No me lo puedo creer, me lo ha vuelto a hacer. Noto sus labios húmedos contra los míos, y decido apartarme, pero a mi pesar estoy agarrada por él, entonces intentó zafarme de su agarre; para mi sorpresa, lo consigo.-Adiós preciosa.- dice yéndose en dirección a su casa.
-¿Cómo?- creo que mi tono es lo que le ha llevado venir hacia mi,- no, para- el continúa hacia mi, hasta quedar a unos milímetros.
-¿Si preciosa?- esto es jugar sucio.
-No vuelvas a besarme o... ya sabes, te las veras conmigo. No voy a permitir que un imbécil como tú me vaya a arruinar la vida. No pienso tolerar que me beses cuando te de la gana. No voy a aguantar que juegues conmigo o mis sentimientos. Si quieres un juguete corre a los chinos y compra una muñeca hinchable, porque yo no voy a ser tu muñeca. Adiós.- digo con un tono serio y firme mientras voy andando rápido a mi casa a ver a mi padre.
Cuando estoy en la puerta busco a Adam con la mirada, y veo que ya no está, que se ha ido. Menos mal...
Entro en casa y voy rápido a hablar con mi padre, está en la cocina haciendo mi comida favorita, macarrones.
-Hooola papá.
-Hola Laia.- Que serio está.- tengo que hablar contigo.- asiento con la cabeza indicándole que puede comenzar.- Verás, el tío Juan tiene cáncer. Está realizando quimioterapia y todo, pero no sabemos si funcionará o no. Por lo que es probable que este viernes me vaya y no vuelva hasta dentro de uno o dos meses, porque también tengo que ir a Madrid por el trabajo, entonces hago mis dos tareas, estar con el tío Luis y trabajar. Agatha me ha dicho que ellos se van el mañana, así que mañana Adam y David ya vendrán a dormir aquí, y espero que seas maja con ellos.- asiento, pero realmente estoy muriéndome por dentro. No emito respuesta alguna y me quedo atónita. Mi padre se preocupa y me dice- ¿Estás bien?
-Eh... bueno vamos a comer papá.
*********************
Ya era de noche, mañana sería otro día y comenzaría la tortura de Adam durante uno o dos meses, al menos tendría a David para poder normalizar la situación.
Decido ponerme mi pijama, ver algún que otro vídeo en el portátil e irme a dormir.
Intento conciliar el sueño, pero no hay manera. Doy vueltas a un lado y vueltas al otro, suspiro, y sigo sin poder dormir. Decido encender una luz pequeñita y ponerme a leer un libro. No sé qué me pasa, de repente, un pensamiento sobre Adam se me viene la cabeza.
Poco a poco se me cierran los ojos,y noto como un profundo sueño cae sobre mí
**************************
Son las 7:30, suena mi despertador y me levanto, aunque llevo despierta desde ya hace rato no he tenido ganas de levantarme de la cama. Voy a mi armario, cojo unas mallas grises, una sudadera negra, de una o dos tallas más grandes, una camiseta de manga corta blanca para ponerme dentro de la sudadera y mis vans negras, a continuación me dirijo al baño.
Termino de vestirme y bajo a desayunar mi tazón de leche con magdalenas y mi vaso de zumo como habitualmente.
-Buenos días cielo.- me dice mi padre aseado, vestido y con una maleta en la mano. Yo le observo confusa.- lo siento mucho cariño pero voy a irme hoy, ahora.
-¿Como ahora? ¿Ya?.- ¿Por qué ahora?- Cuando llegues mándame un mensaje o algo y dale saludos de mi parte al tío.
-Vale hija, recuerda que los hijos de Agatha vendrán hoy a dormir, sé generosa Laia, cualquier problema llámame, te he dejado todo lo que necesitas saber apuntado y te pasaré dinero a la tarjeta.
Me despido de mi padre con abrazo muy fuerte y un par de sermones por su parte sobre la responsabilidad que recae en mi al quedarme sola en casa.
Salgo por la puerta, cojo mi moto y voy al instituto.
Sofía y Anne me están esperando en la entrada del instituto como siempre.
-Hola chicas.- digo desanimada.
-¿Qué te ocurre Laia?- me dice Anne.
-Hoy comenzará mi tortura, hoy empezaré a vivir con los chicos.
-Bueno, no puede ser tan malo vivir con dos chicos guapos adolescentes.- dice Sofía
Sofía aún no sabe todo lo que pasó con Adam, decido contárselo en cuestión de segundos, y me mira sorpredida.
-Anda que te lo has callado... Bueno, según lo que me has contado, tu convivencia con Adam parece que va a ser algo muy complicado- De la nada aparece David, tan feliz como siempre
-Hola chicas.- Dice y luego se dirige a mí.- Laia, hoy Adam y yo iremos sobre las ocho, para que nos dé tiempo a llevarnos un par de cosas y eso, ya sabes.
-Claro, sin ningún problema David, mi padre ya se ha ido, por lo que hoy ya estaremos los tres solos.- David asiente con la cabeza y se va.
Cuando iba por el pasillo me crucé con Adam y me guiñó el ojo a lo que yo respondí con una mueca de burla.
En clase de historia me dormí, no sé ni como pasó, entonces la plástico (así llamamos a la de historia porque está enteramente operada.) me echó. Para mi sorpresa me encontré con alguien en el pasillo, ese alguien era Adam. ¿Qué pasa? ¿Es que me tengo que encontrar a este chico en todos los puñeteros sitios?
Vas a vivir durante un mes con él, acostúmbrate.
Maldita conciencia burlona.
-Vaya, si tenemos aquí a la niña buena, o ¿tal vez niña mala?- echa una carcajada.- ¿Porqué te han expulsado?
-Ja ja.- echo una risa irónica.- me he quedado dormida, no sé como, pero... aquí estoy.
-¿Ya te ha dicho David que iremos a las ocho a tu casa?- Asiento con la cabeza.- perfecto, ahora dame un abrazo.
-¿Qué? No- me echo a reír y trato de alejarme lo máximo posible de él.
Cuando me estoy yendo le escucho venir detrás mía y miro en ciertas ocasiones atrás y lo veo, riéndose. De repente veo como uno de mis pies se mete en medio del otro, y voy en dirección al suelo, pero antes de caer él me agarra y quedamos pegados uno a otro.
-Mira que eres patosa eh...-dice acercándose cada vez más a mí.
ESTÁS LEYENDO
Rompiendo mi mundo.
Novela JuvenilLaia tiene 16 años y es una chica catalana, normal y corriente, con un carácter demasiado sobre saltado en ocasiones, asiste al instituto en Barcelona. Toda la vida de Laia ha sido monótona desde que falleció su madre cuando tenía 6 años, sin fiesta...