Sentémonos junto al fuego
y lancemos dentro
todos nuestros recuerdos,
las palabras que jamás dijimos
los sentimientos reprimidos,
los sueños que buscamos
y no encontramos,
y las esperanzas
que rompimos en pedazos.
Quemémoslos todos
hasta que solo queden cenizas
porque ya no necesitamos
todas esas alas
de ángel que nos arrancaron
ni los poemas que escribimos
mientras llorábamos en silencio.
Cantemos una canción de hoguera
tan alto como se pueda gritar.
Tú serás la madera
y yo seré la chispa que te encienda,
bailaremos entre llamas
y cambiaremos nuestros recuerdos
y escaparemos del destino
porque no está escrito.
