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—¿¡Qué ustedes qué!? —dijo Harry, llevándose las manos a la cara.
—No te pongas así, eso fue idea de Sarah —me excuse para aliviar un poco la cara de espanto de Harry.
—Es que solo a ella se le podía ocurrir semejante locura, cómo te atreves a seguirla en todo esto.
—Es que no tengo más opciones, es la única manera de entrar definitivamente al concurso, y además mi blog...
—Eso es todo lo que te importa, ¿cierto? Todos tienen siempre otra opción.
—No vale, no seas tonto.
—No es que sea tonto Amy, sino que tu ya no eres la misma chica de la que yo me e... «Acaso Harry, ¿iba a decir la semejante tontería que yo pensaba?».
—Por favor, no termines esa frase.
—Si Amy, ¡yo me enamore de ti! —Si lo dijo.
—¡Te dije que no lo dijeras!
—Pero... ¿Por qué?
—Porque yo no siento nada por ti.
—No digas eso Amy.
—¡Cómo que no! Entiéndelo yo no siento y nunca sentiré algo por ti. Tu solo eres un mujeriego sin remedio y yo no seré una chica más de ti larga lista de tontas.
—Ya no importa nada Amy, igual ya la chica de la que me enamore no existe.
Mi recién declarado amigo lanzó la puerta como si el diablo lo llevase, podría ser que estaba siendo muy dura con el. Pero era lo mejor para ambos, yo no sentía nada por Harry y no podía mentirle, eso sí sería malvado. Aunque a estas alturas ya dudaba si podía distinguir entre qué era lo cuerdo y no, ¿de verdad quería continuar con todo esto?
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El escenario brillaba como si millones de diamantes se fuesen ceñido sobre el. Enormes pantallas tendían alrededor de este. Simplemente aunque yo detestaba todo eso, ese lugar parecía un paraíso. La noche de la presentación de las candidatas oficiales a la prensa estaba casi lista. Era hora de poner el plan de Sarah en marcha.
Mientras nos encontrábamos escondidas en el backstage, Sarah trataba de explicarme detalladamente su plan. Sin éxito alguno pues mi cabeza no parecía estar con pies en la tierra. Lo único que logré escuchar era un cambio de vestido, posiblemente el de nuestra víctima "Megan", esto la haría enojar o algo por ese estilo y nosotros la grabaríamos y haríamos que todos la odien, aunque con tanta publicidad que recibiría en el escenario y tal vez ni falta hiciese.
Lo cierto es que mi cabeza no estaba en este mundo era por una razón, por mi "Pepe grillo". Mi conciencia me empezaba a atormentar, en cuestión de días había pasado de ser una chica inteligente, con buenos fundamentos, a ser una chica casi diva y que estaba dispuesta a todo por entrar a un concurso sin sentido, solo por molestar a unas chicas que si mismas habían elegido esa forma de vida.
—¿Entonces lo harás? —dijo Sarah con ademán de captar mi atención.
—¿Qué cosa?
—¡El plan! ¿Acaso he perdido mi tiempo explicándote?
—No es eso amiga... Solo no te has preguntado nunca el por qué hago esto.
—¿Cómo así? ¿Por qué?
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Mi cuarto parecía infinito en ese momento. Faltaban dos horas para la gala y yo había tomado la decisión de volver a casa un rato, con la excusa de aclarar, mis pensamientos. Por primera vez en años, esa vieja y modesta casa de color rosa pálido de dos plantas, se asemejaba al cielo. No tenía que acabar con mi neuronas, ni mucho menos lidiar con mi "Pepe grillo" por lo menos durante una hora más.
Esos terribles minutos que pasé contando a mi mejor amiga el porqué de mi odio a las "chicas plásticas" fueron lo más terribles de todas estas semanas. El como a los 5 años mi madre me obligó a inscribir en un pequeño certamen de belleza infantil, y el que perdí por haberme orinado encima en el escenario, debido a mis nervios. Me hizo revivir ese terrible momento.
Luego de eso prometí, mejor dicho juré nunca de nuevo hacer una ridiculez como esa, y no conforme con eso obligue a mi madre a también jurar nunca decir ni una sola palabra de eso antes nadie. Posible fuese que la idea de volver a una certamen me había emocionado ante la posibilidad de poder vengarme por tal humillación años atrás.
¿Pero era eso justo? Era mi gran pregunta. Estas chicas no eran las mismas que años atrás se burlaron de una apenada y muy humillada Amanda Parks. No definitivamente no lo eran, y no merecían mi obsesión con acabarlas, además, después de todo ellas habían elegido ese estilo de vida, y quién era yo para llevar la contraria.
Estaba decidido, debía levantarme de mi cama e ir a detener el tonto plan de Sarah.
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—¡Qué hiciste qué! —mis manos se acercaban cada vez más al cuello de Sarah al decir esto.
—Que ya realice el plan, es que no estaba segura si volverías y alguien debía actuar de inmediato.
—Por dios Sarah, yo se que Megan es una bruja pero créeme que nadie merece recibir tal castigo.
—Lo siento amiga pero tu debes volver al concurso y esa era la única opción.
Entonces fue cuando recordé las palabras de Harry, todos tienen siempre alguna opción. La mía era detener a como de, el avance de este patético plan que destruiría la imagen pública de una bruja pero mujer a fin.
—Lo siento Sarah, pero debo detener tu plan a como dé lugar.
—Amy, pero qué te sucede, no te entiendo.
—Solo que... mi conciencia me ganó la batalla.
—¡Por qué ahora!
—Porque así fue..
Y si que lo hizo, lo siguiente fue que obligue a Sarah a llevarme a los camerinos. Cuando llegamos todas las chicas aun estaban ahí y había decenas de personas, preparadores, alistando a las chicas para salir. Ya era tarde, ya Megan se había puesto su vestido, y al parecer todos los presentes menos ella, notaba el horror de trapos que cargaba puestos.
—Hey Megan —vocifere tratando de llamar su atención, pero no funcionó, al parecer me detestaba lo suficiente como para ignorarme en todo momento.
—Amy, no te quiere escuchar, mejor así, déjala que se hunda sola y tu obtendrás tu puesto como si nada.
—Sarah, sabes qué, si eso pasa, ya no seremos amigas ni volveré a confiar en ti de nuevo, ya no más.
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Como ser miss - Primera parte
ChickLitUna chica que vive el día a día luchando contra todos los estereotipos de mujeres perfectas creados por la sociedad, toma la decisión de realizar un casting para un certamen de belleza, lo que empieza como un plan para humillar a las "chicas superf...