No podía creer lo que estaba sucediendo. Estaba muy molesta porque ellos habían dicho que estaríamos juntas y ahora se suponía que ibamos a ser rivales? No sabía que decir y solo nos mirábamos. Estábamos enfrentándonos a una difícil decisión, o no ibamos a las academias o ibamos pero teníamos que ser rivales. Debíamos enfrentarnos a lo que sea, nadie dijo que ser profesionales iba a ser fácil.
-Necesito hablar con Clara a solas.-Dije tomándola de la mano.
Nos metimos en un salón y comenzamos a sentir una tensión, muy extraña, entre nosotras nunca hubo una tensión así.
-Qué piensas?-Dijo Clara mirándome preocupada.
-Supongo que...debemos hacerlo.-Dije un poco asustada de su reacción.
-Qué? Dices ser rivales? Nosotras? Qué siempre fuímos una sola las dos juntas?-Dijo casi gritando.
-Estuvimos esperando esto durante mucho tiempo, ahora que lo tenemos en nuestras manos no podemos dejarlo escapar. Que seamos rivales no significa que dejemos de ser mejores amigas. Verdad?
-No lo se, tienes razón, pero es demasiado no crees?
-Si. Pero hay que enfrentarnos.-Dije mirándola.
-Lo haremos.-Dijo sonriendo.
Salimos y fuímos directo a decirle al director que aceptábamos. Tanto Clara como yo estábamos arriesgándonos a lo que probablemente sería el final de una amistad, necesito que Clara y yo ahora, más que nunca, estemos unidas.
Faltaban tres días para irnos y decidimos aprovechar al máximo todo el tiempo juntas. Armamos las valijas juntas, comimos juntas, dormimos juntas, fueron los mejores días. Estábamos hablando de todo lo que nos iba a pasar cuando empezáramos en la academia. No quisimos hablar del tema de estar separadas aunque cada vez que nos mirábamos se notaba la preocupación en nuestros ojos.
-Tenemos que hablar todas las noches, prométeme que no nos separaremos.-Dijo Clara.
-A pesar de la distancia, te prometo que nunca nos separaremos.-Le dije abrazándola.
Y llegó el día. El día tan esperado. Queríamos que llegue tanto como que no. Estábamos enfrentándonos a la separación de nuestra familia, nuestros amigos, y nuestra amistad. La mejor amistad que pudo existir. Seguiríamos siendo amigas, pero estaba claro que ya no sería lo mismo.
En el aeropuerto esperando el avión nos despedimos, nos hablamos frente a frente por última vez después de tantos años. Desde los 3 años que nos conocíamos y estábamos aprovechando los últimos minutos de nuestra conversación frente a frente, crecimos juntas, éramos como hermanas. Pero eso no iba a cambiar, no debíamos permitirlo.
-Te extrañaré.-Dije tomándola de los hombros.
-Sabés que yo más.-Dijo abrazándome lo más fuerte que nunca me había abrazado nadie en toda mi vida.
Nuestras lágrimas caían y nuestras caras estaban rojas, no estaba segura de lo que estaba haciendo. No sabía lo difícil que podía ser.
-Gracias.-Me dijo y volvió a abrazarme. No entendía que era lo que me agradecía.
-De qué?
-Por haberme dejado seguir tus pasos.
-Qué? No entiendo a que te refieres.
-Desde que tan solo tenía diez años y tú siempre me contabas sobre ballet y bailabas en frente mío me di cuenta que eras el ejemplo que quería seguir. Sólo quería seguir tus pasos. El primer día de ballet juntas mi emoción no se notaba por fuera pero por dentro estaba que moría de alegría y el accidente...y luego me levanté y ahora estamos cumpliendo nuestro sueño. Todo ha pasado muy rápido.
No dije ni una palabra y llorando desconsoladamente me lancé a sus brazos dándome cuenta que sólo faltaban dos minutos para subir al avión. Los últimos dos minutos que mi vida iba a ser "normal". Y cuando me di cuenta estaba caminando hacia el avión, nuestros ojos se miraban llorosos, Clara quería seguirme y se movía hacia mi, pero se daba cuenta que no podía seguirme esta vez y lloraba y lloraba y yo quería abrazarla y decirle que todo estaría bien pero no podía. Y me ponía nerviosa no poder estar con ella. Mis padres lloraban y me despedían y subiendo al avión casi siendo empujada porque mis piernas se detenían me tapé la cara con las dos manos y comencé a llorar. No tenía que llorar, esto sería el comienzo de mi carrera, pero también de una nueva vida. Y para ser sincera, no quería eso. Quería seguir con mi vida normal. Con Clara, con mis padres. Pero como todos dicen, a veces debemos abandonar algunas cosas para poder tener otras mejores.
Miraba por la ventana para ver si aún Clara estaba allí, pero no. Mis padres si, pero ella se había marchado a su avión. El avión despegó, cerré los ojos, respire y me susurré a mi misma "Este es el comienzo de tu sueño".
Ni bien llegué al hotel dónde me hospedaría los próximos años, estaba de lujo. Todo era perfecto. Mis compañeras de baile también me trataban genial. Y jamás tuve un problema con ellas. Todo estaba bien, excepto yo.
Hoy en día, tengo 26 años, mi carrera como bailarina es perfecta, en las vacaciones mis padres me visitan o yo a ellos, Clara está muy bien, ella también es profesional. De vez en cuando en las competencias nos vemos unas horas antes y charlamos. No todo es igual que antes, pero nuestra amistad jamás ha cambiado. Y estoy tan orgullosa de ella como ella lo está de mí.
Las dos entendimos que no siempre todo era perfecto, cuando Clara comenzó clases de ballet conmigo jamás se me hubiera cruzado por la cabeza que ibamos a pasar por tantas cosas, las dos nos enfrentamos a todo juntas. Y aprendimos que para llegar a algo primero tenemos que esquivar muchos obstáculos y que no siempre son tan grandes para algunas personas, pero hay que hacerlo. Nada te cae del cielo, si quieres algo lo buscas, te preparas, y lo consigues. No esperes que un día tu sueño llame a tu puerta, mejor ve tú a tocar su puerta, pero recuerda que para llegar a esa puerta debes pasar algunas pruebas para prepararte cuando te reciban.
Quiero que esta historia sirva de lección a todas las personas que la leen. Que sean consientes de que en la vida nada es fácil, pero tampoco es imposible. Y que a veces no podemos levantarnos solos, hay veces en las que necesitamos de una mano. Quiero dedicarle esta historia a todas las personas que en algún momento de su vida se cayeron y pudieron levantarse, y las que están aún en el suelo quiero que se levanten y que no lo hagan por nadie más que por ellos mismos. Recuerden que siempre hay alguien que los va a ayudar. No están solos.Gracias!!!
Créditos de portada a: xFactory_storiesx
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Solo quiero seguir tus pasos...
Teen FictionElla hacía ballet, y una de sus amigas, quién se convirtió en casi su hermana, tuvo un accidente, que le produjo un cambio en su vida horrible, el cuál le impidió seguir los pasos de su amiga. Podrá ella bailar y levantarse de su peor infierno?