Elendil Arya, amiga de los elfos

ISILMË

Los primeros rayos de sol despertaron a Arya. Estaba en un cuarto con paredes altas, y unas magnificas figuras doradas. Había una ventana frente a ella de donde entraba la luz del sol. 

—¡Arya! — gritó Pippin sonriendo y salto encima de ella—Que bueno que despiertaste.

—Pippin, debe descansar —le regaño Merry. 

—Tranquilo Merry  —susurro Arya — Yo... —La doncella paró de hablar al darse cuenta a quienes tenía enfrente, abrió aún más los ojos, mirando a los hobbits de arriba para abajo —¡Merry! ¡Pippin! Están bien, me alegro.

Los hobbits se acercaron y se fundieron en un abrazo los tres. 

—¿Dónde estaban? —les pregunto Arya

—Es una larga historia... te la contaremos después —dijo Pippin — también queremos saber lo que te paso. 

—Sombríos días tuve. Saruman es un peligro —susurro Arya con temor en su voz.

—No te preocupes por él—dijo Merry—Ya no le hará daño a nadie ese mago. 

Arya al ver el rostro sombrío de Merry entendió. 

—¿Donde estamos? —pregunto Arya. 

—En Edoras —respondio Merry.

—Debes tener el estomago vacío, Arya —dijo Pippin— Si puedes ponerte de pie puedo llevarte a la cocina. 

Arya soltó una carcajada.

—Veo que no han perdido el tiempo.

—Arya, debe descansar 

Arya se levantó con un poco de nerviosismo apoyo sus pies sobre el suelo y se levantó. Fue hacia el espejo. Y vio que tenía vendas en sus brazos y en su rostro se le notaba el cansancio y eso era poco decir, estaba más pálida, y tenía ojeras. Sabía que lo que escondían las vendas eran cicatrices.

Las marcas de una gran batalla.

Los tres salieron de la habitación, Arya era guiada por los hobbits. Habia personas de un lado a otro pero al parecer estaban ocupados con otros asuntos que no se dieron cuenta de la presencia de Arya y los hobbits. 

Al llegar a la sala, Aragorn fue el primero en levantarse de su silla y recibirla. 

—¡Arya! Por los Valar —la abrazo fuertemente

—Mi querida amiga nos tenías preocupados—dijo Gimli 

—Hace falta algo más para deshacerse de mi, maestro enano—rio Arya. 

Se encontraban todos. El rey Théoden. La dama Éowyn y su hermano Éomer. Arya obviamente no ignoro la ausencia del elfo. Tenía ganas de hablar con él

—¿Dónde esta Legolas? — pregunto 

—Ha estado ausente ese elfo —le dijo Gimli —No se que se trae ahora ese orejas picudas

—Esta pensando —le informó Aragorn — Sus pensamiento están en otro lado. 

La dúnedain lo miro preocupada

—Ahora come algo y descansa —le recomendó Aragorn —si quieres estar lista para la ceremonia de mañana.

                                                    ⋆⋅⚔⋅⋆

Al dia siguiente hubo movimiento por todo el castillo. Se preparaban para la ceremonia en honor a los caídos en la batalla. 

Gran parte del día Merry y Pippin se habían dedicado a relatarle sus aventuras a Arya, que era la única que no sabia. Desde como conocieron a los ents hasta que vencieron a Saruman.