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Mientras una muy deprimida Sarah me rogaba para que la perdonase, yo observaba como una muy enojada Megan corría por el escenario, buscando al responsable de su horrible vestido. El plan de mí ex mejor amiga, había resultado de una manera bastante exitosa. Pero no me sentía bien con eso, quería humillar a esas chicas por ser como eran, pero no de esa manera.
Me sentía como una diva, y no del buen modo. Entonces me fuese gustado devolver el tiempo y evitar todo eso. Ya el daño estaba hecho y por mi culpa le acababa de arrebatar lo que para varias chicas era una "gran oportunidad", estaba claro que algo debía de hacer en ese momento, o podía dejar así como así, que ese circo siguiera.
—¡Qué hace esa niña ahí! —grito mi amigo no favorito Osmel, mientras saltaba prácticamente desde las gradas.
—Lo siento, pero no puedo dejar que esto siga.
—¿De qué habla esta idiota? Si la que debe detener esto soy yo —dijo Megan a gritos.
—Perdón Megan, lo siento, no quería que esto llegase a este punto.
—¿De qué rayos hablas?
—Lo del vestido, es mi culpa...
—¡Así que fuiste tu! —dijo una muy enojada Megan caminando en mi dirección entrecerrando los puños.
Probablemente fuera sido que me diese un buen golpe, si no fuese por el hecho de que mi amigo de cabello plateado se colocó entre las dos.
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Osmel me separo de Megan y me llevó hasta su camerino, mientras un asistente se llevaba lejos de mi a Megan y así culminar la grabación. No se porque pero sentía mis nervios aumentar, como un niño cuando hace algo malo y la madre lo llama para castigarlo, y de tal manera yo había hecho algo malo. Tal vez ya era mi hora de despedirme totalmente de mi sueño de hacerse famosa humillando a estas chicas de plástico.
—¿Se puede saber qué fue eso allá afuera niña?
—Lo siento señor, simplemente no puedo explicar...
—Si ya vi, los productores quedaron impresionados contigo.
¿Impresionados? Como una persona normal podría sorprenderse con una chica que le hacía algo malo a otra. Pero que tonta si eran productores. Seguramente lo que acababa de pasar hizo que el ranking subiese hasta los cielos.
—Le quiero pedir perdón... a todos señor.
—Pero como que perdón niña, si lo que acabas de hacer ha sido tu pase de entrada.
—¿¡Pase de entrada!?
—Sí niña, ahora eres una concursante más del certamen.
—Pero no entiendo, arruine todo.
—A veces debemos ser escandalosos para llamar la atención y tu la llamaste. Así que por favor, no pierdas tu última oportunidad.
Ni la mente más enferma, podría creerlo. Sarah tuvo razón todo el tiempo, aunque de una manera distinta. Pero en fin lo había logrado, me hizo entrar en el certamen de nuevo. Probablemente tendría que buscarla y yo pedirle una gran y jugosa disculpa.
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Las gotas comenzaban a caer avisando que una gran tormenta se avecinaba. Corría de casa en casa en un intento de no mojarme totalmente. No se porqué, pero aunque había sido advertida por mi madre de la lluvia, decidí que tenía suficiente predicción del clima como para no llevar una sombrilla conmigo. Solo quería llegar lo más antes posible a la casa de mi mejor amiga. Antes de que lo hecho fuera permanente.
No era el momento de seguir cometiendo errores, todo lo dañado, debía ser reparado de una vez. Mi supuesta forma de ser, de chica inteligente y mejor que las demás, era más bien mi conducta oculta. Sin quererlo ya parecía una diva, y gracias a eso casi le arruinaba los sueños a una chica y mi amistad con la única persona en este mundo a parte de mi madre que me aguantaba.
—Señora Miller, ¿está Sarah?
—Querida ella...
—Por favor señora, se lo ruego, debo de verla urgente.
—Es que no entiendes.
—¿Qué no entiendo? Por favor solo llámela.
—Es que ella, ya no está aquí.
—Ah, ¿salio? ¿A dónde fue?
—Lejos querida, se fue a casa de su tía.
—¿¡Pero como!? Si apenas hace dos horas estaba conmigo, ¿En donde vive su tía?
—Pues no se que decirte, llegó aquí corriendo y llorando. Solo decía que quería marcharse lejos de aquí. Su tía vive muy lejos.
—Por favor, sin más rodeo dígame en donde.
—En la india...
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En solo un día casi había arruinado el sueño de una chica, entrado de nuevo a un certamen de belleza, y perdido a mi mejor amiga. Esto último quizás para siempre, solo me quedaba mis libros y... ¡Harry! El pobre chico enamorado de mi como un baboso, pero ese sentimiento no era mutuo. Pero si no quería perder al único amiga que me quedaba, tal vez debería empezar a tratarlo mejor.
Por qué ese tonto de tantas chicas, las cuales tenía en una lista, tenía que sentir algo por la que menos sentía algo por el. Desde enamorar a un mujeriego, hasta entrar en un certamen de belleza. La vida o dios parecían estar dándome una señal, o una lección. ¿Pero con cual fin?
Mientras mi mente se iba al espacio, estando acostada en mi cama, escuche el tocar de la puerta, era el. Harry.
—Adelante —vociferé mientras me incorporaba.
—Hola mocosa, ¿puedo pasar?
—Ya lo hiciste, así que termina de hacerlo.
—¿Qué tienes? ¿Por qué no me andas tratando mal? —dijo, sorprendiéndome, al parecer mi mal trato era muy obvio.
—Oye, no tiene porqué ser así siempre.
—Pues me alegro, pero igual algo te paso, ¿que es? ¿Es por Sarah?
—¿Ya te enteraste? Que rápido vuelan los chismes.
—No fue un chisme, la misma Sarah me telefoneó antes de irse.
—¿Y que te dijo? —sentí que mi última esperanza de no perder a mi amiga por siempre, se encontraba en esa pregunta.
—Que no quería volver nunca, y que lo lamentaba... Que no cree volver jamás.
Mi corazón se partió en miles de pedazos al oír esa respuesta, creo que había perdido al único amor que tendría en la vida, el de una amiga.
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Como ser miss - Primera parte
ChickLitUna chica que vive el día a día luchando contra todos los estereotipos de mujeres perfectas creados por la sociedad, toma la decisión de realizar un casting para un certamen de belleza, lo que empieza como un plan para humillar a las "chicas superf...