Coffee Shop ; Binwoo ‹ ASTRO ›

Algo nuevo.

Ante la salida del sol, ambos jóvenes despertaron y se dedicaron a realizar sus actividades matutinas diarias antes de salir de casa rumbo al trabajo. No era una mañana como cualquier otra, pues la noche anterior habían tenido una pelea y aún no hablaban para resolver las cosas. Eran muy extrañas las veces en que peleaban, aunque siempre se arreglaban muy pronto, no soportando el estar apartados uno del otro por mucho tiempo. Sin embargo, esta vez la discusión y el motivo fueron más intensos.

No se dirigieron la palabra, excepto para cosas casuales, como preguntar si llevaban las llaves o habían apagado las luces de la habitación. Emprendieron su camino hacia la cafetería, y como era de esperarse, ni un solo gesto fue intercambiado, e iban concentrados en guardar silencio y mantener fijas sus miradas hacia el frente.

Para cuando llegaron, los demás chicos ya se encontraban dentro, comenzando a acomodar las mesas y utensilios de trabajo. Al momento de observarlos, les saludaron, invitándoles a acercarse.

—¡Buenos días! —El más joven de todos habló, dando un pequeño saltito mientras saludaba con sus manos.

—Buen día, Sanha  —Bin correspondió a su gesto, mientras que Eunwoo sólo sonrió sin mucho entusiasmo.

Transcurriendo un rato, la hora de abrir llegó, así que todos se colocaron en sus respectivos lugares para dedicarse a esperar el comienzo de su jornada.

Mientras el tiempo transcurría y la clientela incrementaba, los dos chicos se mantenían sin su ánimo característico. Entre ratos, el uno al otro lanzaban miradas secretas, y las desviaban cuando se percataban de que habían sido descubiertos. Aunque no lo pareciera, ambos deseaban arreglar las cosas y acabar con toda esa incomodidad. Sin duda lograron convertir ese pequeño malentendido en algo grande, causante de distanciamiento, y el hecho de que los dos llegaban a ser demasiado orgullosos en cuanto a esos temas se trataba, definitivamente no ayudaba mucho.

No hizo falta mucho para que los demás se percataran de que algo ocurría entre ellos, pues en los pequeños descansos no estaban juntos como de costumbre, ni interactuaban más allá de pasarse los pedidos y notas. Además de sus semblantes apagados y desanimados.

—Eunwoo, ¿te encuentras bien? ¿estás enfermo a algo así? Te he notado muy raro en toda la mañana —Le cuestionó Jinwoo en una oportunidad que tuvo de estar cerca del pelinegro.

—Estoy bien, nada me pasa. No te preocupes.

— No te creo. Algo te pasa, estoy seguro. Con sólo mirarte puedo saber que no dormiste bien anoche. ¿Qué pasó? Puedes contarme, si puedo ayudarte en algo no me negaré, sabes que me preocupo por ti y no me agrada que estés así.

— Te dije que no pasa nada. Tienes razón, no dormí bien anoche... Eso es todo —Se apresuró a decir, concentrándose en terminar de hacer algunas cuentas sobre la hoja de papel que sostenía. En verdad no estaba dispuesto a contarle, ni a él ni a nadie.

—¿Seguro? ¿es sólo eso? No parece que sea sólo eso, yo... —Al darse cuenta de que Eunwoo ya no le prestaba atención, sino que intentaba evadir sus preguntas, supo que no recibiría más respuesta, y no tuvo más opción que rendirse y volver al trabajo.

Por otro lado, Bin se mantenía dando vueltas por el lugar, intentando mostrar educación con una sonrisa a cada cliente que atendía, pues ciertamente, los demás no tenían culpa de sus propios problemas, y pensó que lo más adecuado sería dar un buen servicio como siempre.

Entre tantas personas que ingresaban al establecimiento, un chico de oscuros cabellos y una gran sonrisa que mantenía mientras caminaba, hizo acto de presencia. Su mirada se paseó por cada rincón, admirando los detalles decorativos de las paredes, al mismo tiempo que buscaba un lugar libre. Tomó asiento en una mesa para dos, ubicada cerca del mostrador, y dedicó su tiempo para revisar la carta de menú que se encontraba allí.