Capítulo 20

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-Jajajaja ¿no te lo esperabas así verdad? Tendrás que enfrentarme cariño y dejame decir que tengo los mismos años que tú padre -Lerna hablo, con aquellas tres cabezas, su voz sonaba con un eco, además que los dientes de las tres cabezas estaban grandes, sobresaliendo de sus hocicos.

-Aun así Lerna, esto no te incumbe, esto es entre mi padre y yo, derrote a Darken, así que podemos hacer lo mismo contigo -Airtah quería evitar la pelea con la pelirroja, si la podía hacer su aliada seria mejor.

-Pobre de ti, pero dejame decirte un secreto, tú padre me dijo que podía matarte si te encontraba antes de que vinieras a verle, entonces aun esta en pie su promesa, ya que no has entrado al séptimo infierno que es donde esta él -aquellos ojos rojizos, verdes y azules le miraron, mientras que Edwin y Zeus retrocedían un poco, ya que Aisha les había mandando a hacer eso.

Edwin podía luchar más, puesto que su poder era mucho más grande, pero Zeus estaba en las últimas, estaba usando su máxima fuerza para poder mantenerse de pie, puesto que el era un simple vampiro, que destacaba entre todos los demás.

-Tus lacayos me dan risa -miro a Edwin-. El rey de los vampiros el segundo engendro que creo Lucifer, junto a su hermano, Aiden, puede contarse como el tercero -miro a Jadiel -. El ultimo engendro -rió con aquellas tres cabezas -. Tú fuiste el primer engendro, Airath.

-¿Qué? No, los engendros son Aiden y Edwin, el hizo que ellos aparecieran aquí para que controlaran la tierra con su poder y las leyes de él.

-No Airath, solo hay un verdadero engendro, el que sera el que gobierne todo esto, pero, ¿no quieres que te cuente la historia? Es divertida, más con lo del dichoso trato.

-No me importan esas historias Lerna, así que vete haciendo a un lado -las sombras que había invocado Airath eran más grandes que las demás y parecía que era una pequeña parte de su poder.

¿Qué tanto podía llegar a hacer Airath?

Sin embargo, eso no le basto a Lerna, que las desvaneció rápidamente cuando movió su cola, rompiéndolas como si fueran un pedazo de vidrio.

-Me molesta que no me escuchen.

La cola de la hidra se partió en tres, golpeando rápidamente a Edwin y Zeus, atrapando a al demonio y dejando al vampiro fuera de combate, ya que había perdido la conciencia por el esfuerzo que le hacia a su cuerpo, las otras colas atraparon rápidamente a Airath y Aisha, que luchaban por liberarse sin excitó.

-Te contare una pequeña historia, Airath y más vale que me pongas atención, ya que sera la ultima que escuches -su risa resonó, mientras Airath solo la miraba con odio -. Hace unos años, un pobre vampiro quería tener a su familia segura, porque había robado a una humana de su antiguo dueño, estaban por tener familia, pero como sabes, los humanos no pueden tener hijos de los vampiros, porque mueren, el niño o la madre o ambos. Lucifer estaba buscando a un gobernante para sus creaciones, tuvo un hijo con un íncubo, pero este nació débil, ya que murió en su vientre -sonrió ante la sorpresa de Airath -, después hizo los engendro, pero no quedo satisfecho de los resultados, así que, años después tuvo otro hijo, con una bruja, este tal vez si gobernaría el purgatorio y así lo hizo, aunque es demasiado ingenuo, pero su oportunidad llego con ese vampiro, esa poblé alma se había enterado que serian tres niños, trillizos, pero que el menor al nacer podría morir, ya que al ser sangre que no se puede mezclar y el riesgo de ser un embarazo múltiple tenia más fácil que los pequeños murieran, pero ese vampiro espero hasta que aquellos niños nacieran.

»Vaya, el embarazo paso, una de las niñas nació muerta y es ahí donde se metió Lucifer, para crear aquel engendro que pudiera tener el poder que tiene él y mira, le dio el alma de uno de los demonios más poderosos que hay, hasta ahora a demostrado su fuerza, pero aun le falta más desarrollarla, todo lo que paso, lo tenia planeado Lucifer, aunque lo de su sexo... creo que se le fue de las manos.

Cuando El Cielo Se Caiga (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora