Capítulo 4: Mi novio Jonathan y yo

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Capítulo 4: Mi novio Jonathan y yo

Alec despertó sobre su cama en el castillo, pero esta vez fue diferente, esta vez sabía dónde estaba y en lugar de sentirse incomodo, se sintió seguro. Él se levantó y fue al ropero, donde encontró ropa para ponerse, agarro un par y se metió al baño para bañarse. Luego de estar aseado, abrió la puerta y bajo al comedor, donde se encontró con un oscurecido, al que reconoció como Andrew Blackthorne.

-¿Dónde está Jonathan?-Pregunto Alec mirando al oscurecido

-Mi señor Morgenster se fue hace un rato, señorito Alec.-Le respondió Andrew

-¿Señorito? ¿Jonathan te ordeno que me llamaras así?-Le cuestiono ahora Alec. El oscurecido solo asintió con la cabeza.-Bueno, voy a estar en la biblioteca, dile a Jonathan cuando vuelva que quiero hablar con él.-

Andrew asintió y Alec se encamino a la biblioteca, donde se pasó toda la tarde leyendo libros, hasta que, alguien le hablo.

-¿Has pasado toda la tarde solo aquí, Alec?-Le preguntaron.

-Me gusta leer, ya lo sabes Jonathan-Respondió el chico, mirando ahora a la persona que tenía enfrente.

-¿Ahora soy Jonathan en lugar de Sebastián?-Pregunto Sebastián confundido.

-¿De qué hablas? Siempre te eh llamado Jonathan.-Dijo Alec cerrando el libro que tenía en sus manos.

Sebastián se dio cuenta de que Alec lo trataba con mucha familiaridad, como si se conocieran de años, entonces recordó que la Reina Seelie le había distorsionado los recuerdos.

-¿En qué piensas?-Le pregunto Alec, mientras se paraba y se acercaba a Sebastián.

-En que te queda muy bien el color azul, resalta tus ojos-Dijo Sebastián al tiempo que abrazaba a Alec por la cintura, sin embargo, él no se esperó lo que el chico hizo.

Alec paso sus brazos por el cuello de Jonathan y en un momento su boca se encontró con la del otro, el beso fue largo y dulce. Una vez que a ambos les falto el aire se separaron, y Alec le dijo a Jonathan:-Gracias, ¿Qué quieres cenar?-

Sebastián, por su parte, al sentir los labios de Alec contra los suyos se sorprendió, pero enseguida correspondió. Luego de que se separaran, él miro a Alec, quien estaba sonrojado y le pareció tierno, entonces escucho la pregunta del otro y le respondió:-Tengo ganas de comer pizza, ¿te parece?-

-Claro, ahora me pongo a hacerla-Acepto Alec y se fue a la cocina.

~

En el Instituto de Nueva York, las cosas no estaban tan bien, los cazadores de sombras que conformaban el conclave estaban discutiendo entre sí, sin llegar a ningún lado. La impactante llegada de Sebastián fue una sorpresa, pero lo peor y más perturbador de todo, fue la fotografía del mayor de los Lightwood; el conclave estaba desesperado, no tenían ni idea de dónde podría tener al chico Sebastián, y para peor no se trataba de cualquier nephilim, sino del mismísimo hijo del Inquisidor.

Por otra parte, Robert y Maryse Lightwood no estaban ayudando mucho, Robert ordenaba alterado que debían encontrar a su hijo, y Maryse estaba entre llorando y diciendo amenazas al no presente Morgenster, sin embargo, Jace, Isabel y Jocelyn intentaban calmar a Maryse, mientras que, Luke trataba de apaciguar a Robert antes de que este empezara a matar a cualquier persona que lo contradijera.

Tanto Magnus como Clary quedaron fuera de esa locura, ambos sentados en el mismo sillón observando la dramática escena.

-Magnus-Le llamo Clary.

-Dime, niña-Alego el brujo

-Tú no puedes encontrar a Sebastián porque está en un lugar protegido por magia, ¿Cierto?-Pregunto la chica, Magnus asintió-¿Y no puedes rastrear al brujo que puso tales hechizos de protección?-

-No es tan fácil, podría intentarlo pero me tardaría meses hasta poder tener una ubicación exacta-Le respondió Magnus mirándola.

-Tenemos que encontrar a Alec antes de que Sebastián se atreva a hacerle algo-Dijo Clary pensando.

-Lo sé.-Estuvo de acuerdo el brujo, entonces se le ocurrió algo-Clary, ¿no eres capaz de crear una runa de rastreo?-

La chica se sorprendió ante la pregunta, sin embargo, nunca se le ocurrió que quizás su don podría ayudarle.

-No lo sé, quizás pueda.-Dijo Clary-Pero primero debemos parar esta locura que tenemos enfrente-

Magnus asintió y ambos, obligadamente, se metieron en la discusión.

~

En el castillo, Alec estaba sentado frente a Sebastián, ambos cenando pizza y charlando entre ellos.

-Mañana tendré que salir, pero regresare para el almuerzo-Le comento Sebastián a Alec.

-De acuerdo, ¿Te importa si práctico con mi arco en la sala de entrenamiento? –Le pregunto Alec.

-No hay problema, puedes hacer lo que quieras, mientras sea dentro del castillo, ¿Sí, Alec?-Dijo Sebastián sonriendo.

-Como tú digas, Jonathan-Asintió el chico-Por cierto, ¿Te gustan las mascotas?-

-¿Las mascotas? ¿Cómo un gato o un perro?-Pregunto Sebastián. Alec asintió-Sí, ¿por qué?-

-Me gustaría tener una mascota que me acompañe mientras no estés-Dijo el chico

-Para eso tienes a Andrew y Mathew-Comento Sebastián y Alec se rio.

-Es muy gracioso, pero no, en serio, quiero una mascota-Pidió Alec.

-Si es lo que quieres, te traeré una mañana.-Acepto el mayor

-Que sea un gato, me gustan los gatos-Dijo Alec y se levantó para lavar los platos.


Al día siguiente, a la hora del almuerzo, Sebastián llego con un gato negro para Alec.

-Querías una mascota, aquí tienes una-Le dijo Sebastián, mientras le pasaba el minino.

-Gracias-Dijo el chico recibiendo a su nuevo amigo.-Lo vamos a llamar Cheshire-

-¿Cheshire? ¿Cómo el gato del juego de ajedrez?-Pregunto el mayor.

-Sí, ese cuento es uno de mis favoritos. Ahora ya no voy a estar solo, tendré dos compañías, a Cheshire y a ti, Jonathan-Dijo alegre Alec.

-¿Por qué me llamaste después de al gato? ¿Acaso lo quieres más a él que a mí?-Cuestiono un poco molesto Sebastián.

-¿Estás celoso?-Sonrió Alec y le dio un beso corto en los labios a Sebastián-No tienes por qué estarlo, tú siempre serás el mejor.-

Continuara...

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Ciego, sin recuerdos, atado a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora