Manifestación de desesperación

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Era hora de aceptarlo y dar la cara al rechazo.
Todos mis sentimientos fueron más allá por aquello.
En la noche, ella dormía tranquilamente, por mi aburrimiento se me ocurrió echar un vistazo a ver que soñaba.
Estaba en una fantasía de su mundo perfecto. Demasiado conmovedor.
Estaba al lado de sus padres recibiendo un premio por haber escrito uno de los mejores libros a tan corta edad, a los doce (en ese año tenía nueve solamente).
Y sonreía muy sinceramente... me oculté en el público... no podía perdérmelo, se veía hermosa.
Tan sencilla y natural, nada especial... sólo ella misma. Mi tesoro que más quiero, tú eres lo que anhelo.
Después de la premiación dije... "Es ahora o nunca..." Corrí detrás de ella y en su sueño mientras cumplía su sueño, cumplió mi sueño, ¿Curioso, no?
Antes de que pudiera decir algo...
Se presentó y me preguntó cómo me llamaba. Esas palabras aún las tengo en mi memoria, porque corazón no tengo.
"-¡Hola, soy Emily! (Y me abrazó), ¿Cuál es tu nombre?
-¿M-mi nombre? Me llamo Alberto Vidales
-¡Qué hermoso nombre! ¿Qué haces tú por aquí, Alberto?
-Yo sólo pasaba por aquí, no conozco la ciudad y... quería echar un vistazo.
-¡Vaya! Me alegra que decidas visitar por aquí, ¿Estás ocupado? Porque podría mostrarte el lugar.
-No, no, no, estoy libre, ¡Vamos!
No podía decirle que no. Era lo mejor que me había pasado en mi vida. Ella.
-Te llevaré al parque local, ahí podríamos comprar helados
Al llevarme ahí nos sentamos en una banca.
-Tienes unos adorables ojos muy bonitos, jamás había visto unos iguales, Emily.
- Gracias por el cumplido... nadie me lo había dicho, sólo por el hecho de ser cafés.
-¿De veras? Yo... siempre he pensado que son hermosos. Oscuros como la noche. Misteriosos como las sombras.
- ¿Sabes, Alberto? Tú eres distinto a los chicos que he conocido, único como...
-¿Las gotas de agua?
-Síííí, era justo lo que estaba pensando... ¿Tú... eres escritor?
-No
-Si lo fueras... tendrías los mejores libros
- ¡Gracias! Qué tierna... platícame de ti

-Verás... yo nací en un pequeño hospital de Soyopa en 2003, 15 de Mayo, y pues... a medida de que yo crecía, el mundo cada vez se hacía un lugar más inhumano... nuestra familia cada vez se separaba más, el odio existía entre nosotros, la desconfianza, y yo... sentía pena por mi vida, hasta que decidí cambiarlo todo, poner el mundo de cabeza y escribir, escribir de todo, cómo el mundo te puede destruir con palabras, para colmo vacías... así que fue un éxito en todo el país y por fin mis padres se dieron cuenta que el amor entre la familia debe de ser una realidad... algo indispensable. Quería olvidar el hecho de conocer el dolor. Me desvié un poco del tema, perdón.
-No hay problema... es muy interesante lo que dijiste... un tema bastante fuerte el cual enfrentamos.
Vaya. Hasta ese día sólo la había observado... no pensé en que dolor tan fuerte la invadía, así que escucharla tan seriamente y... me había confiado todo, a pesar de ser un extraño.
Todo estaba siendo excelente, sólo que miré mi reloj y faltaba muy poco para que despertara. Necesitaba despedirme, no iba a irme sin haberme despedido. No. No en esta vida. Así que sólo dije que era tarde.
-Emily... tengo que irme... es de noche.
-Espero volverte a ver en cuanto antes, me agradaste demasiado, Alberto
-Emily, no sé cuando nos volvamos a ver pero estoy seguro que habrá una próxima vez... adiós."
Me quedé estático... La chica más hermosa de todo el mundo me había conocido.
Era un momento en el que ella no sabía si reír o llorar... había cumplido su sueño... pero se despertó y supo que era falso... por otro lado, estaba feliz por haberme conocido. Un amigo. Alguien que no la juzgó en ninguna de las circunstancias.
Entonces... fue un poco doloroso; no había conocido la salida de su sufrimiento, porque todo fue una absurda ilusión, producto de su imaginación, una seña más de desesperación por parte de su silencio.
Cada noche se iba emocionada a su dormitorio porque para ella, era el único lugar donde ella estar en paz... aunque sólo fueran fantasías; la felicidad era algo que solamente había gozado en la imaginación, mediante sus sueños.
Pero años después, la actualidad ahora, ya no quería esa red se sonrisas falsas, una ceniza de verdades que quisiera olvidar, un mundo insípidamente feliz, un corazón vacío, quería algo real, algo que pudiera guardar para siempre como recuerdo y sentir de nuevo esa adrenalina... lo que sea, pero que fuera real.
Pero comencé a pensar, ¿Qué meta podrías tener si nunca te has aventurado lo suficiente en la vida? En su caso nunca existió un "Yo quiero ser científica como mi padre" porque jamás lo veía contento por lo que hacía. O un "Yo quiero ser bacterióloga como mi madre" porque no le prestaba atención por estar en su laboratorio investigando; mucho menos ella querría ser ama de casa porque su mamá, como esposa, no era lo más conmovedor y romántico. Tampoco la historia de sus padres...

Más que una sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora