twenty four

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Hey chicas, disculpen la demora. Sé que más de una ya ha sacado la historia de su biblioteca y bueno, sólo espero que las chicas que siguen leyendo me apoyen como lo han hecho desde un principio.

Tuve muchos problemas y por ello mi desaparición total. Espero que aún les guste cono desde el primer día. Gracias por tanto, mis niñas.

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Cuatro días después del funeral de Laura, todo seguía igual. Aún seguían tristes por su muerte. La más afectada era Emelia. Ella se alejó de todos, se encerró en su propio mundo. La relación con su padre se derrumbó, no se llevaban para nada bien, siempre que hablaban ella terminaba con un comentario sarcástico.

"Basta Emelia," escupió Darren lleno de rabia. "Sé que estas herida, pero entiende que todos los demás también."

"Vamos de nuevo", dio ella. "Yo en comparación con los demás si siento su muerte, aunque, ¿puedo compararte con los demás, padre? ¿Puedo comparar lo que hiciste?"

Darren a miró lleno de rabia. "Así es como quieres que esta familia se separe."

"Así es como tú quieres que yo haga caso omiso a tu error, mi madre ha sido muy amable, pero yo no me quedare sentada siendo ajena a todo."

"Me disculpe contigo, tu madre y Katherine. ¿Qué más quieres?"

Harry junto a sus padres, Claire y Katherine estaban observando callados el lio que se acaba de formar. Emelia estaba roja de irá, al igual que su padre.

"No quiero una disculpa de tu parte", sonrió Emelia. "Tal vez quiero una disculpa de Heather. En realidad, sí, quiero una disculpa por parte de la mujer que te ayudo a engañar a mi madre".

"¡Deja de persuadirla!" Gritó Darren. Todos dieron un paso atrás debido a su reacción, excepto Emelia, ella se mantuvo firme.

"Cuando tenga una disculpa de su parte," indico Emelia con calma. Harry quería intervenir y decirle que era suficiente, pero la mirada de Emelia le daba a entender que aún no había terminado.

"Emelia suficiente," dijo entre dientes Katherine. Emelia observo a su hermana mayor, queriendo decir algo para justificar sus acciones, pero mantuvo a boca cerrada.

"No Katherine, déjala." suspiró Darren. "Emelia, estoy verdaderamente molesto."

Emelia puso sus ojos en blanco. "Oh mierda, lo siento padre. Ahora sientes una fracción de lo que siento."

"No sé de donde viene esa actitud, pero quiero que desaparezca, ahora."

Emelia volteo los ojos de nuevo y con un resoplido se dirigió al patio trasero. "Considera que se ha ido, padre". Abrió la puerta y la cerro con un portazo. Darren resoplo y dejo el plato en el fregadero con dureza. Harry se excusó y salió en busca de la adolescente enojada.

"Vamos a la sala de estar y juguemos una partida de póquer." Propuso Margret. Los adultos estuvieron de acuerdo con esa propuesta y se fueron llevando con ellos aperitivos y café.

Harry se encontró con Emelia en la esquina más alejada del patio trasero, recogiendo unas flores que su madre plantó. También encontró una botella de alcohol que yacía junto a ella.

"¿Estas bebiendo de nuevo?" Preguntó Harry, sentándose en el suelo junto a ella. Suspiró y tomo la botella.

"Si, pero no soy adicta."

"Yo no estoy diciendo eso, pero tienes que dejar de beber. Siquiera eres legal."

"Sólo bebo para hacer las cosas menos complicadas."

"¿Qué es complicado?" Preguntó Harry mientras entrelazaba sus manos.

"Todo. Me refiero a que, ¿soy la mala de la película por querer a mi padre fuera? ¿Soy la mala de la función solo por estar enojada con él?"

"No lo eres."

"Todos me hacen sentir que lo soy. Mi abuela me dijo que estaba haciendo lo correcto y ella me habría defendido, pero ahora se ha ido y nadie está aquí para defenderme."

"Estas haciendo lo correcto."

"No parece."

"A veces lo correcto se siente como si no lo fuera."

Ella lo observó por un minuto o quizás dos. "Estoy dando todo por no caer ante ti."

Harry sentía que no podía respirar. Caer ante mí. "Que caigas ante mí no esta tan mal."

"Es la caída del amor, o simplemente amor en general, no lo sé. El amor sólo da paso a los errores. Amaba a mi abuela y ella murió. Mi madre amaba a mi padre y en su relación la confianza murió. El amor no es la gran cosa."

"Ven aquí," dijo Harry e hizo un gesto a Emelia para que se sentara entre sus piernas. Su cara estaba directamente frente a él. "Siempre estaré aquí, corazón de papel. El amor no es malo."

"Tu corazón sufre por mí, ¿no?"

"Si, creo que el que tiene el corazón de papel soy yo." Él tomo sus mejillas entre sus manos y con sus pulgares las frotaba lentamente.

"No deberías," dijo Emelia. "No soy una persona por la cual se debería de sufrir."

"Eres la persona exacta por la que se debería sufrir," susurro.

"Dame un beso," murmuro Emelia.

"Esta ebria."

"Soy un corazón de papel, probablemente estoy completa, quien sabe. Y en estos momentos esto tratando de reducir la velocidad de mi corazón, cosa que tú provocas. Estoy en el proceso de caer ante el amor, y le único que tiene efecto en el eres tú."

Harry rio y presiono ligeramente sus labios. El olvido a los adultos que se encontraban en la sala de estar. Se olvidó de todo, excepto de ella. Alcanzo unos mechones de cabello que caían sobre su rostro y los coloco detrás de su oreja. Ambos sonreían ligeramente.

"Te amo," susurró Harry, pidiéndole a Dios que ella no lo haya oído. No se suponía que debía decir eso. Aunque, esperaba impaciente su respuesta. "¿Me quieres?" Era algo patético de preguntar, si ella lo amaba ya se lo habría dicho. Harry no podía sufrir de amor no correspondido. Él no podía manejarla a ella.

Cuando las personas confiesan su amor no es tan cursi como parece. No se oyen fuegos artificiales. No hay melodías felices en el fondo como en una telenovela. Solo hay silencio tras esas dos palabras persistentes en el aire. Retorciendo sus entrañas y exigiendo a su corazón latir más rápido. Porque de alguna manera las palabras pueden convertirse en un objeto tangible y hacer que tu pulso acelere hasta el colapso o que tu cerebro quede totalmente en blanco.

"Creo que ya sabes la respuesta a eso."

"Quiero escucharte decir eso," dio Harry, frotando su pulgar sobre sus labios.

"Te amo," susurró. Harry sonrió ampliamente y le dio un beso. La besó como siempre lo soñó hacer. La besó como un corazón de papel debe ser besado. Él iba a pensar en las consecuencias que tendría mañana, pero sus labios le llenaban de vida, así que no puedo dejar pasar la oportunidad.

De alguna manera entre los besos y las confesiones de amor a Harry se le olvido decirle que los corazones de papel tenían la facilidad de las palabras y las mentiras. Pero por el momento lo dejó pasar. Ella pudo ser un veneno en su boca, con la capacidad de matarlo y el simplemente se lo permitió. No podía olvidar él te amo saliendo de sus labios. Él se lo repetía una y otra vez.

Los corazones de papel de alguna manera pueden torcer a sus víctimas en sumisión. Y Harry inconscientemente le entrego su corazón sin vacilar. Ella podía destruirlo, podía dejarlo con tres simples palabras.

french braidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora