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No hubo día más decepcionante en la vida de la frágil April que ese 23 de Agosto. Todos los presentes jurarían que se le quedaría grabado a la muchacha como un tatuaje en la piel. El día que Parker la dejó.

Volvió a llorar por un chico. Lo peor, era, que esta vez fue por Parker.

Caía la noche en Jilena para todos los habitantes, y nadie presentía nada.

Pero April cada vez se desmoronaba más y más por dentro, y su corazón latía rápidamente con cada palabra de Parker.

Parker Hernández: ¡Lo tenemos que dejar! no podemos seguir así...

April: ¿qué? ¡no! estamos genial...

Parker Hernández: Ya todos lo saben y no me gusta eso. No puedo dejar que todos sepan que salí contigo.

April: ¿Parker? ¿qué significa todo ésto?

Cada vez se encogía más y más el pequeño corazón roto de la joven. Con cada palabra, cada frase, y cada desprecio de aquél.

Parker Hernández: Que se acabó. No puedo seguir saliendo contigo.

Y allí terminó todo. Su amistad, cogida de la mano junto con su felicidad. Unas pequeñas lágrimas brotaron de sus ojos. No sabía si llorar.

—Sé fuerte, April. No te pueden ver llorar. —Se dijo para sí misma, apretando los puños.

Pero no acabó ahí.

Esa misma noche, Parker se le burló de la forma más horrible que se le puede burlar a alguien.

La insultó por mensajería; le dijo que no quería saber nada de ella, y que sólo había sido un juego para él todo esto. Que era una tonta, estúpida y una niña ingenua y víctima suya todo el tiempo.

Fue ahí cuando April lloró como nunca antes lo había hecho. Sus amigos de Jilena, alarmados, corrieron a consolarla. Nunca vio más amistad verdadera y unión que en ellos. Y entones ahí mismo se dio cuenta que debería de haber contar antes sobre Parker y la ruptura. Ellos eran un grupo grande, así que, ahí te veías, a las once de la noche, a una grupo numeroso de chicas y chicos correr a socorrer a la pequeña April en peligro.

La siguiente escena que April pudo presenciar era horrible. Parker vivía en la plaza, el lugar de los hechos. Podías verlo burlar desde el ventanal. April lloraba aturdida mientras el chico reía y le hacía burla sin piedad. Disfrutaba eso, y ella cada vez lloraba más. Sus amigos la consolaban desesperadamente y ella ya no sabía que hacer.

—¡Tú nunca has querido a mi hermano, mentirosa! —Dijo John, el hermano pequeño de Parker.

Le dolieron esas palabras.

—¡Sí que lo quise! —Gritó April defensiva.

Así es como terminó todo. Sabía que algún día terminaría, pero, la crueldad de Parker se burló de April demasiado aquella. Pensaba que había descubierto a un nuevo Parker bueno y sensible pero pronto se dio cuenta de que había sido todo un juego, y April fue la víctima de él.

Cuando sonaron las doce, subió a casa, y saludó secamente a su abuela Bridgit, agachó la cabeza y se fue rápidamente a dormir. Y entonces, se puso a llorar de nuevo. ¿Por qué le hizo eso?

Como Romeo y Julieta © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora