Capítulo 14: Emboscada al castillo. Los sentimientos de Robert

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Capítulo 14: Emboscada al castillo. Los sentimientos de Robert

Maryse llegó al Instituto pensando en una forma de persuadir a Magnus, sin embargo, las cosas cambiaron cuando entro en la biblioteca y vio a todos sonriendo. Los demás al percatarse de su presencia la invitaron a sentarse y que escuchara lo que Clary y Magnus iban a decirle.

Maryse extrañada, se sentó y miro confundida al brujo y la niña.

-Lo logre-Fue lo primero que exclamo Clary, y luego agrego:-Logre crear una runa de rastreo y eh podido localizar el castillo de Sebastián.-

Maryse se sorprendió con eso, y una sonrisa se asomó a su rostro.

-El castillo, se encuentra, en donde nadie podría encontrarlo, fuera de Idris.-Explico Magnus.

Maryse, al escucharlo, pensó en lo irónico y brillante que sonaba, ocultarse bajo la nariz del enemigo, era algo que de verdad habría hecho Valentine.

-Yo eh creado una pulsera de plata que, al ponérsela en la muñeca a Alec, hará que recuerde toda la verdad.-Dijo orgulloso el brujo-De esta manera podremos traerlo de vuelta.-

Todos parecían estar felices, incluso Maryse, por lo que, inmediatamente, Robert se puso en contacto con la Clave para organizar el ataque a Sebastián, y en un portal, partieron hacia Alacante.

~

Era alrededor de la media tarde, cuando Alec estaba leyendo, como de costumbre, un libro en su habitación, Sebastián se había ido después del almuerzo y él ahora, solo intentaba pasar el tiempo, acariciando a su gato y metiéndose dentro de una historia.

Todo parecía en orden, hasta que, Alec escucho alaridos fuera del castillo y se alarmo. Él se paró de la cama, y se asomó a la ventana, solo para ver, como una horda de cazadores de sombras invadían su hogar. Corriendo, bajo las escaleras y se dirigió hacia la sala de armar, en busca de algo con que defenderse, sin embargo, antes de llegar, alguien lo intercepto y lo sujeto con mucha fuerza. Asustado, Alec comenzó a revolverse en los brazos ajenos e intento dar patadas, sin embargo, se quedó tieso al escuchar una voz demasiado conocida.

-Cálmate, Alexander. Todo está bien. Ya para, nadie te hará daño.-Era la voz de Robert Lightwood, quien lo estaba sosteniendo con mucha fuerza.

Alec se impactó al escuchar la voz de su padre, pero a pesar de las palabras que pretendían tranquilizarlo, solo lo asustaron más, comenzó a revolverse con más fuerza, intentando escapar, pero los brazos bien definidos de Robert le impidieron correr.

-¡Suéltame! ¡Dejame! ¡Me quiero ir! ¡¿Dónde está Jonathan?!-Exclamaba Alec alterado.

-Alexander cálmate, todo está bien. Deja de pelear, no vine a hacerte daño. Tranquilízate- Decía Robert sosteniendo a su hijo.

El menor estaba completamente asustado, las lágrimas le salían de sus ojos, pateaba y se estiraba, intentando escapar, quería irse, quería volver con su novio, quería volver con la única persona con quien se sentía seguro, quería volver con su Jonathan.

Robert, por su parte, estaba alterado, su propio hijo le tenía miedo, intentaba escapar de él, sin importar lo que dijera. Había llegado un momento en que, Alec le pegó una patada en el tobillo y él lo tuvo que soltar, sin embargo, antes de que corriera, le pego a su hijo en su punto débil, provocando que cayera al suelo desmayado.

Luke y Maryse se encontraban un poco más atrás, habían visto toda la pelea entre padre e hijo, y miraban ahora, como Robert cargaba a Alec en brazos con sus ojos completamente deshechos. Ellos tampoco estaban en las mejores condiciones, Maryse veía a su esposo con tristeza y Luke observaba a Alec con pena, ambos pensaban igual, para Robert, este era un momento muy doloroso.

Luke se acercó a su amigo y le pregunto:-¿Quieres que yo lo cargue?-

-No-Negó Robert, y luego agrego-Él es mi hijo, yo lo voy a cargar y me quedare con él en el Instituto.-

"No pienso volver a dejarlo solo" Fueron sus pensamientos en ese momento.

Los tres se dirigieron con Alec hacia el portal que, minutos antes, había creado Magnus y lo atravesaron. Enseguida, ellos se encontraron en la enfermería del Instituto de Nueva York, donde los esperaban Jocelyn, Jace, Isabel, Clary, Magnus, y la Cónsul Jía Penhallow, quien había accedido a que Alec fuera traído al Instituto en lugar de a Idris.

Todos observaron como Robert cargaba a su hijo, como si fuese un niño pequeño, a quien su padre llevaba a la cama de noche. Y fue exactamente eso lo que sucedió, Robert llevó a Alec a una de las camillas, lo recostó, le quito los zapatos, lo arropo con las mantas y le beso la frente, luego arrimo una silla, se sentó en ella, y allí se quedó, observando con tristeza a su hijo mayor.

Continuara...

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Ciego, sin recuerdos, atado a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora