1

146 13 8
                                    

-Eres la más fea de todo el pueblo. -Escupió Parker con orgullo.

-Y tú también. -Dijo con rabia.

Parker era insoportable, no lo aguantaba. Se cruzaba con ella y se ponía borde y frío. A pesar de que sus familias tenían una gran rivalidad, su hermano y él entrelazaban una buena amistad. Y cuando él la insultaba lo detestaba, por que sus contestaciones eran pésimas. Sí, eso debió ser. Se metía con ella casi todos los días del verano. Su pregunta era; ¿Por qué sólo con ella? Tal vez, ella contestara tan mal que a él le gustaba verla enfadada como una niña de cinco años. Aunque la verdad, Parker y April nunca llegarían a algo que más que enemigos. Nunca, se prometió.

Parker era un chico frío, aunque su arrogancia lo hacía...guapo. Tenía un aire misterioso, y le encantaba pasar el tiempo jugando a videojuegos. Un chaval respetado por el grupo de chicos del pueblo y detestado por una parte de las chicas. Posiblemente, fuera porque, le daba igual lo que pensaran los demás de él, y no le daba miedo atacar. Era él mismo, hecho que no le gustaba mucho a las chicas. Ni a April. Nunca se fijaría en alguien como él. ¡Nunca!

Ella siempre tenía en mente a un principe azul que la llevara al país del amor. Sí, vísteis bien. Allí mismo.

Lo quería espontáneo, aunque no tanto. Con un aire misterioso, pero sin ser un friki. Que fuera seguro de sí mismo y que tomara
rápidas y correctas decisiones. Que fuera intelectual, pero sin ser un empollón. Que estudiara una carrera universitaria buena de verdad. Un chico empalagoso pero sin ser pesado. Ni si quiera ella tenía claro lo que el destino la deparaba. Ni él, ni ella. Nadie de los dos.

Como Romeo y Julieta © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora