capitulo 1 [Alexa]

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Jueves, y por tercera vez, en menos de cuatro meses, Alexa se encontraba internada en el hospital por la misma razon, intento de suicidio.
Esta vez, fue su tía la que la encontró en su habitación a punto de morir desangrada por los cortes de sus muñecas. Si ella no hubiera llegado a tiempo, Alexa no la hubiera contado.

Narra Alexa.

me desperté poco a poco Encontrándome en una habitación donde solo se escuchaban sonidos de una maquina la cual yo ya sabia de que se trataba.
Una vez mas mi intento por dejar de ser un estorbo para todos había sido arruinado. Me duelen las muñecas, siento un dolor enorme de cabeza... seria mejor estar muerta.

(...)

Miro nuevamente mis muñecas, las cuales están cubiertas de una venda cada una. desde hace una semana es la primera vez que tengo hambre, necesito comer.

Mientras me perdía una vez mas en mi mente, el sonido de la puerta al ser abierta me sacó de mis pensamientos.

-Alexa, ¡¿Que se supone que estabas pensando?!- dijo Gabriela, mi tía, colocándose a un lado de la cama donde aun me encontraba acostada.


-Al escuchar "intento de suicidio"... ¿A que te suena?- dije jugando con mis brazos vendados.

-Pero... Alex, ¿Por que?- dijo soltando un suspiro.

-por lo de siempre... ¿Que mas?- dije encogiéndome de hombros.

Un silencio se apoderó de la habitación, por lo que solo se escuchaba el sonido de la maquina que recibía mis signos vitales.
No me había dado cuenta en todo este tiempo que me estaban dando una tranfución de sangre. Esto era lo peor, se sentía como si me estuvieran poniendo aceite en vez de sangre... y... se sentía un muy leve pero asqueroso sabor de boca, aunque no era la primera vez que pasaba esto.

-Tengo... tengo... hambre- dije en tono muy bajo, pero lo suficientemente alto para que Gabriela lo escuchara.

-¡¿Es enserio?!-preguntó ella fascinada.
Yo solo asentí con la cabeza -perfecto, iré a avisar que ya estas despierta, para que venga un doctor a ver como estas, y para que te diga si ya puedes comer algo- dijo colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Yo solo me aparté, y vi como salia de la habitación dejándome nuevamente sola.

(...)

Veía como caían las ultimas gotas de ese asqueroso líquido rojo, era algo repugnante el saber que la sangre de alguien mas estaba entrando en mi cuerpo; no me importaba si ese alguien era familiar o no, es un asco.
Mientras seguía viendo las gotas caer, la puerta fue abierta una vez mas, dejando ver a un hombre de edad algo avanzada (40 años, aprox.), mientras detrás de él entraba a la habitación Gabriela.

-De acuerdo, señorita... Coen- dijo leyendo una caperta que lo mas seguro es que sea mi expediente medico -¿Cómo se siente?-.
Yo solo me encogí de hombros, no quería hablar con alguien, el cual había arruinado mi plan.

-De acuerdo, por lo visto, se encuentra bien; la transfusión de sangre ha terminado. Dentro de unos minutos llegara la enfermera con algo de comida, después de eso, veremos como sigue para darle de alta- le dijo a Gabriela. Ella solo asintió, y el doctor sin mas salio de la habitación.
El silencio nuevamente se apoderó de la habitación, era "raro" estar en el mismo cuarto con la persona que te vió tirada en es suelo, desangrándote, tratando de morir.

-Alexa, yo...- antes de que pudiera seguir, la puerta fue abierta nuevamente, pero ahora la que entró fue la enfermera, quien empujaba una especie de carrito en donde transportaban la comida.

-Señorita Alexa, esta es su comida, espero le guste- dijo una señora de avanzada edad, rechoncha y debo admitir que muy simpática -también en aquel recipiente- dijo señalándolo -están los medicamentos que tiene que tomar-.

-De acuerdo, gracias- contesté regalándole una sonrisa; no es que odie a las personas, pero no me gusta socializar con nadie.

(...)

Después de comer, solo la mitad de lo que me habían llevado, medio plátano, una galleta, y un vaso de agua; me tomé los medicamentos.
Un tiempo después, llegó el doctor con unos papeles, los cuales eran para darme de alta y largarse de este estúpido lugar. Gabriela los firmó, me dijo que ya podía cambiarme, así que me dio una maleta donde había ropa mía. Al entrar al baño y mirarme al espejo, vi a una Alexa palida, con ojeras y muy demacrada.dentro de la maleta la ropa consistía de unos jeans negros rasgados, una camiseta morada algo ceñida, y mis Converse negros. Me vestí y salí.
Al salir, se encontraban conversando Gabriela y el doctor.

-Bueno, señorita Coen, espero no volverla a ver por sala de emergencias de nuevo- dijo extendiendo su mano a mi para saludarme, puedo ser alejada de las personas, pero no soy maleducada, así que le devolví el saludo.

-Muchas gracias Doctor Clifford- dijo Gabriela saludándolo.

Después de todo eso, salimos del jodido hospital. Esta no seria la ultima vez que intentaría mi cometido.

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