Y tú ¿Me amas?

Capítulo 5. Último día en el D.F.

Narra Sara:

Al terminar de hacer nuestras maletas para salir de viaje al día siguiente, bajamos a la cocina para hacer algo de comer, pero nos acordamos que desgraciadamente ninguna de las dos sabe cocinar, así que mejor decidimos pedir una pizza y ver películas lo que restaba de la tarde hasta la noche.

Mientras llegaba la pizza, nos sentamos en los sillones de la sala y buscamos algunas películas.

-¿Y si vemos esta? -dijo Jenny mostrándome una película de terror.
-No esa noooo, luego no voy a poder dormir, mejor hay que ver una de comedia ¿Va? -Insistiéndole.
-Ay está bien ¡que miedosa eres! -riéndose de mi.

En eso sonó el timbre, me pare del sofá y me dirigí hacia la puerta, me sorprendí por que era el de la pizza, la pedí hace diez minutos y ya había llegado, si que son rápidos. Le pagué al joven y cerré la puerta.

-¡Mmm que rico huele! -gritó Jenny desde la sala.
-Si, ya llegó la pizza. -Acercándome a la sala y poniendo la pizza en la mesita que está en medio de los sillones.
-¡Pero que rápidos y puntuales son! -mientras habría la caja de la pizza y tomaba una rebanada.
-Si, por eso me gusta comprar en esta pizzería, aparte de que me encanta su relleno de salsa de tomate. -tomando una rebanada y llevándolo a mi boca para saborearla.

Apagamos las luces y pusimos play a la peli, no parábamos de reír a carcajadas con las tonterías que se decían unos a otros, hace tiempo que no me la pasaba tan bien, después de ver dos pelis más sobre romance, nos quedamos profundamente dormidas en el sofá.

A la mañana siguiente, me desperté con el lindo y aturdido sonido de música de banda a todo volúmen.

-¿¡Qué carajos es eso!? -Abrí mis ojos, me los froté, me senté y mire hacia los lados buscando de dónde provenía la música.

Como sabrán, la banda no es mi género, no es que la odie o algo así, sino que simplemente ¡No me gusta! De pronto apareció mi amiga frente a mi, bailando con una escoba y señalándome cantando a grito abierto.

-Buenos días Sarita, ya es hora de levantarse, tenemos muchas cosas que hacer. -dejando a un lado la escoba y tomándome de la mano para pararme.
-Jenny ¿Que haces? No inventes apenas son las 7:00 de la mañana ¿Acaso estás loca? -Mirando el reloj colgado en la pared y volviéndome a acostar en el sofá tapándome la cara con un cojín.
-Es buena hora para levantarse y empezar con las actividades del día, ¡vamos! No seas flojita. -haciendo fuerza para quitarme el cojín de la cara.
-Me levantaré sólo hasta que quites tu música ¿Qué no recuerdas que a mi no me gusta? -aún tapando mi cara.
-Ufff está bien, tu ganas -bufando se acercó al estéreo y lo apago.

Me levanté y empezamos a recoger la sala, desayunando un cereal con leche comentamos sobre a donde ir en nuestro último día en el D.F.

Visitamos el centro comercial, tiendas de ropa, de zapatos, yo me compré unos lentes para el sol, por el contrario Jenny se compró un par de botas rosa pastel, le encantan las botas.

Fuimos al Starbucks más cercano mientras tanto estuvimos platicando anécdotas de cuando eramos niñas y las travesuras que hacíamos.

-Sara... ¿Recuerdas cuando estábamos en mi casa y según nosotras fuimos de día de campo e hicimos una fogata en mi cuarto? -imaginándose el momento.
-Como olvidarlo, casi quemábamos tu habitación. -riendome a carcajadas.
-Santa regañada nos pusieron esa vez. -suspirando.
-¡Que momentos! La verdad no los cambio por nada. -suspirando y mostrando una pequeña sonrisa.

Paseamos por un parque, como niñas pequeñas nos subimos a los juegos, corrimos como locas y nos dejamos caer en el pasto húmedo, viendo las nubes y buscando formas entre ellas. Todos los que se encontraban en él nos veían muy raro.

Al término de tanta diversión, regresamos a casa por nuestras maletas. Salimos dos horas antes de que saliera nuestro avión ya que teníamos que estar puntuales en el aeropuerto para al fin salir hacia Los Cabos.

Continuará...

Holaaa, ¡feliz fin de semana! Disfruten su domingo con nuevo Cap.

Los quiere: July Amador.