¿Encargado?

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Al inicio la semana, después de despertarse a la misma hora de siempre, arreglarse y desayunar, ambos jovenes partieron rumbo a su trabajo en medio de una mañana muy soleada, con un clima agradable. Al llegar, se prepararon junto a sus compañeros para comenzar a trabajar.

Unos minutos después de su llegada, visualizaron a Minseok, quien estaba entrando rápidamente por la puerta mientras hablaba por teléfono. Su auto estaba estacionado justo en frente, y el conductor era Luhan.

El dueño se acercó a Eunwoo con mucha cautela mientras guardaba su teléfono celular en el bolsillo de su oscuro pantalón.

—Eunwoo, buen día. Necesito que me hagas un favor —le susurró.

—Buen día, jefe —Saludó con una reverencia—. Por supuesto, ¿cuál es?

—Tengo una emergencia y debo salir de viaje justo ahora, pero, no quiero que se pierda un día de trabajo, así que quería pedirte que te quedes a cargo.

Eunwoo estaba sorprendido. Realmente le agradaba la idea de quedarse como el encargado por todo el día, a pesar de que era una gran responsabilidad. Por lo tanto no lo pensó dos veces y aceptó.

—Chicos —vociferó Minseok—. Acaba de surgirme un imprevisto y tengo que viajar ahora, así que no podré estar aquí en todo el día. Acabo de comisionar a Eunwoo para que ocupe mi cargo por hoy. Les pido que se porten bien y no le den muchos problemas —finalizó con una ligera risita—. Nos vemos mañana, ¡a trabajar!

Cuando el auto arrancó y los demás continuaron preparándose para abrir, Bin le hizo una simple seña a Eunwoo para que se acercara, después de que terminó de limpiar las mesas junto a Jinwoo.

—Con que estas a cargo hoy ¿eh?

—Así es. Se podría decir que soy tu jefe ahora, cariño —expresó con ligeros aires de superioridad.

—Genial. Siempre me han parecido interesantes las relaciones jefe-empleado, si es que me comprendes...

Eunwoo sólo sonrió, y era lo único que podía hacer por el momento.

—Ya es hora de abrir, hablamos luego.

—Estaré molestándote todo el día, jefe. Todo el día —susurró mientras guiñaba un ojo. Y definitivamente cumpliría lo que acababa de decir.

Momentos después, todos habían recibido las indicaciones de Eunwoo, y estaban dispuestos a seguirlas al pie de la letra. El lugar se encontraba limpio y ordenado. Incluso habían terminado de arreglar más rápido de lo normal. Eran señales de que sería un muy buen día, a pesar de la ausencia de Minseok.

Estaban listos a la hora exacta en la que siempre abrían la cafetería, y así dieron inicio a la jornada. Los clientes no tardaron en aparecer. Principalmente los denominados "habituales", pues llegaban cada día sin falta, y es que se había vuelto una costumbre para ellos el iniciar su día con una buena taza de café o alguna otra opción del menú, preparada exquisitamente por Rocky y Sanha.

Uno de estos clientes habituales era un agradable señor de unos sesenta años de edad, quien frecuentaba el negocio desde su inauguración. En muchas ocasiones les platicaba a los chicos sus singulares experiencias y anécdotas. Algunas de ellas llegaban a caer en la fantasía y surrealismo, lo cual les daba indicios de que estaba inventándolas. Pero aunque inventara o no, no podían negar que disfrutaban de escucharlo.

—¡Señor Lee, muy buenos días! me alegra verlo por aquí otra vez, ¿dónde había estado? —le dijo Bin esbozando una gran sonrisa al acercarse para tomar su pedido.

Coffee Shop ; Binwoo ‹ ASTRO ›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora