"Juntos"Capítulo 9.

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Ya había pasado una semana desde que llegamos a Mar del Plata y conocí al chico que hizo que mi corazón saliera de mi pecho. Todo seguía igual, los dos nos coqueteábamos, pero aún ninguno de los dos se animaba a hacer lo que queríamos hacer. No me queda mucho tiempo junto a él, solo semanas y todavía no logré ni mantener una conversación digna con él sin que mi corazón se sobresalte. 

Clara y Elías salieron a pasear y yo, como toda una aburrida, me quedé en la casa. No tenía ganas de hacer nada y ellos no insistieron mucho en que vayamos, y si, dije "vayamos" porque Carlos también se quedó. Y no se si fue por mí o porque no quería salir, sea cual sea la razón, no sirvió. El estaba en su habitación y yo en la mía. Queriendo hablarle, pero no me animaba. Me siento una total tonta, con casi 27 años y me comporto peor que una niña de 16, no quiero entender que ya no soy pequeña, me estoy hartando de mi misma. 

-Marie?-Escucho que es Carlos tocando mi puerta y no me acordé que no tenía nada debajo de las sábanas. 

-Pasa!-Digo y entra, solo espero que no quiera que salga de la cama.

-Estabas durmiendo?-Dice y se sienta a mi lado.

-No, estaba aburriéndome un rato.

-Quieres salir?-Dice animado y no pienso en la respuesta ni dos segundos.

-Si.-Salgo de la cama y él está parado enfrente mío, mirándome. Fue entonces cuando volví a recordar que estaba semidesnuda. Me sonrojo y me quedo parada sin saber qué hacer y queriéndo que la tierra me trague o desaparecer.

-Lo siento.-Dijo tapándose los ojos.-No sabía que estabas...

-Está bien, es mi culpa por no haberte avisado.-Dije un poco aliviada.

-Te espero afuera.-Dijo y cerró la puerta.

Me preparé lo más rápido que pude, no quería tardar, iba a pasar el día sola con él. "Iré con Carlos a pasear, no me llames, a menos que sea una emergencia. Te quiere, Marie."

Salí afuera y estaba Carlos esperándome, tenía unas zapatillas Nike, una campera de cuero negra, una remera blanca y un pantalón jean que le quedaba hermoso. Me miraba de arriba para abajo, con una sonrisa que derretía a cualquiera. 

-Vamos?-Me dice y asiento.

No sabía a dónde íbamos, no me importaba mucho tampoco, estaba junto a él. Por unos minutos comencé a comportarme y a imaginar que era una adolescente, caminando junto al chico de sus sueños, como cualquier chica. No nos tomábamos de la mano, pero estábamos muy cerca y era suficiente. Caminábamos sin pensar a dónde, hasta que llegamos a un parque. Dónde nos sentamos en una de las bancas y comenzamos a charlar. 

-No me preguntaste a dónde íbamos.-Dijo mirándome.

-No quise.-Dije mirándolo también.

-Y si te llevaba a un lugar para secuestrarte?-Dijo riendo.

-No lo harías.

-Cómo lo sabes?-Dijo acercándose.

-Porque...Confío en ti.-Dije y me sonrió, un silencio hermoso nos recorrió y me recosté sobre su hombro.

Una tarde realmente hermosa, sin palabras para describirla. Cuando ya se hacía tarde, tuvimos que volver a la realidad, eran las 6:30 y nos levantamos para irnos. No quería irme, pero todo lo hermoso tiene su principio y final. 

Nos marchamos, esta vez, pegados uno al otro. Volteó a mirarme y su mano agarró la mía, se entrelazaron y se apretaron fuerte. Caminamos todo el camino así, no hablábamos, pero nuestras acciones decían suficiente como para darnos cuenta que estábamos bien juntos.

Llegamos y para nuestra suerte Clara y Elías no habían llegado. Creí que una vez que estábamos los dos en la casa todo iba a volver a ser aburrido. Pero me di cuenta que ya nada volvería a ser aburrido en cuánto Carlos entró a mi habitación y no dijo nada más que besarme. Sus labios y los míos juntos, no me aparté, porque yo quería que eso pasara. Y lo logré.Nuestros labios decían todo, más que mil palabras. Y una de sus manos me rodeó de la cintura y la mía rodeó su espalda, nos dejamos caer en la cama y esta vez mi celular estaba en vibración. 

-Marie.-Siento que la puerta se abre y Clara se asoma, detrás de ella, se asoma Elías. Abro los ojos y me doy cuenta que a mi lado está Carlos , totalmente dormido, tomando mi mano. 

-Qué sucede?-Digo susurrando.

-Oh! Lo siento.-Dice y cierra la puerta. De tal ruido que Carlos se despierta. 

-Buenos días.-Dice con su sonrisa perfecta. 

-Cómo dormiste?-Digo.

-Si fue contigo, perfecto. Y tú?

-Aún mejor.-Digo sonriéndole.

Nos vestimos y salimos a desayunar. Resulta que Clara y Elías nos estaban esperando, con cara de buscar una explicación. Pero nos hacemos los tontos y comenzamos a desayunar.

Clara me hace una seña de que la siga y a eso no me puedo hacer la tonta. Así que la sigo hasta la habitación, donde me hizo un cuestionario de preguntas.

-Qué ha pasado anoche?-Dice intrigada.

-Nada, por qué lo dices?-Digo tratando de ocultarlo.

-Acaso soy tonta? Cuenta!-Dice obligándome prácticamente.

-Bien, fuimos al parque.

-Y?

-Y hablamos. Y luego volvimos a la casa.

-Y...?

-Y nos besamos.-Digo como si me hubiera quitado un peso de encima.

-Y...lo...hicie..

-Si. Listo, dejarás de interrogarme?

-Estoy orgullosa de ti.-Me dice y se marcha al living.

Carlos se encuentra en mi habitación, ordenando la cama. Se da cuenta que lo estoy viendo como una tonta, y se voltea a sonreirme.

-Quieres...dormir conmigo? Así Clara duerme con Elías y yo contigo, así todos somos felices. Si quieres, claro.

-Claro que quiero.-Le digo y lo vuelvo a besar. 

Solo quiero seguir tus pasos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora