"Comienzan los problemas" Capitulo 2.

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Ya ha pasado un año desde que Clara y yo empezamos a tomar clases de ballet juntas, todo es perfecto. No podemos pedir más, ya hemos hecho diez muestras en teatros diferentes y el sábado tenemos la última, pero la más importante, porque irán inspectores a vernos y solo sacarán a tres bailarinas para ayudarlas a tener una carrera más profesional en el baile. Obviamente Clara y yo queremos que nos elijan por eso es que hemos estado trabajando muy duro todo este tiempo.

Llegué a la escuela y me quedé esperando a Clara por más de 15 minutos, ella no era de llegar tarde y por un momento me preocupé, pero luego pensé que quizás a su padre se le volvieron a olvidar las llaves, así que me tranquilicé. Entré a mi salón y me senté, la clase ya había comenzado y Clara aún no llegaba. En eso pensé en mandarle un mensaje, solo esperaba que se haya quedado dormida y que no le hubiera pasado nada.

Salí de la escuela y Clara no había ido y tampoco había contestado a mi mensaje, el cuál repetí miles de veces para que contestara, pero no lo hizo. Entonces ya estaba preocupada, y decidí mandarle un mensaje a mi madre diciendo que iba a la casa de Clara para saber que había pasado.

Toqué la puerta de su casa esperando a que me abran, pero no había nadie o no me quisieron abrir. 

Me había cansado de esperar así que me acosté y en eso mi celular sonó. Era Clara.

Marie: -CLARA! Qué te ha pasado que haz faltado a la escuela, a ballet , no contestaste mi mensaje ni me abriste la puerta de tu casa?-Pregunté un poco enojada, pero preocupada.

Fue entonces cuando escuché una voz, una voz gruesa, rara, era diferente a la voz de Clara, no era ella y fue cuando más me desesperé. 

Padre de Clara: -Marie, siento no haberte abierto la puerta, es que pasó algo un poco grave.

Marie: -QUÉ?! Qué le ha pasado a Clara?-Dije vistiéndome.

Padre de Clara: -Ella está internada, tuvo un accidente a noche luego de salir de la clase de ballet, tomó el bus y chocó. 

Me desesperé y bajé rápido las escaleras.

Marie: -Pero ella está bien!?

Padre de Clara: Estuvo toda la noche en revisión , en unos minutos nos dirán como está. Si quieres te mantengo al tanto.

Marie: -No, dígame la dirección del hospital. Voy para allá.

Padre de Clara: -La calle es Hipólito Yrigoyen al 2300.

Marie: -Ya mismo estoy yendo para allá.-Dije y corté mientras salía.

Corrí rápido hacia un taxi, no tenía tiempo de tomar un colectivo. Le mandé un mensaje a mi madre para que no se preocupara. Tenía mucho miedo de lo que le pasara, rezaba por que ella estuviera bien.

Llegué al hospital en 15 minutos y entré a la sala de espera donde estaba el padre, la madre y los dos hermanos de Clara. Abracé a sus padres y sus hermanos todos rezábamos por ella. Hasta que salió.

Se abrió la puerta y no se si era la preocupación u otra cosa, pero esa puerta se abría tan lentamente que daban ganas de levantarse a abrirla de una vez por todas. Una vez abierta todos levantados vemos que una silla de ruedas salía por esa puerta y en esa silla estaba Clara, llorando desconsoladamente, con ojeras y algunas heridas en su rostro. Detrás de ella venía el doctor, quién nos dió la última noticia para que nuestro día se arruinara por completo.

Doctor: -Bueno...aquí está. Está sin lesiones, ni heridas graves. Pero..

Madre de Clara: -Esa silla para qué es?-Dijo nerviosa y temblando.

Doctor: -Clara sufrió una parálisis durante el accidente, lo que le provocó quedarse sin movimiento en sus piernas.

Marie: -Qué!? Ella no podrá moverse...nunca más?

Doctor: -Puede moverse, pero no por ahora.

Padre de Clara: -Y cuánto podría durar?

Doctor: -Nadie sabe, podría ser permanente, o no. Todo depende de cuánto ejercicio haga para moverse.

Hermano de Clara: -Y cuánto ejercicio debe hacer? 

Doctor: -No hay un límite, quizás un día se levante y vea que puede moverse, o quizás haga tanto que sus piernas no lo aguanten y empeoren. 

Terminó de decir y se marchó, sin decir lo siento ni una palabra más, como si no le importara. Y todos llorábamos, en especial Clara, quién se tapaba su rostro con sus pequeñas manos débiles cortadas por los vidrios. Mientras la abrazábamos todos llorando yo pensaba cómo era posible. Hacían dos días que todo era perfecto y de un día para el otro tenemos que estar rezando para que Clara vuelva a moverse, yo sabía perfectamente lo importante que era para ella bailar, no podía quedarse inmóvil para siempre. Y yo haría lo que sea para ayudarla a que no sea así. Lo peor de todo es que el sábado ella no estará y se quedará sin esa tan importante oportunidad. No puedo creerlo, es increíble como de un día para el otro la vida se destroza. 

Solo quiero seguir tus pasos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora