Capítulo 4

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N/A: Actualizo rápido y casi sin repasar. Siento si hay algun error y siento si no he contestado todos los reviews. En el próximo, intento contestarlo TODOS por que son ABSOLUTAMENTE GENIALES. ¡GRACIAS POR EL APOYO Y POR LEERME!

Por cierto, se me olvidaba... a todas esas personas que se hacían un pequeño lio en el capítulo anterior, Kate está en la sala de espera y se imagina lo que podía ser como abortar... solo eso. No pasó nada más.

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Entro en casa de Rick y todo está en silencio, yo tirito mientras me muevo por la sala y ni siquiera me percato como él me adelanta tras cerrar la puerta y enciende la chimenea que en esa época permanece siempre apagada.

El verano en Nueva York es un suplicio, sin embargo, a esas horas del día las temperaturas han decidido descender. Sobretodo por la reciente tormenta.

Mientras le esperaba, estaba tan perdida en mis pensamientos que ni siquiera me he percatado de cuando había empezado a llover.

Y ahora, estoy empapada.

Su gran mano abierta en mi espalda me devuelve a la realidad y me guía en silencio para que me acerque al fuego y entre en calor.

Delante de la chimenea, él se encarga de deshacerse de mi cazadora con sumo cuidado de no alterar mi estado. Tiemblo cuando noto como la camiseta calada se ciñe a mi torso y yo acerco las manos al calor mientras recuerdo como una película a cámara lenta lo sucedido:

Rick pega un frenazo frente a mí, esta vez no viene en su increíble Ferrari, si no que ha utilizado un Audi de color negro bastante discreto.

El chirrido de las ruedas y el leve pitido del claxon hacen que vuelva a la realidad. No sé en que momento ha empezado a llover, pero la fina capa de agua cae sobre el techo del coche haciendo un ruido molesto. Cada vez es más intenso. Veo como baja la ventanilla y al ver que no estoy en mis plenas facultades se baja rápidamente del coche y se acerca a mí.

Sus manos aprietan mis brazos, siento un escalofrío y entonces reacciono. Esta parado frente a mí, mojándose sin importarle. Me habla pero no logro escuchar lo que dice. Me acaricia el rostro y sin nada más que decir tira de mi mano y abre la puerta del copiloto para que entre.

Yo miro hacia atrás y veo en la esquina la clínica. Suspiro y cuando él cierra la puerta, corre a su asiento. Me abrocha el cinturón... y acelera a toda prisa queriendo desaparecer de esa pesadilla.

-Kate- me susurra con miedo a alterarme, devolviéndome a la realidad del salón de su hogar.

Muevo los ojos y le miro. Él espera una respuesta y yo no sé lo que me ha dicho.

-Te he preparado un baño...- me repite. Yo frunzo el ceño. Ni siquiera sé en que momento me ha dejado sola para que eso suceda.

Y Ahí le veo plantado delante de mí, con una toalla y un albornoz.

Yo asiento con mi pelo húmedo pegándose a mi cara y mis vaqueros que parecen casi cartón alrededor de mis piernas, más pesados que nunca, tan pesado como mi propio cuerpo.

Él me detiene. Se agacha frente a mí y me quita las deportivas. Una lágrima se desliza por mi rostro al ver lo mucho que se esta preocupando por mi y yo no logro comprenderlo. Después de todo... una vez más él está aquí para mí.

Me fijo que él está en manga corta debido al calor que emana toda la estancia. Al parecer, después de encender el fuego ha puesto la calefacción. Todo para mí.

Yo no puedo evitar mirar sus bíceps. Me descontrolan. Se yergue y me guía hasta su habitación. Miro todo alrededor, es la primera vez que entro y no dudo en fijarme en cada detalle, en la colcha, la decoración... todo tan de él y tan masculino.

Sweet BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora