12 de diciembre 16:27

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—Will, quizás deberías esperar o...

Miro a Theo y alzo una ceja.

—Theo déjalo.

—No pierdas la esperanza. A lo mejor llega al aeropuerto antes de que despegue el avión.

Miro por la ventanilla del coche y veo el aeropuerto a lo lejos.

—Theo, para. No es como si me hubiera muerto —él rueda los ojos porque ambos sabemos que mi estado es bastante similar al de un moribundo—. No. Y no digas que llegará ni ninguna mierda de esas. Sólo quiero volver a casa.

—Pero...

—¡Theodore, cállate! ¡No quiero volver a verla, y mucho menos una jodida escena en medio del aeropuerto! —él traga fuertemente y fija la mirada en la carretera—. Lo siento. Yo sólo...

—Sólo quieres olvidar —asiente—. Lo entiendo —se queda pensativo durante unos minutos—. Todo esto es culpa mía.

Niego con la cabeza.

—No. Fui yo el que le insistió en que quería hablar con ella. Y ahora te grito porque no soy uno de esos idiotas que espera que ella vuelva mágicamente a su lado.

Theo aparca junto al aeropuerto y ambos desabrochamos nuestro cinturón. Voy a abrir mi puerta pero me agarra el brazo.

—Niégalo todo lo que quieras, pero sí que lo eres.

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