Ya había pasado una semana desde que llegamos a Mar del Plata y conocí al chico que hizo que mi corazón saliera de mi pecho. Todo seguía igual, los dos nos coqueteábamos, pero aún ninguno de los dos se animaba a hacer lo que queríamos hacer. No me queda mucho tiempo junto a él, solo semanas y todavía no logré ni mantener una conversación digna con él sin que mi corazón se sobresalte.
Clara y Elías salieron a pasear y yo, como toda una aburrida, me quedé en la casa. No tenía ganas de hacer nada y ellos no insistieron mucho en que vayamos, y si, dije "vayamos" porque Carlos también se quedó. Y no se si fue por mí o porque no quería salir, sea cual sea la razón, no sirvió. El estaba en su habitación y yo en la mía. Queriendo hablarle, pero no me animaba. Me siento una total tonta, con casi 27 años y me comporto peor que una niña de 16, no quiero entender que ya no soy pequeña, me estoy hartando de mi misma.
-Marie?-Escucho que es Carlos tocando mi puerta y no me acordé que no tenía nada debajo de las sábanas.
-Pasa!-Digo y entra, solo espero que no quiera que salga de la cama.
-Estabas durmiendo?-Dice y se sienta a mi lado.
-No, estaba aburriéndome un rato.
-Quieres salir?-Dice animado y no pienso en la respuesta ni dos segundos.
-Si.-Salgo de la cama y él está parado enfrente mío, mirándome. Fue entonces cuando volví a recordar que estaba semidesnuda. Me sonrojo y me quedo parada sin saber qué hacer y queriéndo que la tierra me trague o desaparecer.
-Lo siento.-Dijo tapándose los ojos.-No sabía que estabas...
-Está bien, es mi culpa por no haberte avisado.-Dije un poco aliviada.
-Te espero afuera.-Dijo y cerró la puerta.
Me preparé lo más rápido que pude, no quería tardar, iba a pasar el día sola con él. "Iré con Carlos a pasear, no me llames, a menos que sea una emergencia. Te quiere, Marie."
Salí afuera y estaba Carlos esperándome, tenía unas zapatillas Nike, una campera de cuero negra, una remera blanca y un pantalón jean que le quedaba hermoso. Me miraba de arriba para abajo, con una sonrisa que derretía a cualquiera.
-Vamos?-Me dice y asiento.
No sabía a dónde íbamos, no me importaba mucho tampoco, estaba junto a él. Por unos minutos comencé a comportarme y a imaginar que era una adolescente, caminando junto al chico de sus sueños, como cualquier chica. No nos tomábamos de la mano, pero estábamos muy cerca y era suficiente. Caminábamos sin pensar a dónde, hasta que llegamos a un parque. Dónde nos sentamos en una de las bancas y comenzamos a charlar.
-No me preguntaste a dónde íbamos.-Dijo mirándome.
-No quise.-Dije mirándolo también.
-Y si te llevaba a un lugar para secuestrarte?-Dijo riendo.
-No lo harías.
-Cómo lo sabes?-Dijo acercándose.
-Porque...Confío en ti.-Dije y me sonrió, un silencio hermoso nos recorrió y me recosté sobre su hombro.
Una tarde realmente hermosa, sin palabras para describirla. Cuando ya se hacía tarde, tuvimos que volver a la realidad, eran las 6:30 y nos levantamos para irnos. No quería irme, pero todo lo hermoso tiene su principio y final.
Nos marchamos, esta vez, pegados uno al otro. Volteó a mirarme y su mano agarró la mía, se entrelazaron y se apretaron fuerte. Caminamos todo el camino así, no hablábamos, pero nuestras acciones decían suficiente como para darnos cuenta que estábamos bien juntos.
Llegamos y para nuestra suerte Clara y Elías no habían llegado. Creí que una vez que estábamos los dos en la casa todo iba a volver a ser aburrido. Pero me di cuenta que ya nada volvería a ser aburrido en cuánto Carlos entró a mi habitación y no dijo nada más que besarme. Sus labios y los míos juntos, no me aparté, porque yo quería que eso pasara. Y lo logré.Nuestros labios decían todo, más que mil palabras. Y una de sus manos me rodeó de la cintura y la mía rodeó su espalda, nos dejamos caer en la cama y esta vez mi celular estaba en vibración.
-Marie.-Siento que la puerta se abre y Clara se asoma, detrás de ella, se asoma Elías. Abro los ojos y me doy cuenta que a mi lado está Carlos , totalmente dormido, tomando mi mano.
-Qué sucede?-Digo susurrando.
-Oh! Lo siento.-Dice y cierra la puerta. De tal ruido que Carlos se despierta.
-Buenos días.-Dice con su sonrisa perfecta.
-Cómo dormiste?-Digo.
-Si fue contigo, perfecto. Y tú?
-Aún mejor.-Digo sonriéndole.
Nos vestimos y salimos a desayunar. Resulta que Clara y Elías nos estaban esperando, con cara de buscar una explicación. Pero nos hacemos los tontos y comenzamos a desayunar.
Clara me hace una seña de que la siga y a eso no me puedo hacer la tonta. Así que la sigo hasta la habitación, donde me hizo un cuestionario de preguntas.
-Qué ha pasado anoche?-Dice intrigada.
-Nada, por qué lo dices?-Digo tratando de ocultarlo.
-Acaso soy tonta? Cuenta!-Dice obligándome prácticamente.
-Bien, fuimos al parque.
-Y?
-Y hablamos. Y luego volvimos a la casa.
-Y...?
-Y nos besamos.-Digo como si me hubiera quitado un peso de encima.
-Y...lo...hicie..
-Si. Listo, dejarás de interrogarme?
-Estoy orgullosa de ti.-Me dice y se marcha al living.
Carlos se encuentra en mi habitación, ordenando la cama. Se da cuenta que lo estoy viendo como una tonta, y se voltea a sonreirme.
-Quieres...dormir conmigo? Así Clara duerme con Elías y yo contigo, así todos somos felices. Si quieres, claro.
-Claro que quiero.-Le digo y lo vuelvo a besar.
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Solo quiero seguir tus pasos...
Novela JuvenilElla hacía ballet, y una de sus amigas, quién se convirtió en casi su hermana, tuvo un accidente, que le produjo un cambio en su vida horrible, el cuál le impidió seguir los pasos de su amiga. Podrá ella bailar y levantarse de su peor infierno?