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PRESENT DAY 

 Harry estaba sentado en la parte trasera del auto de su padre. A todo volumen se encontraba una canción, que le recordaba su juventud y todo lo que Harry quiso hacer en esa etapa. Harry se removió en el pequeño espacio limitado, hasta que encontró una posición cómoda; sus rodillas junto su pecho y su cabeza descansaba sobre el cinturón de seguridad.

Ellos estaban atrapados en el tráfico. Margret y Robín, la madre y el padre de Harry, lo habían recogido en el aeropuerto, ambos padres habían estallado de alegría, ellos estaban radiantes. Harry les dio la bienvenida con una sonrisa soñolienta y unos grandes abrazos y les preguntó si había cocinado comida para él, porque, obviamente, las personas que preparaban la comida en el avión, no tenían gusto.

"Harry, te puedes quedar en la casa de Claire y Darren si eso ayuda", Margret dijo mirando a Harry, notando lo cansado que se encontraba.

"Eso sería genial", Harry actualmente tenía su rostro enterrado en una almohada de peluche que había comprado en el aeropuerto. No es que el había viajado cómodo, pero era extremadamente cómoda, para una persona cansada que quisiese dormir.

El resto del viaje, los padres de Harry tarareaban canciones que sonaban a través de la radio y Harry constantemente cambiada de posiciones, porque sus largas piernas no lograban estar cómodas en el pequeño espacio. Tardaron una hora en llegar a la casa de Claire, una hora de escuchar a los Rolling Stones, una hora de tener las piernas entumecidas, una hora con la esperanza de ver a Emelia.

Una vez que el auto de los Styles fue estacionado frente a la casa de los Parisi, Harry se tropezó al salir, estirando sus piernas y bostezando constantemente.

"¡Harry! ¿Sabes cuánto te he echado de menos?", Claire exclamo corriendo hacia Harry, abrazándolo con todo el aliento de sus pulmones fuera.

"Yo también te extrañe, Claire", Harry rio abrazándola con fuerza. El abrazo de Darren fue el siguiente, Harry siendo el más alto del grupo, tuvo que agacharse un poco.

"¿Claire?", Harry llamo desde la cocina, estaba buscando algo para comer, pero todo lo que le parecía lo suficientemente bueno a Harry, estaba fuera de sus límites, algo acerca de la espera de la cena para comer. Harry no estaba prestando atención y tomo un sándwich de pollo que estaba colocado cuidadosamente sobre un plato.

"Harry, ¿quieres tomar una ducha aquí?", pregunto Margret, entrecerrando los ojos cuando noto que estaba masticando algo. "¿Estas comiendo un sándwich?"

Harry sonrió tímidamente, "No", tenía la boca llena y estaba tratando de ocultar el sándwich. "Y si, me encantaría tomar una ducha"

Margret le dijo a Claire que Harry deseaba tomarse una ducha antes de la cena. Claire le enseño a Harry el baño de invitados, que estaba irónicamente en la habitación de invitados.

"Si quieres puedes dormir después, Mar me dijo que estabas agotado", Claire dijo cerrando la puerta de la habitación de invitados, escuchando sus pasos bajar por la escalera, de seguro seguiría ayudando a mi madre a terminar la cena.

Harry tomo una ducha rápida, poniéndose ropa nueva y metiéndose en la cama. La ducha lo hizo mas somnoliento y cansado, más de lo que ya estaba.

Harry se despertó tres horas más tarde por su madre. "Tienes que levantarte, la cena ya esta lista. Y lo digo en serio, Harry, despierta"

Harry despertó murmurando cosas, como que su madre se había hecho más mandona de lo que recordaba. Se lavo los dientes y bajo las escaleras, con la esperanza de comer otro sándwich de pollo. Al bajar, fue recibido por una muy alegre Katherine.

Ella corrió hacia él y envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Y Harry envolvió sus brazos alrededor de su cintura. La echaba de menos, a pesar de su aferramiento y cambios de humor, la echaba de menos terriblemente.

"Wow, estas mucho más alto", Katherine sonrió a Harry.

Harry rio y la siguió hasta la cocina. "Eso es lo que hace la pubertad, ya sabes, hace que tu voz suene como si fumaras un paquete de cigarrillos al día"

Katherine se rio junto a Harry.

Fue entonces cuando Harry se dio cuenta lo mucho que ha cambiado, en su conjunto. Ella ha madurado y no se aferro a Harry como si el fuese su fuente de vida.

"Te extrañe mucho", dijo Katherine, tomando asiento al lado de Harry en el comedor.

Harry le sonrió, "Yo también, Kat-error". Fue un apodo estúpido cuando Harry lo creo, ellos se burlaban entre ellos, sin embargo, quedo después de tantos años.

En la cena de unos treinta minutos, Harry pregunto sobre el paradero de Emelia.

"Ella normalmente llega más temprano, su sesión de tutoría se ha tardado más de lo esperado", dijo Claire mirando el reloj que se encontraba en su muñeca.

"¿Emelia necesita un tutor?", pregunto Harry sorprendido, por lo que el recordaba, ella era muy buena alumna.

"No, ella es tutora de la hermana menor de un compañero de clases", Claire sonrió.

Harry asintió con la cabeza, rezando para que el compañero de clases fuese una niña. Unos diez minutos luego, Harry se excuso de la cena y salió de la casa para fumar. Era una mala costumbre que desarrollo durante su ausencia. El trato de dejar el cigarrillo repetidas veces, pero de alguna manera, algo salió mal y Harry volvió al vicio de un tubo pequeño, para dejar ir el estrés.

Fuera de la casa de los Parisi estaba oscuro, excepto por unas farolas que iluminaban el lugar. Hacia un poco de frio y Harry se dio cuenta que debió haber agarrado un suéter. Cuando Harry se dio la vuelta, sus ojos se encontraron con unos familiares. Aquellos que admiraba a través de las fotografías.

Es Emelia. Dios, era Emelia. 

Ella no se dio cuenta de su presencia; ella rápidamente entro a la casa, pidiendo disculpas acerca de lo tarde que era. Segundos más tarde, Harry entro a la casa. El apestaba a cigarrillos y tenía un ligero olor a colonia. Emelia se dio la vuelta y Harry sintió que podía desmayarse en ese momento.

"Emelia, es Harry. Lo recuerdas, ¿no?", Claire dijo desde la mesa del comedor, mirándonos a ambos, a continuación, para volver a interactuar con Margret.

Emelia asintió levemente. Llevaba unos pantalones mezclillas oscuros y un jersey de puntos negros. Y parecía tan condenadamente hermosa. 

"Hola", Emelia sonrió, tenía un débil rubor en sus mejillas y sonreía tímidamente.

"Haz crecido mucho", fue lo primero que salió de la boca de Harry.

Eres un idiota, se supone que deberías decir hola, no ofenderla con una jodida frase. 

"Te extrañe", Emelia dijo sonriendo, aun mas roja de lo que estaba antes. Mira, yo la ofendí. 

Harry extendió sus brazos, una frase en una determinada vos, haciendo eco. Te extrañe. Te extrañe. Te extrañe. Te extrañe. 

Así que ese es el sonido de su voz. 

Emelia camino lentamente hacia Harry, envolviendo sus brazos alrededor de su torso, abrazándolo con fuerza. Ella apoyo la cabeza en su pecho y Harry esperaba que ella no sintiera los rápidos y desbocados latidos de su corazón. Harry enterró su cabeza en su cabello oscuro. Ella olía a lavanda y vainilla en lugar de Harry, que olía a tabaco y colonia. Ella lo estaba abrazando. 

Tengo que estar en un sueño. Esto es un sueño. No hay manera de que ella sea real. 

Pero a Harry no le importaba si era un sueño o una pesadilla retorcida. Lo único que le importaban eran sus brazos alrededor de el, y el la sostenía. El la sostenía. 

"Yo también te extrañe, cariño", Dios, como te extrañe. 

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