Por haberlo dicho

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Ansia de mi boca se derramó

En los libros, palabras inconclusas

Que tú leíste. Me adherí a los

Placeres del insomnio, a la droga

Eficaz de los versos de media noche.

Paseando por los manglares, escribí

Tu nombre junto al mío, los adorné

De estrellas.

Caminando a tu lado, de la mano,

Me detuve en la constelación del

Tiempo, hurgué tus ojos para

Encontrar verdades, no las encontré,

Pero tus labios me las susurraron

Y me conformé.

Nos dijimos lo impensable, lo indecible;

Nos regalamos el cielo, navegamos en las

Nubes. Hasta nos regalamos nombres

Condescendientes al corazón del otro.

Dos almas disparadas al corazón del mundo.

Éramos iguales, rotábamos en el mismo eje de la

Vida. Flotábamos en el mundo que inventamos.

Te escuchaba hasta en la algarabía de los

Notables, que ya eran comunes.

Un mañana se reventó mi pecho, se extasió

Mi lengua, se estremecieron mis ojos, y mi

Corazón explotó.

Y te dije dos palabras al oído, palabras

Traídas desde los mundos más indescriptibles

De mi alma. Palabras forjadas con hierro

De sentimientos.

Te dije dos palabras andantes desde

El amanecer del mundo, palabras que son

Hasta la eternidad del tiempo.

Pero no me respondiste...

DestierrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora