Capítulo 3. Mi mejor amiga.

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Narra Sara:

Ya había pasado una semana desde la Expo Moda, una semana demasiado pesada llena de exámenes terminando muy estresada, pero sabía que a futuro tendría una muy buena recompensa, así que ponía todo mi desempeño para sacar buenas notas.

Era Lunes por la mañana bajé a la cocina para desayunar, me preparé una rica malteada de fresa con chocolate y un sándwich relleno de jamón, mayonesa y aguacate, mi favorito, pues tenía que alistarme para asistir al Instituto.

Saliendo de mi casa para tomar el autobús, sonó mi celular, era un What's de mi mejor amiga:

*WhatsApp*

-¡Hola Sara! ¿Cómo estás? ¿Cómo te ha ido? Te extraño muchísimo. ¡Guanajuato te extraña!
-Hola Jenny, ¡Que milagro! estoy muy bien gracias, aún no me acostumbro a esta ciudad, yo también los extraño mucho.
-Te tengo una sorpresa, me iré a vivir también a la Ciudad de México.
-¿En serio? No juegues, ¡que padre!
-Si ya sé, pero necesito tu ayuda.
-Dime, ya sabes que estoy dispuesta a ayudarte en todo lo que pueda.
-¿Me recibirías en tu casa por unos días? ¿Por favor? Sólo es en lo que encuentro un departamento.
-¡Claro! Puedes quedarte el tiempo que sea necesario.
-¿De verdad? ¡Gracias, gracias, gracias! ¡Por eso te quiero! Eres la mejor.
-¿Y cuando llegas?
-Hoy por la tarde, como a las 3 ¿Pasas por mi al aeropuerto?
-Si, me parece perfecto. Ahí nos vemos. ¡Te quiero!
-Nos vemos. Yo te quiero más. Bye.

Mientras tanto el autobús me esperaba, me subí y me senté en uno de los asientos de atrás. Saqué mis audífonos, los conecté al celular y me los puse, escuchaba música instrumental para relajarme un poco, iba pensando en el día de la Expo Moda, recordaba mi encuentro con los Polinesios, pero en especial recordaba a Rafa, su mirada, su sonrisa, nunca imaginé que iba a tener la oportunidad de conocerlos personalmente aunque fuera sólo por unos minutos. Me hubiera encantado verlos nuevamente durante la Expo, pero no fue así, no los volví a ver.

Llegué a tiempo al Instituto porque justo cuando iba entrando al salón sonó la chicharra, detrás de mi venía la profesora de Corte y Confección. Y como siempre me senté hasta atrás, pues casi no socializaba con mis compañeros de clase ya que era demasiado tímida.

-Buenos días muchachos. -nos saludó y dejó encima de su escritorio lo que parecía ser los resultados de los exámenes.
-Buenos días. -contestamos todos al unísono.
-Todos sentados por favor, les tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿cuál quieren saber primero? -dijo muy sonriente.

Todos dijeron que primero nos diera a conocer la noticia buena, así que la maestra nos dijo lo siguiente:

- La noticia buena, es que los alumnos que sacaron las mejores notas en estos exámenes tendrán la oportunidad de viajar a Los Cabos, podrán disfrutar de la playa por unos días y asistir a un desfile de modas de ropa de primavera verano.
-Yaaaaay. -todos gritaban de emoción.
-No se me emocionen tanto, porque la mala noticia es que a la mayoría de ustedes les fue muy mal en los exámenes y por ende tuvieron muy bajos resultados. -un poco triste.
-Ahhh. -dijimos desanimados.

La profesora tomó su lista de asistencia y fue mencionando a los alumnos que habían reprobado.

-Los siento chicos, échenle más ganas para la otra. -entregándoles sus notas.

Yo estaba muy nerviosa, pues aún no me mencionaba.

-Ahora quiero que pasen al frente las siguientes personas: Sara, Amaya y Rebeca.

Al escuchar mi nombre sentí un escalofrío por todo el cuerpo, no sabía si emocionarme o asustarme puesto que no tenía idea si eso era algo bueno o malo.

-Chicas, ¡muchísimas felicidades! Ustedes fueron las únicas en aprobar con una excelente calificación. -entregándonos nuestras notas y dándonos un caluroso abrazo.

Todos nuestros compañeros nos aplaudieron y felicitaron ante aquel suceso, quería llorar de la emoción pero no podía sentía un nudo en la garganta, Rebeca y Amaya gritaban y se abrazaban entre ellas, claro, eran mejores amigas.

Terminando las clases pasamos a la dirección para sacar nuestro permiso y para que también nos dieran nuestros boletos de viaje, salíamos hacia Los Cabos el martes por la noche.

Saliendo del Instituto, iba brincando de alegría saludando a toda persona que pasaba por un lado mío, algo que yo nunca hacía pero, en fin, ¡estaba que ni me la creía caray! eran las dos en punto, tomé un autobús que me llevara directo al aeropuerto, al llegar ya sólo faltaban diez minutos para ver a una de las personas más importantes de mi vida. De pronto escuché una voz que gritaba mi nombre.

Me voltee y ahí estaba, a unos cuantos metros de mí... no lo podía creer era...

Continuará...

Buenas madrugadas, disfruten el cap. Diganme si les está gustando si? ¡BESOS!
Sinceramente: July Amador.

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