Extra

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Es sólo un sueño. . . ?

En el hospital Almirante Giménez. Ylena se encontraba en una habitación. Estaba dormida, pues se encontraba bajo el efecto de un analgésico muy fuerte. En la afuera sus inseparables amigas sostenían una conversación con el medico que estaba a cargo de su cuidado.

-Díganos doctor Ibáñez -indagó Yose visiblemente preocupada, dándole vuelta sin parar al anillo de su dedo anular-. ¿Cómo ve a nuestra amiga? Y por favor no omita nada, somos como su familia... así que háblenos bien clarito.

Dai asintió con la cabeza ante la solicitud de su amiga, sintió que su corazón se arrugaba como un papel al ver el estado físico de su querida amiga.

-Ya veo -dijo el medico al ver a las chicas afectadas-. Bien... no les mentiré. El estado de su amiga es de pronóstico reservado.

-Tan serio es doctor... -intervino Dai sin poder contener las lágrimas-. Esto es mi culpa Yose.... Todo es mi culpa...

-Basta Daiyith -replicó molesta Yose-. No es momentos de buscar culpables. No ahora, así que deja eso para después. No me pongas más nerviosa de lo que ya estoy.

Daiyith trató de controlarse, pero solo de solo pensar en su amiga, la mantenía en un estado de nervios difícil de controlar. Mientras el Doctor Daniel Ibáñez trató de apaciguar los ánimos de las chicas.

-Oigan chicas, no sé qué es lo que pasa entre ustedes, pero su amiga necesita que se encuentren bien. De momento esta bajo un sedante muy fuerte. Aunque el estado es crítico no quiere decir que no se recuperará. Solo que necesita estar bajo observación por unos días. Necesito vigilar su condición y como va evolucionando en su recuperación.

Yose asintió un poco más tranquila y Dai, aunque aun continuaba llorando, tomó la mano de su amiga buscando el apoyo en ella.

-Muy bien, así esta mejor -dijo el medico viendo el cambio en las chicas-. La señorita Sarmiento recibió muchos golpes a nivel del rostro, en el costado izquierdo, aunque los rayos X reflejaron que no hubo fractura, sin embargo los hematomas que presentan abarcan una gran extensión. Afortunadamente no se comprometió el pulmón aunque si percibimos dificultas al respirar al momento que fue ingresada en emergencia.

Dai rompió a llorar de nuevo.
-¡Dios mío! Pobre Ylena... casi la mata.

-Le agradecería que por favor -indicó el doctor seriamente-, por nada del mundo le den un espejo o algo donde pueda verse reflejado su rostro. Estoy seguro que el shock seria muy traumático para ella y habría que sedarla nuevamente. Es por el bien de su amiga. Aunque no es nada grave la impresión seria muy fuerte en su estado de nervios.

Antes de marcharse le da una última recomendación.

-Su amiga tiene las visitas prohibidas, pero las dejare pasar si prometen no hablar dentro y solo por unos cinco minutos. No se preocupen. A partir de ahora su amiga está en las mejores manos.
El sonrió dando la vuelta para continuar la rutina con otros pacientes. Las chicas lo vieron marcharse por el largo pasillo del hospital. Yose fue la primera en entrar, Dai la siguió nerviosa. En la cama de aquella habitación de paredes blancas se encontraba Ylena, dormida. Su rostro estaba cruelmente maltratado. Era imposible no desviar la mirada ante semejante horror. Sus facciones tenían una extraña tonalidad a causa de los fuertes golpes que le propinó Rubén. Toda aquella monstruosidad por defender a Dai.

Risas, Lágrimas y Disparates.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora