Epílogo.

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Angie lloró mucho esa noche.

Su pequeña se había ido para siempre.

Su niña a la que tanto había llegado a querer con el tiempo, su complice en las buenas y en las malas, aquella niña que observaba todos los días.

Simplemente ya no estaba.

Ella había estado siempre en sus momentos tristes, siempre la había abrazado. Y Angie nunca notó cuan rota estaba. Nunca notó sus ojos tristes. Nunca vio como su sonrisa no era autentica. Nunca vio la navaja que llevaba al baño. Nunca.

Y se sentía pésimo por ello.

La mayor lloraba, en su cama, abrazada a aquel pedazo de papel.

En verdad se había ido. Y no había podido hacer nada.

•••

El día del funeral, todos los presentes lloraban.

La familia de Carmen estaba destrozada.

Sus amigas no estaban mucho mejor.

Pero Angie era la que mas lloraba.

Subió al estrado, mientras todos los ojos estaban en ella.

"Nunca en la vida podré olvidarla. Como iluminaba el día con su sonrisa, o como su risa resonaba todos los días.
Nunca me podré perdonar por no haber visto cuan mal estaba.
Y si me estas escuchando, mi niña, quiero decirte que te amo, te amo, te amo, te amo."
No pudo decir nada más, rompió en lágrimas.

Nunca supo realmente que sentía por la menor.

Pero lo que sí sabía, es que le hubiera gustado mas tiempo para demostrarlo.

Angie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora