28. Tú y yo tenemos algo pendiente, ¿cierto?

38 7 4
                                    

—Hey. —Dijo Paris a chicos y chicas. —¿Jugamos a atrapa la bandera?

Todos afirmaron entusiadados. Hicieron equipos mixtos.

A April le tocó con Parker. Todo por su velocidad.

Declan, Parker, April, Juan, Estela y ella, se encontraban bajando a una velocidad lenta para seguir escondiéndose e ir a por la bandera. Juan y Estela eran niños pequeños, e iban apegados a April.

Se separó de Declan y Parker y se fue con Juan y Estela.

Después la pillaron, —bueno— los pillaron. Tuvo que volver a subir y tocar la bandera para volver a bajar sana y salva.

Procedió a entrar por un camino donde Declan y Parker se habían sumergido. Suponía que ellos ya se habían ido de allí. Llegó al final de él y una figura iluminada por apenas una farola se les quedó mirando a los tres.

—Estoy de guardia. —Era Parker.

April, Juan y Estela procedieron a subir donde se encontraron a unos cuantos niños del equipo contario que los vigilaban.

—Sé que estáis ahí. No somos tontos. —Intervino April.

—Y ellos tampoco. —Cortó Parker.

—¿Qué? ¿siempre tienes que tener respuesta para todo? —Bufó la chica.

Salieron de ahí disparados. Eran dos chicos, y por lo que April pudo ver, cogieron a Estela, y el otro chico, Juan, se desvió de camino.

Estela fue a tocar su bandera para poder seguir.

Parker. April. Solos. ¡Ah!

April quería y deseaba decirle todo, pero...su timidez hacia él la placaba. Un silencio incómodo se apoderó de ellos y el eco de sus pasos no ayudó tampoco. No dijeron nada. Ni el uno ni el otro. El chico se fue y la dejó sola.

Genial. —Pensó la muchacha. —Ya veo que le importo mucho.

Después de varios intentos de atrapar la bandera, fallidos, sentía que sus piernas flaqueaban y necesitaban descansar.

Cuando ya recuperó más la energía, se fue con Parker, Juan, Miranda y Mario, por un caminito que atajaba para ir a por la bandera contraria. Mario, un chico de doce años, muy simpático y alegre.

Parker subió a una propiedad privada de tierras. Le siguieron Mario y Juan.

—¡No puedo subir! —Se quejó April.

Parker ni si quiera le ofreció su ayuda. Qué descarado. Bueno, o Ap demasiado ilusa. Si no fuera por Miranda, ella no podría haber subido.

—Gracias Mir.

—De nada.

Sonrieron recíprocamente.

Al avanzar tanto, se encontraron donde estaba la bandera. El problema; había guardias. Entre ellos Paris.

—¡Correeeed! —Chilló Parker cuando vio que Paris se acercaba.

Ella echó a correr pero, la velocidad de todos ellos era más rápida.

Cuando ya estaban lo suficientemente lejos, April y Parker se quedaron solos. Los demás iban por delante.

Ahora es el momento, Ap. ¡Ánimo! Sé tu misma.

Respiró hondo y habló. Quería dejarse llevar por el corazón.

—Parker. —Dijo nerviosa. —¿Ayer entre tú y Tyler...ya sabes...dijisteis algo de tu tiempo libre?

—Ah, ya. Sí, sobre lo de hablar.

—Pues verás. No sé cuando estás libre, ¿sabes?

—Siempre estoy libre. —Atajó.

—Eh...bueno. Es que...¡sé que se terminará el verano y no hablaremos! —Gritó Ap, decidida.

—Aún falta un mes, relájate. —Eso le molestó a la chica. —El anterior mes estaba en recuperaciones. Lo importante es que pasaré a bachillerato.

—Felicidades. —Dijo April alegre.

—Igualmente —Contestó el muchacho. —, para cuando te llegue el momento. Sé que no te costará.

—Bueno...matemáticas me cuesta. —Admitió la joven, avergonzada.

—A mi esa asignatura me importa poco. Yo de mates ya paso.

—¿Qué quieres ser? —Preguntó April.

—Diseñador gráfico. Ya sabes, diseñar logos y esas cosas. Tampoco valgo para mucho más.

—¡Qué guay! Eh, no digas eso. Si te lo propones, puedes ser lo que quieras. —Continuó ella.

—Bueno, salvo si no tienes dinero.

April le dio la razón. —Yo quiero ser médica.

El joven se sorprendió.

—Sí, sé que es difícil, pero lo conseguiré. —Se emocionó la muchacha.

—¡Paris nos estuvo persiguiendo! —Cortó Parker volteando la vista hacia atrás y echando a correr. April le siguió. Paris estuvo detrás persiguiendoles a escondidas. Todo el rato.

Apurada, dijo:

—¿Entonces cuando hablamos?

—Venga, que mañana voy a tu casa y te llamo por la mañana. —Anunció él.

Ajá, y April se lo creía. Él nunca haría algo así, estaba segura. Nunca. La dejó con las palabras en la boca, y cuando iba a pronunciarlas ya se había ido.

Aunque estaba tranquila, tranquila de saber que él era consciente de que él y April tenín una conversación pendiente. Sí, feliz.

Cuando volvió a la plaza, se encontró a Paris.

Su amiga le enseñó el móvil; una foto de Parker y April andando por el camino.

La aludida se sonrojó. —¡Bórrala!

Paris negó, burlona.

Le contó a Miranda todo lo sucedido emocionada y ella la escuchaba atenta.

¿Era verdad lo de llamar a su casa? ¡no! ¿no? ¡menudo lío! Parker...

Sería extraño que él, el hijo de los enemigos de los padres de April, se atreviera a llamar a su casa para recojerla. Muy muy raro.

Jugaron otra partida y esta vez April atrapó a Jack, y éste le dijo;

—¡Qué asco das! —Ap sabía que lo decía por haberlo cogido tan pronto y rápido. Le afectó, —ya que era el hermano de Parker— pero inmediatamente pasó de él. Era así.

Una noche bonita.

Parker, tú y yo tenemos una conversación pendiente, ¿eh?


Como Romeo y Julieta © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora