Ahí estaba yo, tumbada en el pecho de Nathan medio dormida viendo una película románticona.
La verdad es que nunca había sido muy fan sobre las pelis de romance y drama, siempre he sido más de misterio, ciencia ficción y fantasía. Miro a Nathan, tiene su mano en mi cadera y se está quedando dormido.
-Nathan, no te duermas eh...
-Tranquila Laia solo estaba descansando los ojos.
Por un momento nos miramos a lo ojos, enseguida interpreto que está ocurriendo algo allí ahora mismo. Me abalanzo sobre Nathan, le beso, pero veo que el se queda quieto y no me devuelve el beso.
-¿Laia?- dice Nathan extrañado.
-¿Si...?
-¿Qué haces?
-Verás... Yo... Pensé que tú y yo... no sé, teníamos eso que se llama química, ya sabes
-¿Qué? Laia, no me digas que aún no te has dado cuenta.- dice que tono irónico.
-Darme cuenta de...
-Laia, soy gay- en el momento en el que Nathan me dijo eso, sentí algo, un pequeño dolor pero a la vez un alivio.- pensé que te habrías dado cuenta.
-¿QUÉÉÉÉ?
-Sí hija sí.
-Te pido perdón por lo que ha pasado, ha sido un malentendido, ya sabes, como nos llevábamos tan bien y todo...
-Te entiendo Laia, pero no. Bueno, más bien soy bisexual, aunque si es cierto que me suelo sentirme más atraídos hacia los hombres.
Estuvimos hasta las once riéndonos y charlando sobre nuestras cosas, sentaba bien tener un amigo con quien poder hablar de todo.
A las once Nathan se tuvo que ir y a la vez llegaron Adam y David, menuda coordinación tenían estos dos chicos.
No me molesté mucho en hablar con los dos, simplemente les di las buenas noches y enseguida me fui a mi habitación a dormir, o por lo menos intentarlo.
********************************************
A la mañana siguiente me levanté quince minutos antes que el despertador, aproveché para darme una ducha rápida y prepararme el desayuno.
Cuando terminé de desayunar y recoger todo subí a mi cuarto, encotrándome en mitad de las escaleras con Adam, como no.
-Laia, ¿te pasa algo conmigo?
-No, simplemente me caes mal.- digo con una sonrisa en la boca- chao.- antes de partir observo como se queda Adam quieto mirándome con cara extraña.
Llego a mi cuarto y es hora de vestirme, hoy hacía calor, así que cojo unos shorts denim tachuela blancos, un top capa fluído verde y mis nike huarache blancas y negras.
En cuanto ya estoy vestida voy al baño y aplico rimel a mis pestañas, tras haber peinado mi pelo. Bajo por las escaleras hasta el garaje, cojo la moto y me voy, sin preocuparme si alguien sigue en casa o no.
Cuando aparco mi moto veo a Anne y Sofía esperándome en el mismo sitio de siempre. David está junto a Anne abrazándola, pero en cuanto me ve su cara cambia de amoroso a preocupación.
-Laia, ¿no ha venido Adam contigo?- dice extrañado
-No, ni siquiera me fijé si estaba en casa cuando salí.
-No, no, no, por favor no.
-David, ¿qué pasa?- ¿A qué viene esta preocupación por ese gilipollas?
-Ya te lo explicaré, ahora debo de hacer muchas llamadas- dice David alejándose.
Me acerco a Anne.
-Anne, ¿tú sabes que pasa?
-¿Yo? yo que voy a saber Laia, si es que tienes unas ocurrencias- dice nerviosamente- bueno, me tengo que ir, llego tarde a biología .
-Ahora toca Matemáticas- le digo a Anne mientras se va y me hace un gesto de aprobación.
¿Alguien me puede contar que está ocurriendo?
El resto de la mañana transcurre normal, excepto que no he vuelto a ver ni a Adam ni a David en toda la mañana por el instituto. Le he preguntado a Anne otra vez a ver si sabía algo y solo me ha dicho que no, noto que ha intentado esquivarme durante toda la mañana. Aprovecho un cambio de clase y agarro a David para preguntarle que es lo que le pasa a Adam y a que viene tanta preocupación, para mi sorpresa David me mete en el baño de chicos y me lo explica.
-David, este es el baño de chicos...- digo algo avergonzada.
-Laia, Adam ha tenido muchos problemas estos últimos años, y eso le ha llevado a drogarse, comenzó con Marihuana, lo que no me preocupó, ya es algo bastante común en la gente de hoy en día; pero después empezó a esnifar cocaína y a tomar metanfetaminas, y estaba fatal, no asistía a clase, se escapaba en mitad de la noche y hacía demasiadas cosas malas. Un día llegué a casa y le había dado una sobredosis, se salvó de milagro, pero no se salvó de la decepción que le dio a mis padres, por eso te pregunté por él, porque tengo miedo a que vuelva a recaer.-a penas parpadeo, no me puedo creer lo que está diciendo David- Laia, es importante que si lo ves me avises.
Sólo asiento con la cabeza y continuo andando, sigo atónita.
Creo que lo mejor va a ser que me escape del instituto y vaya a buscar a Adam, pero... ¿Dónde puede estar? Veamos... Nunca he hablado con él sobre esas cosas.
Decido ir a la playa, ¿a quién no le gusta ir ahí?
***********************************
He llegado a la playa, pero no hay nadie, oh Dios mío Adam, ¿Se puede saber dónde estás? Le llamo por telefono pero no contesta, vuelvo a probar suerte y milagrosamente me contesta:
-¿Síí?- de momento parece tener la voz bien.
-¿SE PUEDE SABER DÓNDE ESTÁS?
-Tranquiii- ¿Adam diciendo tranqui? está mal.
-¿Qué cojones te has tomado?- digo malhumorada.
-¿Yo? Nada, te recuerdo que eras tú la que fumaste marihuana, yo no fumo.- susurra la última parte mientras ríe.
-¿Y qué me dices de las pastillas?
-¿Quién te lo ha dicho?- de repente su voz se vuelve lo más seria posible en su situación.
-Adam, por favor- digo con un suspiro desesperado- ¿dónde estás?
Adam me cuelga, pero recibo un mensaje de el instantáneamente: Detrás de ti.
En ese momento me giro y Adam está detrás de mí abrazándome y digo:
-Me tenías muy preocupada Adam...
-Lo sé, lo siento.
-¡UN LO SIENTO NO VALE! ¿Tú sabes como ha estado David toda la mañana? Eres gilipollas, ¿porque has vuelto a recaer? Tienes que dejarlo inmediatamente, tomar eso no mejorará tu vida, solo la empeorará.-digo alejándome rápido de Adam- ahora mismo voy a llamar a David, pero Adam me quita el móvil e intenta besarme, cosa que yo esquivo totalmente.- ¿se puede saber que haces? déjame en paz. No quiero nada contigo.
-¿Por eso has venido a buscarme? ¿Sólo por David? No te lo crees ni tú.
-Te he venido a buscar porque no quiero a drogadictos en casa, así que ni se te ocurra recaer y vámonos ya.
ESTÁS LEYENDO
Rompiendo mi mundo.
Fiksi RemajaLaia tiene 16 años y es una chica catalana, normal y corriente, con un carácter demasiado sobre saltado en ocasiones, asiste al instituto en Barcelona. Toda la vida de Laia ha sido monótona desde que falleció su madre cuando tenía 6 años, sin fiesta...