Coffee Shop ; Binwoo ‹ ASTRO ›

Hagámoslo luego. ( especial )

El adorable y alto pelirrojo aceleraba el paso cada vez más por las calles, dejando atrás a los chicos que lo acompañaban.

—¡Sanha, espera, no vayas tan rápido! —exclamó Jinwoo, adelantándose un poco más junto a Rocky.

Los tres restantes, Bin, Eunwoo y Myungjun se dedicaron a reír mientras contemplaban la escena.
Sanha era realmente infantil en muchas ocasiones, y esta era una de ellas. 

Minseok decidió cerrar la cafetería mucho antes de la hora habitual, debido a que tenía un compromiso muy importante con Luhan, y quería darles a los muchachos el resto del día libre.

Myungjun sugirió que fueran a la plaza central de la ciudad, la cual estaba cerca de allí. Y el más emocionado con la idea, por supuesto que fue Sanha, pues en ese lugar habían muchísimas tiendas y juegos, y nunca los había visitado anteriormente.

Aún faltaban unos cinco minutos para llegar, pero, como el más jóven se sentía demasiado ansioso, casi corría presuroso en lugar de caminar como los demás.

—Al fin.

 Rocky, Jinwoo y Sanha, seguidos por Eunwoo, Bin y Myungjun ingresaron al lugar.

Dentro de éste habían montones de locales. Tiendas de ropa, de juguetes, libros, aparatos electrónicos, restaurantes, locales pequeños que servían postres y bebidas, y muchas cosas más.

—¡Miren, una juguetería! —gritó Sanha, apuntando hacia dicho lugar—. ¡Vamos allá!

— Ya volvemos —dijo Rocky sin mucho entusiasmo a los tres chicos que llegaron de último y se alejó con Jinwoo y Sanha.

Ellos asintieron mientras reían por su actitud, y caminaron hacia unas pequeñas bancas que se ubicaban junto a una fuente de agua.

—Iré a comprar un pastelillo en la tienda de la entrada, se veían muy buenos. Aunque no creo que sean mejores que los nuestros —Myungjoon se levantó y los observó a ambos—. ¿Quieren uno, chicos? —preguntó revisando su billetera.

—Yo no quiero, gracias —respondió Bin rápidamente.

—Tampoco yo. Ve a comprar el tuyo, te esperamos aquí —Eunwoo le sonrió después de mirar a Bin por unos segundos.

—De acuerdo, ya vuelvo.

Myungjun se fue, dejándolos solos, y en el fondo se alegró con el rechazo, ya que su billetera en realidad se encontraba casi vacía.

—Es muy lindo aquí ¿no? Hace mucho que no venía —Eunwoo recorrió todo el lugar con su mirada.

—Sí, es genial. Quisiera entrar a todas las tiendas justo ahora.

—También yo —soltó una ligera risita.

—¿Te das cuenta de que ahora estamos solos, tú y yo, sin nadie más? —Bin se acercó un poco a él, pero, aún sin hacer contacto visual.

—Así es, lo noto.

—¿Y...?

—¿Y, qué?

—Eunwoo... —el menor se acercó aún más, quedando a unos pocos centímetros de sus labios y alternando su mirada hacia estos y hacía los ojos que le miraban sorprendentemente serenos.

—Los chicos pueden aparecer en cualquier momento... aún no —alejó calmado su rostro, y le guiñó un ojo de una manera coqueta.

—P-pero, ¡cariño! —Bin abultó levemente sus labios, formando un visible puchero.

—Luego, ¿de acuerdo?

El menor continuó con su tierna expresión sin dejar de mirarle. No iba a rendirse hasta conseguir un beso en ese momento.