➸Capítulo 18

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Un terrorífico ruido azotaba la ventana de mi habitación. Mis manos apartaron inmediatamente las sudorosas sábanas de mi cuerpo, y tan solo mis ojos ya iban creando un circuito perfecto hacia el molido ventanal.

Aparté tímidamente la cortina que caía sobre mi rostro y mis manos ya comenzaban a recorrer una pequeña grieta circular en el cristal, y al alejarlas estas sin demasiada apresuración, ya la sangre caía sobre la alfombra lentamente, pudiendo escuchar el sonido de cada gota de sangre caer y el silencio posterior de la habitación.

Tan pronto como levanté la mirada hacia la ventana de nuevo, un cuervo azabache se paró completamente en silencio para observarme detenidamente. Sus oscuros ojos continuaban inspeccionándome la mirada, hasta que después de unos incontables minutos, se acercaba apresurado hacia la grieta de la ventana. 

Él adentraba el pico sin cuidado alguno sobre el pequeño agujero en el cristal, este cada vez se hacía más grande y ya miles de brillantes pedazos caían sobre el suelo, clavándose sobre la fría piel que rodeaba mi cuerpo.

El cuervo se podía decir que estaba a punto de pasar la ventana con tan solo dar un violento picotazo más, por ello, sin procesarlo detenidamente, alcé mi mano para golpear el cristal e intentar ahuyentarlo de una vez por todas.

Justo cuando despegué mi piel sobre el cristal, una increíble sombra negra se acercaba a la velocidad de la luz por el cielo hasta el alféizar de mi ventana. Cuando más cerca estaba la sombra de mí, ya podía ver perfectamente que la negrura de la sombra eran las largas y oscuras plumas de un enorme grupo nunca visto de pájaros. Estos agacharon a la vez la cabeza apuntando sin ningún tipo de delicadeza hacia la ventana. Solo en tres segundos, la ventana estaba deconstruída en millones de pedazos, y miles de cuervos, más oscuros que la noche, rodeaban como un torbellino toda mi habitación.

Ahí supe que era un sueño.

-¿Mad?-Derek sacó de entre las sábanas su mano para posarla sobre mi cintura y acercó su rostro hacia mi nuca

Tan solo lo abracé, a la vez que una pequeña lágrima aguada caía lentamente sobre mi mejilla.

-Solo era una pesadilla, estoy aquí, siempre estoy junto a ti, aunque ni si quiera lo creas-depositó un beso sobre mi frente 

Eso me dio la suficiente confianza para cerrar los ojos de nuevo.

(...)

-¿Qué es eso?-pregunté mientras veía como el viento se atrevía a sobrepasar la ventanilla del auto

Derek se apartó como si de un anuncio de bronceados se tratara, las oscuras gafas de sol que tapaban sus claros ojos de manera lenta. Se aproximó hacia el volante para poder divisar bien el objetivo que recorría nuestras vistas y frunció el ceño hacia el campo de Lacroosse.

Se bajó del coche automáticamente y se aproximó a la verja que separaba pobremente el campo de la gastada carretera. Le imité y me acerqué a dónde colocaba sus manos en los finos metales divisores.

-Parecen hoyos-comenté

Él se aproximó al costado final de la verja y desenlazó con sus garras la unión de dichos metales que impedían el paso al campo.

-Son hoyos-confirmó

-¿De algún animal?-él pasó por el hueco en el que había conseguido hacer una pequeña entrada

Posó sus manos sobre el metal y lo extendió para asimismo, para dejarme pasar más fácilmente.

Se acercó a uno de los hoyos cercanos y se agachó hacia él.

BESTIAL | Derek Hale®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora