capitulo 5 [Alexa]

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Después de entrar a casa y dejar a ese chico parado junto a su auto subí a mi habitación lo mas rápido que pude.
Me deshice de mi mochila lanzándola quien sabe donde, para luego dirigirme al baño. Tenia que cambiar mis vendas; pretendía morir, pero no de una jodida infección. Tengo dignidad.

Al entrar al baño busqué las vendas nuevas que tenia sobre un estante; al quitar las que yo traía en mis muñecas pude ver que estas tenias moretones sobre donde había hecho los cortes.

(...)

Después de lavar las heridas, coloqué vendas, nuevas me dirigí a mi cama, tenia mucho sueño, me sentía agotada, mariada y con asco, tal vez seria por no comer nada desde que salí del estúpido hospital.

En mi cabeza rondaban muchas cosas. Mi intento de suicidio nuevamente fallido, Gabriela tratando que le contara mis "problemas", y ahora... ese chico, de cabello rojo, quien ha osado a intentar meterse en mi intento de vida.
Intento no depender del afecto de nadie, ya que amar es destruir, y ser amado es ser destruido.

Mientras daba vueltas en la cama tratando de olvidar un poco, me quedé dormida.

(...)

me encontraba en mi habitación, se escuchaban gritos en la planta baja, gritos provenientes de la discusión de mis padres. Jamás habían discutido de esa forma; desde que mi madre descubrió que mi padre le había sido infiel con su secretaria, las discusiones entre ellos eran muy seguido.
Pero, en esta ocasión los gritos de mi madre se podían escuchar claramente en mi cuarto. Tenia miedo, por alguna extraña razón, hoy tenia mucho miedo.

-Te dije que de alguna forma me vengaría- gritó mi madre una vez mas.

-No puedo creer que hayas llegado a tales extremos, Alicia- esta vez fue mi padre que había gritado -no puedo creer que la hayas matado-.

mi madre habia matado a alguien.

-Se merecía eso y mas- escuche a mi madre decir con un tono de burla.
No podía creer lo que escuchaba. Mi mamá había matado a esa mujer.
Escuché que alguien buscaba algo, imaginé que era en los cajones de la sala. Mi curiosidad fue muy grande, así que decidí ir al inicio de la escalera y ver que pasaba, no me verían ya que yo era muy pequeña.

-Alicia, espera... por favor ¡espera!...-

Al despertar escuchaba un grito lleno de dolor, pero lo mas duro era que ese grito era mio.
Mi corazón golpeaba mi pecho, como si se fuera ha salir de él en cualquier momento. No podía ser que después de 10 años había vuelto a soñar lo que había ocasionado que odiara mi vida.

Me encontraba sentada sobre mi cama, con mis manos aprisionaba  la sabana que me cubría. Había revivido ese momento, el momento que marcó mi vida.
Sin darme cuenta en que momento, las lágrimas recorrían mi rostro, sollozaba de una manera desgarradora.
Lo único que pude hacer en ese momento fue cubrir mi rostro con mis manos. Me sentía indefensa, débil, necesitaba a alguien que me dijera que todo iba a estar bien, pero no, eso no pasaría.

Cuando por fin pude recobrar la compostura, lo primero que hice fue ver la hora, busqué mi móvil, al encontrarlo vi que eran las 10:28㏘
Me levanté de la cama y fui al baño, tomé una ducha, quería olvidar un poco esa sensación.
Cuando salí me vestí, algo cómodo –unos jeans negros rasgados, una camiseta negra con el logo de AC/DC, me puse mis Vans negras y una sudadera negra–, el look perfecto para salir de noche. Antes de salir de mi habitación tomé mi móvil, dinero, mi cajetilla de cigarros y mi encendedor.
Bajé a la sala y me encontré con Gabriela, quien al verme, inmediatamente se levantó del sofá y se acercó a mi.

-Te... te he escuchado gritar... ¿estas bien? ¿han regresado las pesadillas?- dijo colocando su mano en mi hombro.

-Claro, no fue nada. Estoy bien- dije apartándome de ella dibujando una sonrisa en mi rostro -pero... iré a dar un paseo, quiero despejar mi mente- dije para luego salir de la casa.

Al salir, lo primero que hice  fue encender uno de los cigarrillos, eso era lo único –desde los 15 años– que me tranquilizaba. El sabor a muerte llenando mis pulmones de humo en cada calada.

Caminaba sin rumbo, siempre lo hacia. Detuve mi marcha cuando llegué a un parque, el mismo parque al que mis padres me traían después de salir del jardín de niños. Maldita sea, todo me traía recuerdos. Me dirigí hacia él y me senté en una de las tantas bancas que habían. Saqué otro cigarro y lo encendí, di la primera calada y observé cuantos me quedaban, 4. Será una noche larga, necesitaría mas.
Recordaba que cerca de ese parque había un autoservicio, así que terminando mi cigarrillo iría a comprar otro.

(...) 

Mi móvil sonaba cada cinco minutos, Grabriela no se cansaría hasta saber cuando regresaría a casa.
Una vez mas sonó, contesté.

-Alex, que bueno que contestas... ¿donde estas, estas bien?- preguntó.

-Claro, voy para allá- dije para después colgar. Observé que eran las 3㏂, tal vez eso explicaba el porqué había tenido que comprar 2 cajetillas en toda la noche.
Me levanté de mi asiento y anduve por el mismo camino de regreso.

Al llegar a casa Gabriela me abrió la puerta, lo único que yo hice fue entrar e irme a mi cuarto. Tenia cosas que pensar.

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