CAPÍTULO 5 (PARTE 2)

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El corazón se me acelera, mi respiración se entrecorta, estoy entre la espada y la pared, no sé que hacer, o salir corriendo-cosa poco probable ya que están los pestillos echados- o quedarme para ver que ocurre.
Seguro que ahora mismo debo de estar roja como un tomate.
Daniel alarga su brazo hasta mi rodilla y empieza a acaricierme como si quisiera que me calmara. Levanto la vista de su mano hasta sus ojos, esos ojos castaños que me vuelven loca en el malo y buen sentido. Daniel aparta sus ojos de los míos para mirar hacía abajo y es cuando yo le pregunto:

-¿Por qué no querías que me fuera antes?
-Porque eres una distracción para mí.-me quedo sorprendida ante su declaración ¿distracción? Si, seguro.
-Seguro que lo són muchas chicas.
-Oye mira, no me conoces lo suficiente como para saber que no soy del tipo de chicos que se declaran cada día con una tía diferente para poder llevársela a la cama, no suelo decirle a ninguna chica para que caigan rendidas a mis pies, ya lo hacen ellas solas. Esto es nuevo para mí y si vas a estar machacando diciendome que no es verdad lo que te digo, será mejor que lo olvides.-alucinada, ese es el adjetivo con el que me puedo definir ahora mismo. No se que decir y lo que él me a querido decir es que ¿siente algo por mí? No puede ser. Me habla fatal, yo le e hablado fatal... y me dice estas cosas.

-¿A qué te refieres con que soy una distracción para ti?-en su mirada puedo notar furia, ira, rencor, pero nada bueno. Empiezo a temblar.

-En casa de Noah, mientras hablabas con Sofía, yo estaba con Tyler y con Noah, los dos estaban hablando de sus respectivas novias como el puto culo, que habían engañado no se cuantas veces mientras se reían de ellas y eso a mí me cabrea mucho y oara no darles una docena de puñetazos a cada uno, te miraba a ti y me olvidaba de todo, solo me concentraba en ti y en tu hermosa sonrisa.-ahora estoy alucinando pero más que antes.

-Somos hermanastros, Daniel.
-Eso me da igual, Anissa.-cuando termina me guiña un ojo con una media sonrisa juguetona y noto como cada vez se va acercando a mí.

-Daniel, dejame pensar en todo esto por favor.-le digo con la voz entre cortada y la respiración a mil por hora a causa de tenerlo a centímetros de mi cara.

Escucho como los pestillos del coche se abren, lo miro directamente a los ojos y me dice:

-Dime algo pronto.-asiento y salgo del coche rn dirección a casa.

Cuando estro a casa, subo a mi habitación y empiezo a pensar en todo lo que me acaba de decir Daniel ¿será cierto? Si quiero una respuesta a esta pregunta supongo que tendré que descubrirlo por mí misma.

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