«Y así fue como nos conocimos»
Corría entre los arboles aquel castaño, que alguna vez fue feliz en aquel pueblo lejos de la ciudad donde se decía que era más peligrosa, donde ya decían que había un ser tan peligroso, que había matado a centenares de personas.
Corría lo más rápido que sus piernas delgadas le permitían, mientras escuchaba como aquellas personas que una vez considero sus amigos, sus vecinos y personas que se había encariñado por haberle tratado bien le perseguían, como si fuera una animal de caza el cual debían de matar.
Las lágrimas corrían por sus mejillas, estas nublaban su vista pero tenía que correr, quería seguir viviendo, quería ser feliz solamente, quería que le tomaran como una persona normal entre todas las demás.
Porque él sabía que no era completamente humano.
—¡Allá va! ¡Mátenlo antes que llegue a la otra ciudad! —se escuchaban los gritos de aquellos hombres que querían darle caza.
Seguía corriendo, se encogió de hombros cuando escucho un disparo y el crujir de un árbol que estaba a su lado.
Le querían dar muerte.
Él solo quería vivir feliz, comúnmente como los demás personas, no había notado que era diferente desde hace un rato, cuando había cumplido apenas descaséis, cuando por error, había matado al ganado del vecino.
Con sus propias manos.
Desde ahí sucesos más pasaron, pero él no sabía como detenerse, mucho más, cuando sus padres no estaban a su lado para explicar todo aquello, todo lo que pasaba en su cuerpo, solo viviendo de lo que conseguía en los trabajos que hacía y los vecinos que le ayudaban en aquella casa vieja que parecía derrumbarse.
Todo era perfecto hasta que descubrieron sus secretos.
—¡Mátenlo! ¡Así ya no hay más de esas criaturas fastidiosas! ¡Denle muerte y todo se acabara!
Seguí corriendo hasta que escucho el ruido del disparo, después de un dolor situado en su costado, la bala solamente le había rozado, pero el dolor que se situaba nunca lo sintió, haciendo difícil el correr, pero aun seguía intentándolo, ya que tenía varios metros de distancia de aquellas personas.
Pudo ver los edificios algo grandes de lo que se consideraba "la ciudad", aun cuando los rumores andaban de haber un ser que mataba a diestra y siniestra, quería llegar y ser aceptado, aun cuando fuera a morir, pero rodeado de gente que tal vez si le daría una oportunidad, tal vez de gente que le quisiera, que se preocupara por él, que le ayudaran solo un poco, ya que su orgullo le decía que debía de pagar todo lo que le daban de una manera o de otra.
Porque en la vida, no hay nada gratis.
—¡Dispara otra vez! ¡Esta herido!
—Basta... —fue apenas un susurro que salió de su boca, apenas con el aliento que quedaba por estar corriendo ya hace un tiempo.
Escucho el disparo y ahora si cayó al suelo, puesto que le la bala había atravesado su hombro, un gritillo salió, al sentir como la herida le dolía, dándole más señales a los hombres que le perseguían que había caído.
Las lágrimas de impotencia seguían cayendo de sus ojos, pero una vez más, no quiso darse por vencido, si no le aceptaban en aquella ciudad, al menos le serviría de refugio.
La herida de su costado le dolía cada vez que respiraba, pero no se daría por vencido, seguía corriendo como podía.
Diviso la entrada de aquella ciudad, no había gente por ahí, puesto que era de noche y no creyó que nadie de ahí fuera a salir cuando los locos de aquel pueblo disparaban casi a todo lo que se movía afueras de sus tierras.
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Cuando El Cielo Se Caiga (Yaoi)
VampirosEl trató de Lawliet es aquel que mantiene a los vampiros, demonios, brujas y licántropos a raya con los humanos. Pero este mismo no afecta a los humanos. Hay una organización llamada "Cazadores de Vampiros" que no solo cazan vampiros si no todo ti...