Me remuevo inquieta y abro los ojos en mitad de la noche. La habitación está oscura y rápidamente me habitúo a la falta de luz. Mi respiración sigue algo agitada.
Me muerdo el labio con frustración y siento como un par de gotas de sudor resbalan por mi nuca. Me paso mi mano por esa zona y noto mi pelo algo humedecido. Mis pezones están duros y se pegan a mi camiseta que se ciñe a mi torso.
Maldigo una palabrota y me siento en la cama sintiendo mi piel ardiendo. Otra vez. Otra vez esos malditos sueños desde hace tres días.
Tres malditos días que llevo cachonda perdida. En este momento de soledad sólo puedo pensar que casi prefiero otros síntomas del embarazo a esa revolución de hormonas que tengo... que no me dejan ni descansar.
Doy un trago de agua a una botella que descansa en la mesita y no puedo evitar pensar que curiosamente, estos sueños empezaron hace tres días, justo después de la confesión de Castle, y de mi casi huida, impedida por él.
"No te vayas, escúchame... No puedo negarlo, Kate te quiero."
Cierro los ojos e intento borrar esas imágenes de mi mente.
La semana ha sido un completo caos. Mis altibajos emocionales son lo que peor llevo, estoy tan bien como de pronto estoy llorando por las esquinas. No puedo evitarlo. Aún siento cierta aprensión al tema de convertirme en madre... en responsable de otra vida.
Algunas tardes, cuando salgo del trabajo, lo único que deseo es encerrarme en casa, llorar, acurrucarme bajo la colcha, cerrar los ojos y que al abrirlos todo haya sido un sueño, o una pesadilla.
Cuando hago eso, intento que todo a mi alrededor se esfume, busco desesperadamente hacer desaparecer el dolor que se instala en mi pecho, la vocecilla que resuena en mi mente recordándome lo mal que he hecho las cosas y eso me lleva a llorar más amargamente aún hasta perder las fuerzas y acabar durmiendo por el cansancio.
Por otro lado, hay otras tardes en las que, estoy eufórica. Eufórica y muy cachonda. Y lamentablemente para mi y mi paciencia, hoy es uno de esos días en los que no me sirve nada de lo que haga.
En estos momentos incluso prefiero ese torrente de lagrimas que me asalta y me hace compadecerme de mi misma a esta tortura que es el calor que invade todo mi cuerpo.
Y otra vez la maldita voz de Rick en mi cabeza.
"Por favor... escúchame, quiero estar contigo..."
Su voz masculina y sensual se ha repetido en mi mente durante horas. La frase se repite una y otra vez y ahora más que nunca desearía aceptar. Aceptarlo a él. A su cuerpo. Sus manos acariciándome con delicadeza y su voz susurrándome mientras me hace el amor lentamente.
Jadeo al ser consciente que mi mano se ha movido por inercia por encima de mi ropa interior y mascullo una palabrota.
Me dejo caer en la cama y miro el techo. Ojala él supiera todo lo que siento sin tener que decirle nada, sin abrirme a él, sin mirarle directo a los ojos como él es capaz de hacer y decirme todo lo que me dice, y tocarme con sus dedos en mi brazo para impedir que me mueva, que huya una vez más.
Finalmente decido levantarme e ir a la ducha, tal vez el agua fría ayude con la desazón que tengo.
Sin embargo, al día siguiente se repite el mismo patrón. Me levanto de mal humor y cachondisima. Al siguiente igual, y al otro, y al tercer día sigo con una increíble calentura dónde hasta el simple roce de sus dedos al despedirse en el ascensor me electrifica.
Mi piel esta demasiado sensible.
Sus ojos me penetran con un azul intenso.
Y Otra vez la escena se repite, ambos nos miramos en medio del parking y esperamos que uno de los dos de el paso. Y tanto él como yo sabemos que si él insiste yo cederé... por que hoy, por que ese día lo único que necesito es que me folle y me diga lo mucho que me necesita, tanto como yo a él.
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Sweet Baby
Fanfiction(Dulce bebe) Ambientado a partir del 4x20 aprox. Kate acepta la invitación de una copa y a partir de esa noche tendrá que aceptar sus consecuencias...