Al amanecer, me fui a mi casa. Estaba mil y un veces mejor en la casa de Rubén, pero quiero evitar futuras discusiones con mis padres.
Al llegar a mi casa, no pude dormir, cosas y más cosas pasaban por mi cabeza. Las ignore y fui al estudio para terminar mi tarea, si no la entrego, me regañara el maestro y la verdad es que paso de todo.
Cuando me fui, me faltaban algunas cosas, no me faltaba casi nada para terminar. Escribí lo más rápido que podía para bañarme, estoy cansada y un buen baño me hará bien.
Cuando terminé, cerré mis cosas y salí del estudio, camine por el pasillo dando vueltas hasta llegar al baño.
Abrí la puerta y la cerré con el pie, abrí el grifo del agua para que la bañera se llenará, me quité las bragas bailando torpemente y las arroje a no se donde.
En donde guardo algunas de mis cosas, siempre tengo cigarrillos o una botella de alcohol. Los saqué, encendí un cigarrillo, lo puse entre mis labios e inhale el humo para después exhalarlo.
Escuché como algunas gotas de agua caían en el azulejo. Cerré el grifo y me quite la playera de Rubén sin quitarme el cigarrillo, la arroje y entre en la tina, el agua estaba tibia.
Me relaje, terminé mi cigarrillo y bebía de la botella.
(...)
-¡Abre la maldita puerta!-grito mi padre golpeado la puerta del baño
¿Me quedé dormida? Joder, creo que soy una pasa.
Salí de la ducha, mire mis manos, solté una carcajada. Tiré algunos pitillos por la ventana y la botella vacía la guarde entre mi ropa.
Saqué una bata, me la puse y tome la ropa que arroje anoche, abrí la puerta y la cara de mi padre estaba completamente roja de coraje.
Me hizo a un lado bruscamente lo que hizo que perdiera el equilibrio y cayera, lo odio.