~Día 24~

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Camille POV

Aún no me lo puedo creer. Es decir, ¿que tu amor platónico te bese en una fiesta? Eso es algo MUY difícil de superar. O imposible. Pero todo lo bueno trae sus consecuencias, ¿no? Pues bien, toda la preparatoria nos vio. ¿Y qué hay de malo en eso? Que ahora todas las chicas me odiarán. Y no es que me importe lo que la gente piense de mí, es más, he aprendido a ignorar los malos comentarios, pero siendo que él y Michelle terminaron su relación hace apenas unos días, todos me tacharan como una "roba hombres". Por no usar una mala palabra.

Nada más entrar al recinto, todas las miradas se posaron en mí. Me sentí más baja que de costumbre.

–Camille –escuché que me llamaban.

¿Les ha pasado alguna vez que sienten dos emociones totalmente contrarias a la vez? Eso es exactamente lo que me pasó: vergüenza y felicidad plena.

Se acercó a mí y besó mi mejilla. Sus labios eran suaves, tal como los recordaba.

–Te tengo una invitación.

–¿Ah, sí?

No pude pasar por alto el hecho de que estuviera sonrojado. Se veía adorable, con sus pardos ojos luciendo tímidos, su flequillo cayendo sobre su frente. No me resistí y me puse en puntas de pie para acomodar su cabello negro. Me sonrió.

–¿Quieres salir un día de estos?

Eso no me lo esperaba.

–Derek, creo que... No lo sé. Tal vez hay que esperar a que las cosas aquí se calmen un poco.

Dio una mirada alrededor y por fin notó todas las personas que no hacían más que mirarnos. De manera muy poco disimulada, cabe decir.

–Ya veo... Tienes razón. Pero no tomaremos distancia, ¿o sí?

–Claro que no. Solo necesitamos tiempo.

–Te esperaré todo lo que quieras, preciosa –guiñó un ojo.

Puedo decir casi con completa seguridad, que lo único que no me agrada de este chico es su actitud con las mujeres. Siempre parece estar seduciéndolas. No creo que me guste salir con alguien así. Llegamos a mi casillero y él se dirigió al suyo, besando la comisura de mis labios antes de irse. En cuanto vi una nota pegada en él, la saqué y leí, antes de guardarla junto con mi bolso. El anónimo había estado en la fiesta, tal como dijo que haría, pero no pude identificarlo.

–CAMILLE.

Me volteé asustada al oír el grito de Alice. Se acercaba a grandes pasos hacia mí, con su movimiento de caderas distintivo, su cabello largo ondeando y sus ojos marrones chispeando de la emoción. Algunos chicos en el pasillo giraban sus cabezas para verla. En momentos como este es cuando Nico la llamaría "estupenda".

–¡Dímelo ahora! ¿Cómo te sentiste? ¿Han hablado sobre eso? ¿¿Están saliendo ya??

–Supongo que fue... ¿lindo?

–¿¿Solo eso dirás?? ¡Te gusta hace años!

–Está bien, fue... grandioso.

Podía sentir mis mejillas arder de vergüenza. ¿Por qué esta loca me obliga a decir estas cosas?

–¡Lo sabía! –empezó a reír –Eres la envidia de todos aquí, linda.

Me sujetó del brazo y emprendimos camino a nuestra sala. Al entrar, Nico nos esperaba en su puesto.

–¿Qué tal? La fiesta estuvo genial ¿no creen? –preguntó.

–Sí, de maravilla para esta nena –nos hizo reír mi amiga.

–Y no solo para ella. Los de primer año no te quitaban los ojos de encima, A –Nico le dio un codazo, divertido con la conversación.

–No, gracias, cariño, bien saben ustedes que solo busco chicos de mi edad. Es una regla en mi vida.

–¿Y el admirador secreto de Camille? ¿Tendrá nuestra edad?

–¿Admirador? –lo fulminé con la mirada.

–Supongo que mayor, ha escrito que es amigo de Derek –continuó Alice, ignorando por completo mi comentario.

–Tal vez no, varios chicos son amigo suyo y van en cursos menores. Incluso yo he hablado varias veces con él.

–Dios te escuche –levantó la mirada al techo, mientras Nico y yo volvíamos a reír. Él se sujetó la cabeza un poco y tosió levemente. Su primo lo había resfriado, según me había dicho.

–Pero ni siquiera sabemos quién es.

–Tú y yo lo averiguaremos –chasqueó los dedos en mi dirección.

¿Encarar al molesto chico de los anónimos? Me gusta esa idea.

–Por supuesto que lo haremos.

Hola, EnanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora