Capítulo 8

571 30 15
                                    

N/A: Nuevo capítulo y rápido ;-) Me he visto de repente on fire... y lo he terminado enseguidita. Espero que no tenga muchas faltas de ortografía o alguna ida de olla.

Muchas gracias a todos los que aun me leeis y comentais. Gracias.

Y gracias a varias personas por recordarme que yo no tengo nada que demostrar, que yo misma me pongo mis limites.

Espero que os guste y... sobre el capítulo anterior, bueno, Kate esta llena de dudas y no sabe lo que quiere, pero lo que tenía claro era el polvo que le quería echar a Rick ;-)

.
Desde que he huido de casa de Beckett con ese portazo, he vagado por la ciudad sin un rumbo fijo. Doy vueltas, tantas vueltas como todos los problemas amontados en mi mente que no dejan de darlas. Estoy enfadado. A decir verdad, creo, incluso después de todo lo sucedido tras su disparo, creo que jamás he estado tan enfadado con ella.

Todo tiene un límite. Y aunque quiero comprenderla no puedo. He sido un imbecil ocultándole todo lo que sé y ahora... Ahora puede que no pueda arreglarlo.

Me quedo sentado en un escalón de cualquier portal como un indigente y finalmente amanece y la gente empieza a salir a la calle, apresurada con llegar a su trabajo, a pesar que algunos como yo, regresan para intentar dormir. Pero yo sé que no lo haré... Y también sé que no seré capaz de ponerme a escribir.

En mi mente sólo esta ella. El sexo que he compartido con ella. El increíble momento que hemos tenido. Su piel suave y calida junto a la mía... ambos desnudos, ambos acariciándonos.... Y después, la discusión.

Aprieto mis labios y cuando entro en mi casa me encuentro a mi madre preparándose un café.

-Ey, Chico... ¿Ahora llegas?

Yo me quedo parado, mirándola. Y siento como si retrocediera veinte años atrás y fuera la primera vez que veo a mi madre tras la desilusión con Kyra. Jamás he sentido tanto dolor en el pecho como en ese momento.

Tal vez, y con un poco de suerte sólo sea un infarto.

-¿Richard?- me mira preocupada. Ella sabe que algo me pasa.

Me siento frente a ella y mis ojos llorosos le confirman que no estoy bien.

-Cariño... Me estas asustando. ¿Es Katherine? ¿Está bien?

Cuando abro la boca escucho ruidos en las escaleras y rápidamente me froto los ojos evitando que Alexis vea que he estado llorando.

-Todo bien, madre- digo mostrando mi perfecta mascara de indiferencia.

Mi madre suspira y sé que tarde o temprano me asaltara con sus preguntas, preocupada como es normal.

Alexis con su uniforme llega hasta donde estoy y me da un abrazo. Jamás un abrazo de ella me había reconfortado tanto. Yo se lo devuelvo con fuerza y beso su cabeza.

Ella se sienta a desayunar con nosotros y aunque yo intervengo en la conversación, lo hago menos de lo habitual.

Un buen rato después, mi pelirroja favorita se levanta con prisas, recoge sus libros y se despide. Yo aprovecho esa distracción para levantarme e intentar huir, pero mi madre me lo impide.

Me agarra del brazo y me sienta en el sillón de cuero. Ella se sienta frente a mí y sin soltarme las manos me pide que le facilite el trabajo de intentar comprenderme.

Yo no hablo durante su verborrea. Me pide que lo deje. Que me estoy haciendo daño.

Me quedo mirándola y pensando a la misma marcha forzada.

Sweet BabyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora