Chocolate y cupcakes

120 14 9
                                    


Sebastian 6 / Dara 3


-Mmmm...- la pequeña Dara relamió sus labios y sacó la punta de su lengua para poder sacar el azúcar del otro lado de la cuchara.
-Darita, ¿no seguirás ayudándome?- su madre rió mirando a su niña, ella tenía las mejillas manchadas con harina y un copete de crema pequeño en la nariz.
-Dico- dijo la niña antes de lamer nuevamente la cuchara. Elizabeth no pudo más que reír negando con la cabeza,


-Sebastián se está perdiendo esto por remolón ¿quieres ir a despertarlo?- preguntó ella tratando de persuadir a su hija para sacarle la cuchara acaramelada, si no lo hacía podrían venir luego las quejas del dolor de panza y dolor de muelas. Dara saltó de su silla aún con su pijama rosado puesto,


-Siii! Batian tene que poba da cdema de los puc ques!- saltó fuera de la cocina.
-Cupcakes! Cariño...- corrigió Elizabeth inútilmente con una sonrisa en su rostro.


La niña salió corriendo a medida que sus piernitas cortas se lo permitían, subió uno por uno los escalones que la llevaban al segundo piso bajo la mirada atenta de su madre, que la veía desde la puerta de la cocina y cuando llegó al rellano saltó hacia adelante corriendo para buscar la puerta de la habitación de su hermano. Esquivando autos de juguetes y los muñecos de superhéroes sobre la alfombra, llego al lado de la cama de su Bastian.


-Batian! Batian!... men men... mami ta sendo puc ques!- dijo mientras sus manitos se señían fuertemente al pijama de autos de carrera de Sebastián, que no sentía nada a su alrededor, pues dormía a pierna suelta, soñando con su superhéroe favorito. Batman hacia parecer a todos los demás como que necesitaban clases para ser superhéroe. El era humano! Es decir... Humano! No tenia ningún superpoder especial, sin embargo dejó los miedos afuera y salvaba al mundo... o al menos a ciudad Gótica. Él quería ser como él algun día, valiente y temerario.


-Batiaaaan!....- uff... aunque seguramente esa vocecita irritante no pertenecía a ninguna damisela en apuros, sino que era de su insoportable hermana, que al parecer no podía dejar de prestar atención.
-Dara...- gimió mientras respondía a las sacudidas de su hermana, volteando sobre su espalda hacia el otro lado, tratando de ignorarla. Pero ella era una niña muy persistente por lo que lo volvió a sacudir.


-Batiaaaan!!- gritó fuerte subiéndose a la cama y comenzando a saltar sobre ella a un lado del pequeño Sebastián que ahora estaba despierto mirándola con el ceño fruncido -men! Mami ta sendo puc ques!-


-Mmh?- Seba se refregó los ojos y se sentó en la cama mirando a su hermanita, una sonrisa se extendió en el rostro del niño al comprender lo que Dara decía... la delataban las manchas de crema que ésta tenía alrededor de sus regordetes labios. -oh!... mami hace cupcackes!-
-Chiii- dijo al fin su hermanita. Sebastián rió y en un arranque de entusiasmo se paró sobre la cama para comenzar a saltar a la par de ella. Ambos riendo sin parar, ambos felices, disfrutando de ese tiempo de hermanos. Sus risas burbujeantes se oyeron por toda la casa. Elizabeth levanto la cabeza hacia el techo riendo y negando al mismo tiempo, ese par seria imparable en un futuro.


-Papi!- gritó la niña cuando vio a su papá en la jamba de la puerta riendo junto a sus hijos, disfrutando de esa linda postal. Él había tenido razón, pero con creces!... porque estaba seguro, que no había niño más protector y que amara más a su hermana que su hombrecito Sebastián  -Hey mis amores... vamos que mami está preparando un poco de chocolate caliente- él miró hacia la ventana donde un manto de nieve había cubierto todo durante la noche. Sería una gran sorpresa para sus niños luego del desayuno caliente que los esperaba abajo.


-Sii!- gritaron ambos mientras se lanzaban a los brazos de papá que reía ideando ya el muñeco de nieve que crearían en familia.

----//////-------

Son adorables! :) paciencia lectoras, ya creceran 😉

ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora