Coffee Shop ; Binwoo ‹ ASTRO ›

Lo caliente quema.

—Bin, escúchame, no es lo que piensas —Eunwoo intentaba calmar a su novio, tarea que se complicaba cuando Bin parecía ignorar sus palabras.

—¿Por qué te encontraste con ese idiota sin que yo lo supiera? 

Bin no era capaz de mirarle a los ojos ni de controlar el volumen de su voz. Era difícil mantener el control en general si se trataba de aquel muchacho con quien ambos tuvieron serios problemas. Esa noche mientras Eunwoo se duchaba, le pidió a su pareja que revisara unos recados en su teléfono móvil. Después de un rato buscando, se percató de una notificación que avisaba la llegada de un mensaje enviado desde un número que no estaba registrado, pero que mencionaba el nombre de Eunwoo. Bin lo abrió sin pensar y leyó ese y los anteriormente enviados. El sujeto en cuestión le preguntaba si podía volver a encontrarse con él en su trabajo, y decía que lo extrañaba y no podía olvidar el tacto de su piel, entre otras expresiones que el menor no quiso continuar leyendo. Supo que era él por su fotografía de perfil.

—No quise decirte porque no quería perturbarte. Acordamos que no volveríamos a mencionar este tema. Bin... Yo no lo contacté. No sé cómo supo la dirección de la cafetería. 

—¿Te hizo algo? —en su tono enfadado pudo notarse genuina preocupación y temor.

—Intentó besarme, pero, pude detenerlo y entré de prisa. Se fue y ya no volvió desde ese día.

—¡¿Por qué no me dijiste, Eunwoo?!

Bin sintió náuseas. Detestaba enormemente la presencia de ese tipo, y aún más su presencia cerca de Eunwoo. Fue un chico que le hizo mucho daño, daño que no fue fácil superar. Bin se prometió que jamás volvería a permitir que él o alguien más causara heridas y oscuridad en la vida de su novio. Por ello le molestaba saber que algo sucedió sin estar enterado ni poder evitarlo. Y sumado a eso, odiaba que le ocultaran cosas, en especial si tenían que ver con el bienestar de su pareja.

—No soy la persona que conociste hace años. Puedo cuidarme solo. No soy un estúpido y sé cómo afrontar las situaciones, conozco los peligros y no les temo más. Creí que ya estabas consciente de ello. —replicó Eunwoo adoptando una postura seria y llena de seguridad—. No necesito que me trates como un niño indefenso que siempre necesita que lo rescaten, porque ya no lo soy.

—Yo sólo intento protegerte...

—A veces enloqueces intentándolo. Parece que nunca me verás como alguien capaz de lidiar con los problemas por si solo. ¡Ya fue suficiente, Moon Bin!

Eunwoo arrojó con fuerza la toalla que lo cubría y esta cayó al suelo. Dio la vuelta sin mirar más al chico y cerró la puerta tras entrar a la habitación. 

El menor se mantuvo quieto. La expresión enfurecida de su rostro cambió a una de pena y dolor. Era la primera vez que discutían de tal manera. Pensó en ir a la habitación y hablar con él, pero, desechó rápidamente la idea y dejó que sus lágrimas calientes se escurrieran por sus mejillas.

Por su lado, las lágrimas de Eunwoo caían frías y llegaban a parar a su almohada.

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Camino a casa, Bin repasaba el acontecimiento de hace unos días. Ya nada más pudo despejarlo de sus pensamientos, y en cuanto entró por la puerta, se decidió a arreglar el problema sin más y a dejar de actuar como un idiota que sólo lograba hacer sentir peor a ambos.