la comida. —Refiere Dai que ya ha dado una probada del plato.
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Risas, Lágrimas y Disparates.
ChickLitAmigas en la buenas, en las malas, en la salud, en la enfermedad y en la crisis. En fin para lo que salga, sencillamente amigas... Participante de: ✅ #InvisibleAwards2018 #454 Chick-lit diciembre 2017 #585 Chick-lit diciembre 2017 #741 Chick-lit...