Monster's Academy //Sasusaku/Naruhina//

Expulsión. ¿Fuera de juego?

-¿Qué?

-¿Como "Que"? creo haber sido lo suficientemente clara como para decir que Sasuke Uchiha y Sakura Haruno están expulsados de mi Institución.  Infringieron las reglas, ahora que se abstengan a las consecuencias. De momento vuelve a tu habitación, y no salgas hasta que e te comunique que puedes hacerlo. 

Cabizbajo, Suigetsu se dirigió a su habitación. Se sentía muy mal: primero por sus compañeros, que esta bien, habían cometido un error, pero de todas maneras se sentía mal. Y después por el mismo, se había ganado todo ese trabajo extra-curricular por encubrirlos. 

Pero todo ya estaba hecho, y no podía quejarse de nada.

Mientras caminaba hacia su recamara diviso al grupete de los hombres lobo y a los fantasmas hablar animadamente. A pesar de ser de razas distintas parecían entablar una conversación muy divertida, casi todos tenían amplias sonrisas en sus rostros, y los que no, hacia una mueca intentandolo. 

El Hokuzi se moría mor acercarse, por charlar. Pero, no podía. Su raza no se juntaba con las demás, seria desleal a su especie, y también seria desleal a Sasuke, que se odiaba con Naruto Uzumaki. 

Suspirando, paso por al lado de el grupo, sin mirarlos. Ello tampoco le tomaron demasiada importancia, por lo que siguió con su camino.

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-¡Vamos Hinata, anímate!

Hinata dejo de mirarse las manos para mirar hacia la alberca en la que estaban sus compañeras. Tanto Ino como Shion desplegaban sus colas de Sirena por todo el espacio, nadando y nadando por todo el lugar. Ino, quien le había gritado, la incitaba a meterse al agua y nadar, para poder liberarse. Shion, con quien no compartía nada mas que estar en el mismo equipo, también estaba intentando de que se metiera al agua. Si bien no se llevaban bien, a la rubia de ojos perlas no le gustaba que la Hyuga estuviera triste.

Hinata se puso de pie, adentrándose al agua. De ponto sus pies se transformaron en una larga cola azul, y sus ropas se transformaron en perlas, ostras y estrellas de mar. En su cabello apareció una estrellita que adornaba su cabello, y en sus orejas pequeñas perlitas.

Dentro del agua, la morena comenzó a nadar, a deslizarse por la alberca, recordando sus momentos en su Comunidad de Sirenas. Cuando extrañaba a su familia, cuanto extrañaba su hábitat...

Hinata se zambullo en el agua, encontrándose bajo a sus compañeras. Comenzaron a nadar y a divertirse, olvidando todos sus pesares.

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Estaban cerca.

Sakura se apoyo sobre el tronco de un árbol, cansada. Mantenerle el ritmo a Sasuke no era facil, el iba muy rápido, y ella intentaba seguirle, como podía, pero tampoco podía hacer demasiados sobre esfuerzos. 

Al sentir que su compañera no seguía, Sasuke también se detuvo. Se dio la vuelta, observando a su compañera. Esta parecía exhausta, así que pregunto:

¿Quieres que descansemos un poco?

Sakura asintió. Estaba muy cansada, desde que se habían escapado de la academia no habían parado un segundo. 

-Esta bien, nos tomaremos diez minutos.

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-Esto es inaceptable.-murmuro Obito Uchiha, arrugando el papel entre sus manos.- ¡Que alguien llame a Itachi urgente!

Sentando desde su trono, Obito no podía creer lo que leía. Su sobrino, ese chico con el que tanto había pasado tiempo entrenando para que de mas grande compitiera en la Academia mas prestigiosa del mundo y trajera el titulo a la Hermandad, junto con su compañera, estaban expulsados.

La ira del cabezal de a Hermandad estaba que echaba humo. Esto debía arreglarse, no podía permitir que su equipo quedara fuera del juego. No podía ni imaginar la burla de las otras razas si se enteraran de esta humillación. Y ni hablar de la Guerra que se armaría si las demás comunidades se esteraban de que estaban vulnerables.

-Eso no pasara, no lo permitiré.

Por la puerta del castillo, entro Itachi. Vestía unos pantalones de hilo negro, junto con una camisa blanca y zapatos negros. Itachi hizo una reverencia ante su majestad, y con sus ojos clavados en el suelo, pregunto que se le ofrecía.

-Prepara tus cosas, en una hora partiremos a Konoha, tenemos que ir a aclarar algunas cositas con Tsunade. Y con tu hermano y sus compañeros. El honor de eta Hermandad esta colgando de un hilo, y no puedo permitir semejante atrocidad. Puedes retirarte.

-Si, Obito-San.

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Suigetsu caminaba por el Campus de la Academia, cabizbajo. Estaba seguro de que no había vuelta atrás. Cuando sus compañeros aparecieran, estarían inmediatamente expulsados. Y con ellos,el también. Eran un grupo y si, uno o dos compañeros debían retirare de la competencia por alguna razón en particular, el que quedaba también debía irse. No podía competir un solo integrante de una raza. 

Suspiro, sentándose frente a un lago. Tenia ganas de llorar, pero en su Hermandad, solo podían llorar las mujeres. El era un hombre y no podía hacerlo. Era un macho, y como tal debía actuar. Pero la situación lo entristecía. 

-No se que hacer...

De pronto, sintió unas manos apoyarse en su espalda. El albino se giro, encontrándose a Naruto y Kiba, junto con otros integrantes de otros equipos, mirándolo con tristeza.

-Escuchamos lo de tu equipo. Y lo lamentamos mucho...-hablo el rubio Uzumaki, hablando por todos los presentes.- Tienes nuestro apoyo.

Suigetsu los miro a todos.- Gracias a todos. Estoy muy triste, lo mas probable es que yo tambien quede expulsado...tanto esfuerzo para nada.

-Vele el lado bueno. Podrás volver a tu hogar. Aquí todos queremos ver a nuestras familias, tu ahora tienes la oportunidad de ir a verlos. Tal vez mas adelante tengan otra oportunidad y puedan volver a ingresar a la Academia.

Todos aprobaron el comentario del Inuzuka. 

Suigetsu miro al cielo, sin obtener respuesta alguna de sus malestares.

-Ojala que pueda quedarme, y mis compañeros también. Nos costo mucho a los tres venir hasta aquí, ojala que se resuelvan las cosas.

Los que estaba allí se acercaron las al Hokuzi y se sentaron en ronda.

-Venga, amigo. Juguemos a algo. Tal vez podamos distraerte de todos tus problemas.-hablo Naruto.

-¿Quieren que juguemos a las cartas? Tengo un mazo.-dijo Shikamaru, ofreciendo sus cartas.

-¡Si!-gritaron todos. 

Suigetsu rió. Por mas de que no se conocieran, todos sus compañeros querían integrarlo. Habia sido tan estúpido, tan estúpido de no haber querido entablar amistad con ellos...

Miro al cielo, una vez mas. Ahora si encontró una respuesta.

"Que sea lo que tenga que ser"