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Desde un vídeo de una chica vomitando, hasta los documentos médicos de una cirugía plástica en la nariz de otra. Mi blog empezaba a tener cada vez más éxito. Sarah me reñía a cada rato por mis publicaciones pero no me importaba. Andaba en la cima de la felicidad y la diversión al humillar a esas tontas chicas de plástico. Pero por otro lado me aburría tener que estar en un montón de clases de: pasarela, maquillaje, peinado, y muchas más. Pero de verdad, esto valía la pena.
—Amy... —musito Sarah, estando sentado en mi cama dubitativa.
—¿Qué Sarita?
—No has pensado si...
—¡Sarah! Termina de hablar sabes que no me gusta que se queden con la palabra en la boca.
—¿Y si no te seleccionan en el último casting?
Esa pregunta me callo como anillo al dedo, ¿de verdad había forma de no quedar? Ya estaba tan cerca. Ya me había matado mucho en las diversas clases de como ser superficial. Que no quedara en ese casting sería un gran colmo de los colmos. Mi blog... ¡Mi blog! Luego de que me esmere tanto para que fuese un éxito, y si que lo era. No tendría más material para subirle, ese escenario sería mi fin.
—Ni loca pasa eso Sarah, tú debes ayudarme a quedar en el certamen —dije ni yo creyendo lo que acababa de decir.
—No puedo creer eso, Amy Parks pidiendo ayuda para entrar en un certamen de belleza —dijo Sarah riendo.
—¡Cállate!
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—¡Aquí está la belleza! —grito Harry, uno de mis mejores amigos varones, desde muy pequeños, siempre me molestaba por el hecho de que yo preferiría mil veces un libro a que jugar con muñecas.
—Si eres tonto Harry, ¿Y tu novia?
—¿Jessica?
—¿No se llamaba Linda?
No me sorprendía que Harry, no supiera de cual novia me refería, era el propio playboy. Cada mes tenía una distinta, la leyenda cuenta que ninguna había llegado al mes. Cuando andábamos en la secundaria, las chicas hacían todo tipo de apuestas para ver quien conseguía llegar a ese preciado primer mes. El y yo siempre no reíamos de las distintas manera de lo se podría llamar "intento de ligue" de algunas.
Desde pancartas enormes, hasta entrar sin permiso y arriesgándose a una muy posible expulsión a la oficina de la directora, todo con el fin de dar un mensaje a Harry. Es que era imposible de negar, mi amigo era uno de los chicos más atractivos que cualquiera de los ojos pudiera ver. Una hermosa melena castaño y unos profundos ojos verdes. Un abdominales de muerte con unos brazos que pudiera atrapar a cualquier princesa que se lanzará de una torre.
—Oye, explícame como es eso de que tratas de entrar en un certamen de belleza.
—¿Explicación corta o larga?
—Corta, por favor, sabes que no me gustan los cuentos.
—Pues...
Le relate toda la historia a Harry, desde el engaño por parte de Sarah, hasta terminar siendo elegida sin quererlo.
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—¿Ya no te deberías ir? —dije a Harry, pues me extrañaba que hubiera acompañado a casa.
—¿Me estas corriendo? —dijo desviando los ojos hacia el suelo.
—No vale, no seas tonto, es solo que tu...
—Si lo se, nunca antes te había acompañado hasta tu casa, pero siempre hay una primera, ¿no?
—Que tonto eres vale, pero... gracias supongo —dije, mientras sonreía como una tonta.
¿Sonreír? Que me pasa, yo nunca hacía eso con Harry. A lo mejor solo era un pequeño alegro de por fin hiciera algo por su amiga, ¿o no? Como sea, mas le valía no acostumbrarse, pues eso no se repetiría de nuevo.
—Ya en serio si debes irte, yo debo prepararme para mi último desafío, ni se que hora es —vacile.
—Esta bien, menos yo, no tengo reloj, pero me gustaría ir contigo...
—¿Cómo así? ¿Tú también quieres participar o que?
—Ahora no seas tonta tu, es para ver a las preciosidades que se presentarán allí, dios, necesito una nueva novia —dijo, como si su vida dependiera de eso.
—Bueno, esta bien, pero por favor, no me avergüences más de lo que yo ya hago.
—Lo prometo.
Segundos después cerraba la puerta de mi casa mientras un muy alegre Harry se alejaba. Pudiera ser que fuera todo un mujeriego, pero de verdad le tenía un cariño más allá de ese cariño típico de amigos, o hasta de hermanos. Simplemente no sabría como describir esta rara pero placentera sensación hacia mi mejor amigo.
—¡Amanda Stephanie Parks! —grito, desde el otro lado de la casa mi histérica madre con una no muy contenta Sarah a su lado, ¡el concurso! Note en un reloj que estaba cerca de la entrada que eran las 6:30 y el casting comenzaba a las 7...
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El taxi rodaba a toda velocidad, casi parecía que el chofer había sido poseído por el propio demonio. El reloj de mi amiga marcaba las 7:15 y ya para ella era increíblemente tarde, creo que ni el fin del mundo la hubiera alterado tanto. No se porque no se me ocurrió revisar mi celular antes para ver la puta hora.
—Sarah, por amor a cristo... ¡Ya cálmate! —dije, ya estando harta de sus quejas.
—Si como no, ¿acaso se te olvida?
—¿Qué cosa?
—Que si no quedas se te acaba tu juego con el blog ese...
Rayos, rayos y rayos... Sarah tenía razón y como odiaba eso. Había dejado mi última oportunidad de triunfar en algo tirada, y no me refería al certamen. Ahora me tocaría suplicar por algo que ni quería al fin y al cabo. Te maldigo Harry por haberme entretenido tanto.
—¿Le avisaste a Harry? —dijo Sarah, arreglándome el cabello.
—No... Lo llamaré luego de salir de ese infierno.
—Amy, sabes que te amo, pero aveces te quiero matar.
—¡Cómo es la cosa! —dije, con una cara de horror, no entendía porque había dicho aquello.
—Nada solo olvídalo.
—A veces que de verdad no te entiendo Sarita... —dije, con cara de como si se estuviera volviendo loca, y tal vez sí posiblemente.
—Creo que mejor deberías entenderte a ti primero y luego a los demás...
A penas vi la entrada del edificio de la "Quinta de la belleza" me bajo prácticamente corriendo como el "correcaminos" hacía esta. En eso vi que iba saliendo Osmel y me quede petrificada.
—¿A donde crees que vas niña? —dijo, mirándome con cara de pocos amigos.
—Señor yo...
—Lo siento, pero llegaste bien tarde niña, yo no tardo mucho en esta última elección y tu nunca llegaste así que... quedas fuera.
—Rayos, porqué a mi...
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Como ser miss - Primera parte
ChickLitUna chica que vive el día a día luchando contra todos los estereotipos de mujeres perfectas creados por la sociedad, toma la decisión de realizar un casting para un certamen de belleza, lo que empieza como un plan para humillar a las "chicas superf...