II. EN MIS MANOS.

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Aun trataba de comprender, como apenas hace unos días estaba criticando a los certámenes de belleza, y ahora me preparaba para el segundo casting de uno. Pase de leer libros a secciones de cómo maquillarse con Sarah. De usar tenis a practicar como usar tacones. Era obvio que no me podía quedar de manos atadas, algo se me tenía que ocurrir para desquitarme por esto.

—¡Ya se! —dije, mientras los ojos se me iluminaban.

—¿Ahora qué? —espeto Sarah, mientras realizaba un intento no muy exitoso de arreglar mi cabello.

—Ya se como desquitarme con todo esto —dije, mientras sonreía de manera diabólica.

—¡Amy, por favor! Deja esto así, acabas de obtener una gran oportunidad.

—Por cierto, la cual no quería Sarah.

—Por eso mismo tu no la querías y yo si, pero tu la obtuviste y si la pierdes te mato —dijo, poniendo ambas manos alrededor de mi cuello.

—Pero es que piénsalo, voy a estar rodeada de chicas superficiales y tontas.

—Que no son tontas Amy —masculló Sarah.

—Si lo son y las voy a exponer ante todos, es más, voy a crear un blog y escribir mis experiencias ahí, se llamará "Bellas pero Brutas".

—Por el amor de... —espeto Sarah, jalando mi cabello como a modo de riño.

—Auch —dije, dolida por lo que me acababa de hacer—, pero si digo la verdad, las voy a humillar por ser tan tontas como lo son.


—Amanda Stephanie Parks —vociferó mi madre, al parecer Duquesa Thompson de Parks no vio chistoso que su hija se hubiese inscrito para participar en un certamen de belleza sin decirle ni una palabra, y como no, si esto es lo que siempre quiso desde que yo era muy chica.

—Hola a ti también madre —dije, con una enorme sonrisa en la cara tratando de distraerla para cambiar el tema.

—Hola a ti también hija, pero no me cambies el tema, ¿como ha sucedido que me voy de viaje dos semanas y cuando regresó estás en un certamen? ¿Es el fin del mundo?

—¡Mamá! No, el mundo aún no se acaba —espete, y coloque ambos manos en mi cabeza.

No se porque, no se me ocurrió antes que ahora medio país, conocería mi nombre. Qué dirían mis amigos de mi si me viesen ahora. Pensarían que yo también soy una chica de plástico, ¡que horror! ¿Acaso es un castigo divino? Mi vida no puede terminar en esto. Definitivamente me iré a desquitar con todos los que tengan un papel en este mal chiste.

—Hija te verás absolutamente hermosa con este vestido —dijo mi madre, sosteniendo un largo vestido color rosa, ¿en qué momento lo había buscado? Ni muerta me iba a poner ese horrible vestido.

—¿Por qué no mejor me matas de una vez?

—Ay vamos, no seas tan negativa que y de seguro ganas con el.

—Mamá lee mis labios, no - me - lo - voy - a - poner. Y punto final.


Una clase de dureza, definitivamente era lo que necesitaba. Luego de dos horas, si dije bien, ¡dos horas! de puro lloriqueo por parte de mi madre. Accedí a colocarme el vestido para la ronda final de casting. Y ahí estaba yo, en mi larga cola llena de chicas de plásticos esperando mi turno. La audición consistía en presentarse a sí misma y responder una pregunta tipo noche final.

—Diga su nombre —dijo, el mismo hombre de cabello color plata que me había seleccionado en la audición anterior.

—Amand...

—¿Otra vez con tartamudeo? —dijo, levantando su enorme ceja, rayos porqué me debía pasar eso a mí, si yo era buena exponente en mi clase.

—Amanda Parks —vocifere.

—La peor presentación sin dud... —no termino de hablar porque lo interrumpí.

—¡Disculpe! ¿Pero cuál es el suyo?

—¡Como te atreves niña! —riño, uno de los asistentes de los organizadores.

—Disculpa yo...

—Niña no te excuses, ¡jamás! —dijo, el viejo cabello plateado, mientras reñía al asistente por intervenir.

—Muchas gracias señor.

—No hay de que, mi nombre es Osmel Sousa, soy el preparador más famosos de reinas niña, ¿nunca habías escuchado de mí? ¿Acaso vives en la prehistoria?

Otra vez comparando mi normal vida con una tipo las cavernas, acaso las personas no pueden entender, que yo no quería estar en ese absurdo certamen de "belleza", yo era una chica de verdad, no una tonta superficial de plástico miss.


Enserio, mi asombro era enorme, nunca sería capaz de entender qué era lo que veía en mi ese viejo de Osmel. Podía ser que yo no, pero el si, porque de nuevo me había elegido para ir al último casting, al cual si lo pasaba iría a la noche final, ¿en serio por qué a mi? ¿Acaso no era suficiente castigo dios? La vida se me estaba volviendo un mal chiste. Como sea me terminare desquitando, decidí darle apertura el blog a través de una web mayor llamada "Blockspot", y tal cual como le dije a Sarah lo llame "Bellas pero Brutas".

—¿Sí quién es? —dije, al contestar una llamada de mi teléfono.

—Soy yo Sarah me quede sin minutos para llamar —dijo, como cosa rara en ella siempre gastando sus minutos en sus noviecitos.

—¿Qué pasó Sarita?

—¿Acaso veo mal? O ¿Acabas de crear el blog que me dijiste?

—No amiga, ves de maravilla, lo acabo de crear —dije, mientras intentaba de pensar en como se había dado de cuenta tan rápido, posiblemente por el post de Facebook que acababa de poner minutos atrás.

—Amy, si ven eso te meterás en muchos problemas, mejor eliminarlo...

—Ni loca lo haré, te dije que todo esto me tenía harta, sin embargo lo hago por ti. Es la única forma de demostrarte que esto es todo falso.

—Deja de ser tan terca Amy, los concursos de belleza son una importante casa creadora de mujeres más sabias, dignas y preparadas para el futuro de lo que imaginas.

—Tranquila, todo esta en mis manos...

Como ser miss - Primera parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora